Final scene: jealous bitch

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TORI

—Lamento la tardanza, profesora.— no tengo la fama de llegar tarde a clases, pero me quedé dormida hasta un poco más tarde porque durante la noche me costó demasiado conciliar el sueño gracias a los aullidos infernales de Trina y a los miles de pensamientos que ocupaban mi cabeza. Claro que muchos de ellos eran obsoletos casi por completo.

—No hay problema, señorita Vega, discutíamos sobre el libro que deberían estar leyendo ahora mismo para el examen de la semana que viene, ¿se tomó usted la molestia de leerlo o debo bajar su calificación parcial de la misma forma que a sus compañeros?

Las cenizas de Ángela me ha parecido excelente, para ser honesta.— ella pone toda su atención en mí mientras yo tomo asiento. Soy muy buena en la clase de literatura, de hecho me va bien en todo lo que tenga que ver con las ciencias humanas. —Creo que ahondar en la infancia de una persona es de por sí un acto de extremo atrevimiento, pero lo es aún más cuando es el dueño de esas memorias quien se toma el tiempo de no solamente recordarlo sino imprimarlo en un libro con una exactitud casi vivible.

—¡Excelente!

—No se trata solamente de narrar una infancia, la verdad— Jade entra por la puerta sentándose de inmediato a dos sillas de distancia de la mía —, Vega tiene razón al decir que lo hace tan bien que uno puede meter en la historia e incluso sentir todo lo que sienten los personajes, pero no es solo eso.

—¿Qué quiere decir, West?— la profesora pone sus manos bajo su pecho con una sonrisa muy pequeña en la que puede leerse un poco de satisfacción

—El autor sigue muy enojado con todos los sucesos de su infancia, se martiriza en cierto punto buscando la compasión que la vida misma le negó en algún momento, por eso escribe todo de manera tan detallada

—¿Qué?— refuto de inmediato con sorpresa — Es un poco inhumano decir algo así.

El debate continúa durante la siguiente hora hasta que la campana nos interrumpe, la maestra acuerda ponernos una buena calificación como recompensa y ambas salimos del salón hacia clases diferentes.

Volvemos a encontrarnos en el almuerzo, ella está muy concentrada en su celular para el momento en el que llego a la mesa y eso me da la oportunidad de desconectar el aparato de sus audífonos y guardarlo en la parte trasera de mis jeans con rapidez.

—¡Dame mi maldito teléfono!

—No se me antoja.

—¡Dámelo, no es tuyo!

—Compórtate y pídelo de la misma forma que me rogaste por un orgasmo.— rio al verla sonrojarse y me siento del otro lado al ver a los demás llegando.

—¿Por qué Jade está sonrojada?

—No lo sé, Cat.— la miro fijamente y dejo una de mis piernas entre las suyas haciendo un poco de presión, ella muerde su mejilla y su entrecejo se frunce, sonrío dejándola en paz.

El almuerzo pasa con suma tranquilidad hasta que la campana anuncia la clase siguiente. Biología, las teorías de Mendel y yo, en definitiva no somos los mejores amigos del mundo, pero he estudiado lo suficiente como para sacar el examen en al menos un 7.

La quinta hora de clases no pudo haber estado más pesada, principalmente porque tuve que correr al menos dos kilómetros alrededor de la pista de atletismo con el uniforme de educación física pegado a mi cuerpo por el sudor y porque Michael Keaton estaba, de una forma pasivo-agresiva, detrás de mí para animarme de una forma bastante extraña.

—Bien hecho, Tori.— se acerca entregándome una botella de agua que recibo con una sonrisa

—Tú también lo hiciste genial, Michael.

EVERYTHING ABOUT HERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora