Caderas Blancas 0.15

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Tome mi chamarra, mi celular y me despedí de todos en el patio para salir, algunos me seguían diciendo lo mismo, pero yo ya no tenia muchas ganas de quedarme. 

Lesly seguía insistiendo, y se le unió Matías, pero yo ya no quería estar aquí, ya me habían artado. 

—Ya amor, dejalos, si se quieren ir dejalos, aparte será mejor, puede que los niños se confundan y piensen que lo que ellos hacen esta bien—Adrián tomo su vaso de bebida y se lo llevó a la boca tomándolo de una sola. 

Voltee a ver a Lalo y este lo quemaba con la mirada, su poño comenzó a apretar más y más cosa que hizo entender que lo mejor es que nos retiremos lo más rápido posible. 

—Encerio que tu no tienes madre Adrián—Lesly se notaba molesta, Matías por su lado lo vio de una manera indiferente, todos en la fiesta estaban callados, inclusive mi madre no menciono ni una palabra. 

—Pues que, Eduardo siempre fue la decepción de la familia, se sabe desde que decidió marcharse—me detube en seco, Lalo puso una mano en mi hombro pero yo la aparte para poder ver cara a cara a Adrián. 

—Ya Adrián, encerio, esto no está bien—Lasly comenzó a hablar en un tono mucho más firme y serio que detona a molestia. 

—Saben que los aguanté en casa de mis papas por que era su casa, pero ahora están en mi casa, y no tengo que aguantar a alguien que no quiero que esté en mi casa—Lalo comenzó a caminar hacia el, levantó sus manos y lo aventó hacia atrás. 

—Vele bajando de huevos carbón—no me meti, la verdad yo también quería hacer algo parecido. 

Mis tíos ahora si se metieron, culpando a Lalo por su comportamiento, cosa que se me hizo muy estúpida, el que comenzó era Adrián. 

—Ya dejalos Bambi, mejor vamos—me di la vuelta y Lalo imitó mi acción. 

—Adiós jotitos—y no lo soporto más. 

Lalo regresó y de una le soltó un puñetazo en la cara a Adrián, Lalo era más alto que el, más formado que el, pero menor que el. 

Todos se pusieron de pie, sabía que si Lalo seguía así mis demás primos se iban a meter y Lalo no iba a poder el solo, menos que con hombro. 

—Dije que ya nos vamos Gonzalo—su semblante cambió al instante, como si un cachorro estuviera gruñendo y de un momento a otro te da una cara de ternura y amor. 

—Si mi amor—me sonroje por el comentario, y mis tíos comenzaron a reír. 

—Pinche mandilon—ahora me habían contagiado las risas, pero Lalo se avergonzo por eso. 

—Largense de mi casa, que aquí no vuelven a entrar—

—Descuida Adrián, quien quiciera venir a la casa de alguien que no tiene respeto hacia sus invitados, y que sólo se la pasa jugando bromas, madura tantito—nadie se metió, todos estaban callados y solo se escuchaba la música a un nivel de volumen bajo. 

Lalo y yo salimos de la casa y subimos a la camioneta, mi pareja me pidió el favor de que si podía conducir yo, ya que el se sentía cansado y no quería ocasionar ningún accidente. 

Le dije que no había problema alguno, encendí la camioneta y salí hacia el camino. 

—Colocate el cinturón de seguridad flaco, por favor—

—¿Por qué las personas nos ven como un fenómeno?—Lalo me miró con intriga pero a la vez lastima—¿Por qué piensan que esta mal amar a una persona con todo tu ser?—

—Flaco, hay personas que no están listas para esta conversación, y es mejor, ignorar los comentarios—

—Estoy arto de eso, ¿por qué hay personas que se pueden estarse comiendo en la calle, y nosotros somos unos degenerados por ir de la mano?, solo quiero que alguien me lo responda, la puta biblia les a hecho pensar que esta mal, en un mundo donde una puta vivora habla—Lalo comenzó a reír por mi comentario—¿Algún día podré gritarle al mundo cuanto te amo?—sus risas pararon en seco. 

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