Third scene: Her shower

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JADE

Vega no está en la cama para el momento en el que despierto, el reloj en la mesa de noche me dice que son apenas las tres de la madrugada y mis ojos tienen bastante trabajo al intentar adaptarse a la poca luz que entra por la ventana gracias a la luna.

—¿Vega?

No obtengo respuesta, por lo que me pongo de pie quejándome apenas mis pies descalzos hacen contacto con el frío piso de madera, camino hacia el balcón y me encuentro de frente con la vista de la ciudad, pero no hay rastros de ella, por lo que vuelvo sobre mis pasos y me quedo de pie en medio de la habitación.

—Vega, ¿dónde estás?— hablo lo suficientemente alto para que pueda escucharme si está al menos un poco cerca.

—¿Qué haces despierta? — el ruido viene del baño, por lo que es hacia ese lugar al que voy. Cuando por fin puedo verla luego de encender la luz me doy cuenta de que tiene algo parecido al cigarrillo entre sus manos, al agacharme a su altura sus ojos están un poco rojos y ella me regala una sonrisa torcida. Entonces mi sentido del olfato se agudiza: marihuana.

—¿Qué haces?— cuestiono apenas audible dejándome inundar por el olor; no me molesta de ninguna forma, pero estoy sorprendida, ella pasa su lengua por sus labios resecos y muerde la comisura del inferior.

—Solo es marihuana.

—¿Solo? Se supone que eres la señorita mejor portada que todos conocemos

—Solo es un cigarrillo de marihuana.— intenta corregirse cayendo en mi regazo con su espalda pegada al suelo.

—¿Es tu primera vez?— le quito el puro de la mano y doy una calada, lo he hecho pocas veces, pero sé cómo se siente estar drogado.

—No, lo he hecho pocas veces y me ayuda cuando no puedo dormir.

—¿Cuántas son pocas?

—Verdaderamente pocas, una o dos veces al mes.

—¿Debo creerte?— doy una nueva calada y el humo pica en mi garganta; mis ojos viajan tranquilamente hasta encontrarse con los suyos y puedo notar el efecto de la droga en ella, su mirada es distante y sus ojos están medio cerrados, su cabello está completamente desordenado y su pecho sube y baja tranquilamente mientras me mira como si intentase buscar la respuesta en cualquier otro lugar.

—No si no quieres— me arrebata el puro y aunque intento quitárselo ella parece ser más rápida

—¿Quién crees que eres para quitármelos?— salimos del baño hacia el balcón, ella se deja caer de espaldas al suelo y por un momento pienso que está demasiado drogada para controlarse, pero ella me mira sonriendo.

—Tengo un poco de calor, te acurrucas demasiado al dormir.

—Eso es mentira.

—No para mí.

—Oye, Vega; no es que sea mi asunto, ¿pero desde cuándo empezaste a drogarte?

—No me drogo, solo fumo marihuana ocasionalmente.

—¿Cuándo empezaste?— reitero quitándole de nuevo el pequeño porro y dándole una calada; ni siquiera quiero estar haciendo esto, quiero que se acabe rápido.

—Hace unos...— se detiene a pensar un segundo mordiendo su labio inferior. Dios, quiero besarla de nuevo —Seis meses, creo. Pero sigo en mi posición de que no soy una drogadicta.

—El alcohol es una droga.

—Si vas a molestarme con eso— se pone de pie y la observo acostarse en la cama de nuevo dejándome espacio, me mira fijamente durante algunos segundos y luego se gira suspirando — ...Entonces me iré a dormir. Buenas noches —cubre su cuerpo con las mantas y yo me meto a la cama dándole la espalda.

EVERYTHING ABOUT HERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora