Euphoria

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EVANGELINE

—Heroína.

Ver a Tori Vega en la puerta de mi casa pasadas las ocho de la noche no era lo que tenía en mente, de ninguna manera.

—Entra —la invito con un poco de preocupación, parece estar a punto de sufrir un ataque de pánico, ella parece negarse por un momento —. Tori, entra —normalmente no soy quien exige cosas, principalmente porque son muy pocas las cosas que debo exigir si quiero obtenerlas.

—Hablo en serio.

—Y yo soy hetero, dijiste que no ibas a consumir heroína.

—Vi... Estaba en... —se aclara la garganta y se encoge en su sitio.

—Siéntate.

Señalo el sofá de color gris que compré antes de irme de casa hace un año con el apoyo de mis padres; ellos son quienes pagan toda mi manutención, de hecho.

—Estuve en la casa de Dalilah.

Me congelo inmediatamente al escuchar ese nombre, en dos años lo único que he hecho es intentar perdonarme a mí misma por haber hecho lo que hice.

FLASHBACK

—Escuché que tienes algo con Tori.

Dalilah ignora el comentario y yo sonrío con satisfacción sabiendo qué está a punto de pasar.

—¡Hey, Dawson, ¿de verdad algo con Tori Vega?!

—¡Tori, me sorprende que tengas algo con ella!

Ambas caminan tomadas de la mano intentando darse fuerzas, para este punto estamos cerca del cumpleaños de Dalilah y he causado todo el daño psicológico que puedo de maneras distintas según una pequeña lista hecha con ayuda de mis compañeros:

1. Tomar una fotografía en la que ellas se encuentran besándose, amenazarla con dicha fotografía y esperar que eso sirva.

2. Pegar la fotografía en las puertas de los salones y en las mesas de trabajo de ambas.

3. Acorralar a Dalilah en el baño de chicas cerciorándonos de la ausencia de Tori.

4. Todo tipo de comentarios despectivos sobre su físico.

5. Desparecer sus cosas personales y devolverlas llenas de mensajes igualmente despectivos.

Llegó un momento en el que ella llegaba tarde a la escuela de forma frecuente, despeinada de vez en cuando y con ropas arrugadas.

Tori nunca se alejó de ella: ni en las clases, ni en los recreos, ni en los espacios entre clases.

Llegó un momento en el que Tori dejó de ir al colegio tres días, y luego supe que se había suicidado.

Me drogué demasiado por la culpa.

FIN-FLASHBACK.

Me sigo drogando, sigue siendo demasiado... Y sigue siendo por la culpa.

—Evie.

—No —le resto atención y ella camina detrás de mí siguiéndome por la casa.

—¿Por qué?

—Porque no me estás dando una razón.

—Su cumpleaños.

Tomo un respiro profundo y ella se sienta en el suelo de mi habitación, por mi mente viajan todas esas veces en las que deseé lo mismo, en circunstancias diferentes, claro está.

EVERYTHING ABOUT HERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora