Shadows

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TORI

Hace demasiado tiempo que nadie me regañaba tan severamente como mi padre lo ha hecho la última media hora.

Estaba en mi habitación intentando terminar mis deberes retrasados de química, y el grito de mi nombre por su parte hizo que cada cosa dejase de importar.

En principio me preocupé, pensaba que algo podría haber pasado con Janet o alguno de sus padres, pero todo lo que recibí fueron indicaciones de sentarme, quedarme callada y escucharlo hablar de las drogas durante treinta minutos.

—Papá, ¿puedes ir al grano por favor? Tengo cosas pendientes para la...

Me interrumpe con una seña de su mano y la vena marcada en su frente es el mejor indicio de que no tengo más opciones.

—No soy la persona adecuada para juzgar ninguna de tus acciones porque no tengo tu trauma, pero no me estás dejando demasiadas opciones ¡¿te das cuenta de que estás inyectándote heroína, sabes lo que significa esa mierda?!

—Cálmate, David —intenta intervenir mamá.

—¡No, no me voy a calmar, no me quiero calmar, Holly! —mueve sus manos casi de forma frenética señalándome, en serio, nunca lo había visto tan enojado conmigo—¡Victoria Vega, vas a escucharme de una puta vez!

—¿Qué? —respondo en un tono bajo, pero no me amedranta por completo su ira.

—¡Pues eso es lo que necesito que me respondas, por qué estás inyectándote esta mierda? —me muestra la jeringa con rastros del espeso líquido color chocolate, sus ojos están rojizos por las lágrimas —¡Respóndeme!

—¡Basta! —exploto finalmente —¡¿Por qué, te atreves de verdad a preguntarme por qué?!

—¡Sí, me atrevo a preguntarte por qué razón usas la muerte de Dalilah como una excusa para comportarte como idiota, por qué deshonras su vida y todo lo que vivieron juntas por esto?!

Lanza la jeringa en el suelo y la vuelve trizas con un pisotón.

—¡Tú no tienes ningún derecho a decirme nada sobre ello, no puedes juzgarme, no puedes si quiera atreverte a mencionarla y creer que hice esa puta mierda porque yo no...!

—¡Cállate! —entonces es Trina la que decide entrometerse esta vez —Él tiene toda la razón, llevas dos malditos años destruyéndote, destruyéndome a mí y a nuestros padres, incluso ahora tienes los ovarios de destruir la vida de Jade.

Un golpe seco de mi mano impacta en su mejilla y ella jadea más con sorpresa que con ira, pero no pasa demasiado para que devuelva el golpe y sea papá quien nos separe.

—Jamás te atrevas a decir esa mierda de nuevo, Katrina Vega.

—Si tú no puedes verlo, no es mi problema.

Trina simplemente se aleja del recibidor y yo respiro airadamente intentando calmar mis nervios.

—Una más, y te juro por el amor de Dios que voy a internarte en un hospital psiquiátrico, Vega.

Mi padre también se va, y me quedo plantada ante la mirada de decepción de mi madre, ella sencillamente suspira y me deja hablar.

—¿Cómo fue que lo supieron?

Es lo único que sale de mi cabeza, no tengo la menor idea; el patrón se repite con Jade y mi familia, algo demasiado malo está a punto de pasar, lo presiento.

—Alguien envió algunas fotografías al teléfono de tu hermana, y ella simplemente compartió eso con nosotros. Yo no voy a golpearte o gritarte porque ya sabes lo que siempre he creído —me da la espalda caminando hacia la cocina, pero se gira por un segundo —... Y aunque lo que tu padre acaba de decir sobre Lilah suene a algo cruel, la verdad es que tiene toda la razón. Esos diez años que pasaron juntas seguramente nunca creíste necesario el uso de ninguna droga y únicamente estás buscando la forma de justificarte porque muy tristemente eres una drogadicta, estoy enojada y decepcionada, pero sigues siendo mi hija. Tú decides cuándo y cómo vas a tocar fondo, Tori.

EVERYTHING ABOUT HERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora