Caderas Blancas 0.14

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Salimos de la casa y caminamos hasta el fondo del callejón, donde estaba mi camioneta, bueno, nuestra. 

Tardó mucho en prender, no se porque, en cuanto encendió, Lalo comenzó a manejar hasta la dirección que nos habían mandando, ya que no sabíamos donde vivía Adrián. 

—Enserio que estoy muy impresionado, nunca me imaginé que tenías chinos—reí nerviosamente, la verdad hasta yo lo había olvidado. 

—Bueno, creo que será algo nuevo que verás estos días, hasta que me vuelvan a cansar—

—No, dejatelos, se te ven muy bien, aparte, me pregunto ¿cómo te verás con chinos? y aparte canas—lo mire confuso—si Eddy, tu abuela es muy canosa, a tal grado que su cabello ya es blanco, tu padre tiene el cabello también muy canoso, parece color plata, y tu madre también tiene, entonces…—

—No, yo no quiero canas, y si me comienzan a salir, me pintare el cabello—Lalo comenzó a reír fuertemente, mientras seguía manejando. 

—Ya lo veremos, eso lo tendré que ver con mis propios ojos—sonreí sarcásticamente y desvíe mi mirada a la carretera. 

El viaje iba a ser largo, ya había ido a la casa de Adrián cuando tenía como catorce años, y el viaje era algo tedioso, desde que viaje a Chile, los viajes se me hacen muy tediosos. 

Pasamos por un hermoso campo, lo reconocí solo por los juegos que había en él, eran pocos, pero ahí tengo un recuerdo. 

El campo era largo, luego regresamos a donde ya había casas, le hice una seña a Lalo para que diera vuelta en la siguiente calle y llegamos a un vecindario. 

Entramos a la calle donde estaba la casa de Adrián, bajamos de la camioneta, y ahora estaba perdido, no sabía qué casa era. 

—Creo que es esa roja—Lalo solo hizo una mueca con la mirada. 

—Creo que es ahí, por la música—

—A no se, aver toca—

—Toca tu, es tu primo—

—El que quería venir eres tú ¿no?, ahora toca—se acercó molesto a la puerta, iba a tocar cuando la puerta se abrió. 

—Hay pense que no iban a venir, pasen—Lalo se quedó pensativo, dudaba de si entrar o no, pero yo olía comida, así que entre mientras lo llevaba de la mano, saludamos a la pareja de Adrián quien fue la que nos abrió la puerta y entramos. 

Estaban todos mis familiares y algunas otras personas que no conocíamos, salimos al patio y efectivamente de aquí provenía la música. 

Había varias mesas, primos y tíos míos nos ignoraron, no nos saludaron, mi abuela ya estaba ahí, con mi madre y mi apa, los saludamos y nos invitaron a sentarnos, pero Lalo quería sentarse en la esquina. 

El patio no era grande, unos arbustos en las esquinas de la parte de enfrente y algunas luces como adorno. 

Tomamos dos sillas y nos sentamos en la esquina del patio, Lalo recargo su cabeza en mi hombro, mientra yo recargaba mi cabeza en la suya. 

—Ya me dio hambre, a que hora servirán la comida, en la cocina yo vi carne, ¿nos servirán carne?—de nuevo el niño pequeño volvió. 

—No se, ahorita vemos que pedo—me levante dejando a Lalo solo en la esquina del patio. Leslie la esposa de Adrián estaba sirviendo unos platos de comida en la cocina, caminé hacia ella para pedirle dos platos de comida, pero Adrián me ganó. 

—¿Por qué si te dije que no quería que vinieran a MI CASA?—

—Por qué será tu casa, pero Matías se encariño mucho con Gonzalo, y él quería que vinieran sus tíos, por que aunque te pese Adrián, Eduardo y Gonzalo son sus tíos—

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