JADE.
Cuando me desperté esta mañana y me di cuenta de que ya habían pasado dos meses desde que me enteré de la peor forma que Beckett estaba engañándome y uno desde que supe que amaba a Vega, mi respiración amenazó con cortarse y desaparecer.
Nos hemos visto varias veces, algunas para ir a la playa, algunas para reírnos de alguna pareja en el cine que jura por todo lo sagrado que no ha sido descubierta mientras tienen sexo, y otras para escuchar música en un parque comiendo hamburguesas a o papas fritas a media tarde mientras ella me cuenta cosas y fuma marihuana.
Ahora estoy en el estacionamiento de Hollywood Arts, con las ventanas subidas por completo y abrazándome al abrigo de lana color negro que decidí ponerme para poder cubrirme del frío que hace, y la veo cruzar la esquina con un pequeño paquete entre las manos.
Hay algo extraño en ella, lo puedo ver en su pose encorvada y su desanimo, en cómo parece pasar de todo y todos como si no hubiese nadie a su alrededor
Todos mis sentidos se alertan, los vellos de mi cuerpo se erizan advirtiéndome de algún peligro.
Me bajo rápidamente del auto, siento la brisa chocar contra mi nariz y respiro profundamente mientras camino dentro del lugar, ninguno de nuestros amigos está cerca, pero Evangeline sí.
Me mira con el mismo recelo con el que la veo yo, y me molesta que aunque es evidente el estado extraño en el que Tori se encuentra, ella no haga un mínimo esfuerzo por ayudarla.
—Tori.
—Uh... Ho-hola, Jade
—¿Estás bien? —tomo sus mejillas con mis dos manos intentando que me mire, y entonces veo sus pupilas pequeñas
—Solo estoy un poco cansada.
—¿Segura?
—¿Te mentiría?
—Yo creo que no se trata de mentirme, se trata de que estás bastante drogada, por lo que parece.
—Solo quería dormir un poco.
Me cruzo de brazos y ella hace un puchero, entonces puedo darme cuenta de que está un poco pálida.
—¿Qué usaste? —tomo su brazo y la empujo hasta el armario del conserje.
—Nada —bufo, odio que me mientan.
—Victoria...
—Jadelyn...
—Oye... Por favor, solo quiero ayudarte. —nos recostamos en el suelo, ella se queda mirando al techo durante algunos segundos en los que parece quedarse dormida, pero tomo su mano devolviéndola a la realidad
—Tori.
—¿Me quieres?
«Te amo, idiota»
—Un poco, sí.
—¿Solo un poco?
—No estamos hablando de eso, sino de cuán drogada estás ahora mismo.
—Llévame a otro lado, no quiero estar en clases.
—Es que no puedes estar en clases así.
Mi voz es lo suficientemente severa como para que ella sepa que sus acciones me desagradan, que me importa, que no quiero que se convierta en una adicta más en la lista de adolescentes dependientes de drogas.
—¿Nos vamos?
—No estás respondiendo mi pregunta y no estoy deseosa de ser paciente contigo ahora.
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EVERYTHING ABOUT HER
FanfictionLo recordaba todo: La forma en que sus manos se movían hábilmente con la tijeras mientras me observaba como si disfrutase mi dolor, los momentos en los que se quedaba en casa mientras lloraba por su relación fallida con Beck, cuando me besó por pr...