Caderas Blancas 0.12

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No conteste el mensaje, lo deje en visto, no quería saber nada por el momento.

Lalo llegó, no dije nada, actúe lo más normal que pude, no mencioné nada del tema, obviamente por que no debía, se supone que estaba en la cabaña.

Pasó el resto del día, llegó la noche y la oscuridad invadió cada rincón de aquel lugar.

Lalo ya estaba dormido, la almohada la abrazaba, parecía un niño pequeño, siempre diré lo mismo, es mi niño pequeño.

Lo miraba mientras dormía, pero mas no lo desperté, ahora mismo me mataba la duda, que habrá pasado con más claridad en su pasado, no sabía dónde, cómo ni cuándo, quiero que él me lo diga, quiero que de su corazón nazca decirmelo.

La verdad me gano el sueño, el último pensamiento que tuve fue, "eres lo que más que e querido en la vida bambi".

[...]

Los otros dos días, la verdad no hubo nada interesante, la pasamos todos juntos, después regresamos a la casa, la madre de Lalo se veía más decaída, más acabada, caminaba más lento, y hablaba menos.

Poco a poco fue empeorando, sus hermanos de Lalo han hecho todo lo posible, para que esa señora de roble no se caiga, pero creo que están fallando, por que la señora Cristina ha estado en camilla desde hace días.

No regresamos a México, por obvias razones, no habíamos podido escapar de esto, por que Lalo no quería separarse de su madre, y lo entendía, sólo que había un dilema, quería estar con él, pero apenas ayer me aviso mi hermano que mi abuela estaba enferma, y estaba hospitalizada.

Estaba entre la espada y la pared, si me iba era algo injusto porque no quería dejar solo a Lalo, pero si no iba, podía que jamás vuelva a ver a mi abuela.

Estaba en un nivel de estrés muy grande, estaba tan desesperado, que quería que todo pasara rápido, que todo pasara ya, para poder estar más libre, que las dos mujeres estén bien, y que estén al cien.

Pero sólo lo podía dejar en las manos de la medicina, y que los doctores hagan bien su trabajo.

Estábamos todos reunidos en la sala de espera, el doctor llegó y dijo que solo los hijos podían pasar a ver a su madre.

Los cuatro pasaron a la sala, los otros tres chicos se quedaron conmigo en la sala de espera, y empecé a escuchar la conversación de dos hombres.

Uno decía que estaba demasiado triste por que su hija iba a tener un hijo, pero no había padre, que él se había esfumado cuando se entero, y que ahora su hija iba a ser una madre soltera, cosa que él no permitía y no apoyaba, ya que sus amigos se iban a reír.

Cody y yo cruzamos miradas, teniendo el mismo pensamiento, "que estupido".

El otro solo le dijo que no podía creer su inmadurez, que ese hijo iba a llegar para traer alegría, que iba a llegar para hacerlo feliz, que se alegrará, por que iba a ser abuelo, él tendrá un nieto en sus brazos, y él un cadáver en un ataúd.

Mi piel se erizo al escuchar eso, mis ojos se abrieron como dos platos, y una lágrima recorrió mi mejilla, ahora he estado muy sensible.

Todos guardaron silencio, y el señor le dijo al otro, que su hija había muerto, que se levantará y que fuera a abrazar a su hija y al nieto que le había dado, por que era una bendición que llegó para alegrar sus vidas, que si su hija lo había decidido tener, era por algo.

Se levantó y salió de la sala, el otro señor se quedó pensando, y de igual manera se levantó y fue con un doctor, habló con él y se fueron los dos caminando por el pasillo.

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