Submissive

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TORI

(UN MES DESPUÉS DEL PRESENTE ACTUAL)

—¿Qué creíste, que no iba a darme cuenta?

—Obviamente ibas a darte cuenta.

—Tienes cinco minutos para eliminar eso y disculparte.

—No

—Bien.

Salgo del teatro sin decir nada, subo a mi motocicleta y conduzco hasta el rascacielos, me bajo y camino hasta el pequeño acantilado y dejo mis cosas a mi lado. Abro la cremallera del bolso pequeño de mi maleta y saco una pequeña jeringa, subo mi manga izquierda y mis lágrimas empiezan a caer al observar las múltiples cicatrices de mis inyecciones anteriores de morfina. Entierro la aguja sin pensar mucho y me recuesto en el pasto, me siento cansada.

—¿Qué haces aquí?

—Es uno de mis lugares favoritos —me ofrece un puro y la veo sacar una bolsita pequeña con un polvo blanco, claramente sé de qué se trata.

—Déjame en paz.

—No estoy haciendo nada —abre la bolsita y con una pequeña llave saca un poco del polvillo, lo aspira y tira su cabeza hacia atrás, yo enciendo el puro maldiciendo internamente.

—¿Quieres un poco?

—No, ya tengo suficientes problemas.

—Me voy —se pone de pie dejando la cocaína a mi lado —Puedes aspirarla con tus llaves como yo lo hice.

—No voy a hacerlo.

Ella se acerca y toma el porro de mis manos, yo dejo salir el humo de mis labios resecos y la siento más cerca que siempre

—Aléjate de mi novia.

—Qué dulce —Evangeline rueda los ojos y se va finalmente.

—¿Qué es eso? —Jade está molesta, mucho, pero en este momento no estoy en mis cinco sentidos y no soy capaz de pelear.

—Nada.

—¡¿Nada, una puta aguja en tu brazo no es nada?!

—Solo quiero dormir.

—¡¿E inyectarte morfina es la mejor de tus opciones, Victoria Vega?! —¿cómo es que...?

—¿C-co...mo?

—¡Eso es lo que menos importa ahora mismo, maldita sea, estás usando drogas muy fuertes!— se pone a mi altura y la veo llorar por quinta vez esa semana... Hemos peleado demasiado estos días por el mismo asunto y aunque es doloroso, no me siento en capacidad de hacer mucho

—Perdóname —me saco la jeringa y la lanzo al acantilado con los ojos fijos en la neblina que se forma por el frío, ella se pone de espaldas a mí y llora durante unos diez minutos en los que mi cuerpo pierde fuerzas como efecto del medicamento

—Mírame —pide con un todo sutilmente severo, no puedo mirarla —Tori Vega, mírame —me giro mi cabeza hacia un costado y sus ojos rojizos destrozan mi pecho —No puedo tomar estas decisiones por ti, también estoy reconstruyéndome después de todo lo que pasó, no puedo hacer que tomes la mejor de las decisiones pero...

—No —se pone de rodillas haciéndome negar

—Te imploro, por lo que más quieras en el mundo, que busques ayuda, de otra forma todo nos hará más daño, y yo no puedo siquiera pensar en...

—Para, no quiero verte así. Esta no es mí Jade —sentencio con ojos llorosos y ella vuelve a sentarse.

—¿Entonces qué más puedo hacer? —limpia su llanto con el dorso de su mano y el viento impacta en su rostro sonrojado.

EVERYTHING ABOUT HERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora