Caderas Blancas 0.10

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Los chicos siguieron en lo suyo, yo la verdad ya me estaba mareando por la bebida, aparte ya no solo era sidra, sino que también sacaron una botella de cerveza, jamás la había probado, y tampoco fue algo que me gustó. 

Los tres siguieron con canciones de Shakira, la verdad sólo por eso me quería quedar, pero ellos querían que siguiera tomando, pero Lalo me iba a regañar, de por sí ya estaba un poco “alegre". 

Camine como pude a su cuarto, al abrir la puerta me di cuenta que no era el cuarto de Lalo, era el de Rubén, o el de Ángel, no lo sé, solo recuerdo que Rubén estaba arriba de Ángel, ambos estaban sudado y estaban agitados, pero no creo que hayan hecho algo más, por que estaban vestidos completamente. 

Cerré la puerta lentamente y seguí por ese enorme pasillo, llegué a la última puerta, y la reconocí al instante, entre y estaba Lalo, sentado en su puff, completamente desnudo, estaba….masturbandose.

Sus gemidos y quejidos eran leves y la verdad poco audible, no me había notado, estaba con los ojos cerrados, disfrutando del momento, no me molesto pero tampoco me prendió, solo cerré la puerta con cuidado. 

Me senté en suelo, solamente lo observe detenidamente, trate de no hacer ningún ruido, estaba muy mareado y la verdad sólo quería dormir o ir al baño a ducharme, pero Lalo estaba en pleno acto, no lo quise molestar. 

Ahora que lo recuerdo, pocas veces lo he hecho y a Lalo jamás lo había visto o mínimo imaginarlo haciendo eso, pero me causó rareza que no haya asegurado la puerta, alguien podía entrar y lo podía ver en pleno acto. 

Sus gemidos aumentaron, comenzó a convulsionar y se corrió en su mano, su cabeza la dejó caer hacia atrás y el líquido comenzó a gotear, yo ya estaba desesperado, quería que me notará para poder ir a la cama a dormir. 

Su respiración estaba agitada, su rostro, hombros, pelvis, estaban rojas, el igual que sus orejas, pero se notaba muy levemente, su color tostado hacía que se dificultará notar ese color rojo ardiente, el líquido blanco caía al suelo, las gotas golpeando el suelo haciendo un ruido muy poco audible, pero la habitación estaba totalmente en silencio, así que se escuchaban muy poco. 

Sacudió su mano y el resto del líquido que quedaba en ella salió disparado hacia varias direcciones, y el poco que quedó lo lamió. 

—¿¡¡EDUARDO?!!—reí un poco al darme cuenta que mi presencia había sido descubierta—¿Cuánto tiempo llevas ahí?—

—Un rato, solo que cometiste un enorme error, para la otra cierra la puerta, agradece que entre yo y no tus hermanos o tu madre—me levanté y me encamine hacia las escaleras—voy a dormir un poco—

—¿Tomaste?—

—Solo un poco, estoy un poco mareado, voy a descansar—

—Como gustes—se levantó de donde estaba comenzó a correr hacia la planta de arriba—¿Te acompaño?—

—No gracias, ya te divertiste un rato, yo solo estaba esperando que me notarás para dormir un poco—Lalo me abrazó por la espalda, enredando sus brazos en mi cintura. 

—Eso no significa que no me quede energía para otra ronda—comenzó a lamer mi cuello, odio que sepa cómo provocarme. 

—Si te quedan más ganas, tienes dos manos que te va a ayudar a bajarte la calentura—

—Eddy, la verdad es que tomé un poco de Viagra, no se por que, me dio un poco de curiosidad, pero esa fue la tercera vez que me corro, y sigo muy duro, ¿me ayudas?—Eduardo, controlate, controlate. 

—¿Por qué carajos tomas ese tipo de cosas? ¿Sabes de las consecuencias que provoca eso? Mínimo, ¿solo tomaste una?—

—Si, solo una pastilla, me la dio Ángel, para que entrará en confianza él también tomó una—ahora entiendo el por qué estaba sudando y agitado. 

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