Between the coffee & the window

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TRINA

—¿Dónde está Tori, Trina? —es lo primero que escucho del canadiense apenas entro por la puerta principal de Hollywood Arts ese lunes en la mañana.

—Está resfriada.

—¿Y sabes por qué razón se ausentó el viernes?

—No, pero ya debe haberse puesto al día con eso, supongo.

Él rasca su nuca y peina su cabello con nerviosismo.

—¿Qué te pasa?

—Nada, es que necesito hablar con ella sobre algo importante.

Le muestro mi teléfono y lo agito unos dos segundos frente a su rostro.

—Úsalo, debo ir a clases. Por cierto, ¿has visto a Cat? —él niega —Vale, adiós.

Cruzo el pequeño pasillo hacia el salón de historia de teatro, y entonces el cuerpo de Cat colisiona con el mío, pero lo que siento es cómo mi blusa se pega a mi cuerpo gracias a un líquido que afortunadamente está frío.

—Ay, Cat —me quejo, ella me mira con un poco de pena.

—Lo siento, te ayudo. —usa una de sus mangas para intentar limpiar el desastre y en realidad no hace más que empeorarlo.

—Lo estás empeorando —nos miramos en silencio unos segundos, y yo aferro su brazo a mi pecho con ambas manos casi sin darme cuenta.

—¿No crees que deberíamos ir al baño? Tengo una blusa en mi casillero que... —niega efusivamente cerrando los ojos —Creo que puede servirte, ¿sí?

—Yo voy, ve a buscarla mientras tanto.

Apenas soy consciente de que mi corazón está un poco frenético, entonces tomo una respiración profunda y al levantar la mirada me doy cuenta de que Robbie nos estaba observando.

—¿Puedo saber qué ocurre?

—No me molestes, afro.

—¿Por qué pelean? —gracias al cielo que André siempre parece estar cuando las cosas pierden un poco el control o están a punto de hacerlo.

—Creo que la hermana de Tori estaba teniendo un momento muy romántico con Cat.

—Cállate, Evangeline.

No me cae bien, creo que la detesto desde que sé que fue por ella por quien Tori probó las drogas por primera vez; fue transferida desde Sherwood hace seis meses y hasta donde sé, ha intentado meterse de nuevo con ella, pero no tengo ni la menor idea de si pudo lograrlo.

—Ay, no seas odiosa, solo digo lo que vi.

Ruedo los ojos encaminándome hacia el baño de Hollywood Arts, Cat está en la puerta un poco sonrojada esperándome.

—Lo siento.

—No fue tu culpa —me entrega la blusa en sus manos y yo me encierro en uno de los cubículos.

—Oye, Trina.

—¿Si?

—¿Te sientes mejor respecto a tu... Ehm...?

—¿De qué hablas?

—Hablo de lo que pasó con Keaton.

—Sí, me siento mejor, fui de día de pesca con mis padres y todo estuvo bien después de eso —salgo del cubículo y la veo morderse la punta del pulgar y luego sonreír, le devuelvo el gesto.

—Está bien, me alegra saberlo.

—Gracias por esto.

—No no, yo lamento ser torpe y haber derramado mi café en tu blusa.

EVERYTHING ABOUT HERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora