On the edge of disaster

740 80 34
                                    

JADE

Pasé toda la noche en vela, supongo que no fui la única porque al despertar por los maullidos de Shadow me di cuenta de que Tori no está en la cama conmigo, que se halla en el balcón de mi habitación fumando y con los ojos pequeños e hinchados por causa de las lágrimas.

—Lo siento —se disculpa bajando la cabeza hacia el suelo y se lleva el puro a los labios resecos con manos temblorosas —Sé que no está bien que haga eso aquí.

Lo apaga aplastándolo contra el muro, Shadow salta de la cama en su dirección e intenta trepar por su pierna, ella se agacha y lo abraza con un poco de fuerza intentado esconder su rostro con el pequeño cuerpo antes de llorar desconsoladamente de nuevo.

—Tori...

—No, no por favor.

—Pero...

—Por favor.

Suspiro, esta situación que desconocemos parece sobreponerse de todas las formas posibles a todas sus fuerzas, es doloroso no encontrar la forma correcta de ayudarla, principalmente porque -aunque no pueda demostrarlo ahora mismo- también estoy destrozada.

—¿Quieres que nos quedemos el resto del día aquí? No tenemos que ir a Hollywood Arts, Tori.

—Pero tenemos un día de retraso y... —sus ojos se fijan en los míos y me duele el alma al ver la cantidad de desconfianza que tiene en este momento.

—Por favor —me acerco con toda la cautela del mundo, ella no se mueve ni un milímetro —¿Puedo? —cuestiono de repente como si en serio necesitara su aprobación para estar cerca, no he dejado de mirarla a los ojos pero no puedo leer nada más que el temor que siempre inspiré con mis acciones, cierro los ojos y me siento en la cama.

FLASHBACK.

—Vega.

—Jade.

Ella tiene los ojos llorosos y la mirada en el suelo, por sus ojeras sé que no ha tenido una buena noche y todo eso juega a mi favor.

—No me molestes —se defiende rápidamente al verme sacar mis tijeras, yo sonrío con malicia.

—No estoy haciendo nada.

—Te conozco, y la verdad no estoy de humor para ser paciente contigo.

La acorralo contra los casilleros y comienzo a abrir y cerrar mis tijeras cerca a su rostro. Su mirada cambia inmediatamente a una llena de miedo y angustia

—Jade —Beck se acerca a mí abrazándome por la cintura para alejarme de ella, la veo respirar profundamente

—Gracias, Beck.

—De nada —ruedo los ojos con molestia antes de que los labios del canadiense se apoderen de los míos en un beso tierno, me abraza con más fuerza contra él y nos conduce a la siguiente clase con toda la calma del mundo.

FIN-FLASHBACK

—¿En qué estás pensando?

—En cuando te molestaba con mis tijeras.

—Qué perturbador.

—¿Te sientes mejor?

Asiente.

—Ahora estás drogada —sonríe a medias.

—Así es.

—No me gusta eso, te hace daño.

Silencio.

—Supongo que lo sabes de sobra.

—Sí, lo sé muy bien.

EVERYTHING ABOUT HERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora