Set myself free

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TORI

FLASHBACK

Estoy en casa de una de mis mejores amigas: Dalilah, ella es un poco más alta que yo, con pecas alrededor de todo su rostro y cabello rojizo, piel blanca y unos bonitos ojos verdes.

La conozco desde que tenemos al menos seis años, y aunque somos un poco diferentes puedo decir que en definitiva no sería la misma de no ser por ella.

—¡Tori! —su hermana menor Jannet me recibe primero y eso me confunde un poco porque normalmente es ella quien está fuera de casa.

—Hola

—Dalilah está en su habitación, como siempre.

—Uh, está bien.

—¡Papá, Tori está aquí!

—¡Tori Vega, qué gusto verte por tercera vez esta semana! —el señor Dawson ríe alegremente llevando al pequeño Tommy en sus manos. Él extiende sus manitas hacia mí y babea.

—Mira Tommy, es Tori.

—Ori —susurra el pequeño bebé haciéndome reír.

Lo tomo en brazos y juego con él por unos dos minutos hasta que se cansa y pide volver a los brazos de papá.

—Bien, entendido.

—¡Dalilah! —la señora Dawson llega a mi campo de visión con el pequeño gato blanco entre sus manos y su hijo menor ríe tranquilamente.

—Hola, señora Dawson —saludo con mi mano y acaricio la nariz de su gato —Y hola a ti, Garfield.

—¿Por qué le pusimos Garfield, papá?

—De hecho fue Tori quien le puso ese nombre y a todos nos encantó la idea.

—¿Por qué Dalilah demora tanto?

—Yo iré por ella, llegaremos tarde al teatro si sigue así —contesto con total tranquilidad subiendo las escaleras.

—No te tardes, tus padres han de estar esperándonos.

Asiento y camino por el largo pasillo hasta la última habitación. Abro la puerta sin pedir permiso.

—Dali... —mi habla se corta al no ver a nadie en la habitación: la cama es un desastre de mantas ensangrentadas, en el baño n hay rastro de otra cosa distinta a cuchillas llenas del mismo líquido.

—¡Dalilah, Dalilah!

La ventana de su habitación nunca está abierta...

FIN-FLASHBACK

—Evangeline...

—¿Qué ocurre? —aclara su garganta sentándose en mi pórtico.

—Nada, solo tenía curiosidad de saber por qué estás aquí tan tarde.

—Estaba en casa de Jannet.

—¿Por qué? —la miro seria, la noche es bastante más calurosa que siempre y yo apenas he estacionado la motocicleta luego de estar toda la tarde en casa de Jade.

—Porque por estas fechas su hermana se suicidó, genio. —me ofrece un cigarrillo que rechazo casi de inmediato.

—Pero tú poco y nada tienes derecho de lamentarlo, se suicidó tanto por tu culpa como por la de todos los chicos de Sherwood.

—¡Eso no es cierto! —golpea las plantas intentando lidiar con su frustración.

—Y por culpa de eso ahora ambas somos drogadictas y Jannet tiene anorexia.

EVERYTHING ABOUT HERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora