First scene: Between crying & allergies

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ROBBIE


Recuerdo la primera vez que estuve con él, fue uno de los mejores momentos de mi vida; muy a pesar de que estaba consciente de que podría hacerle daño a Jade, que en sí misma no era mi amiga, sino más bien alguien con quien llevaba todo en una especie de tregua un poco extraña.

Yo sabía que estaba mal, y supongo que él lo sabía tan bien como yo cuando nos emborrachamos en su camper el día de la independencia y fuimos casi descubiertos por ella. No sé cómo pudimos portarnos tan sobrios, si estábamos muriendo de calor... Literal y figurativamente.

Recuerdo que después de haberme dejado ir caminé algunas calles, no muy seguro de querer alejarme lo suficiente; algo dentro de mí pedía a gritos que no me alejase lo suficiente.

Entonces tuve razón, porque unos diez minutos después estábamos en una de habitaciones dentro de la casa de sus padres, él asegurándome que nada malo pasaría y pidiéndome con besos suaves y cortos en los lugares correctos que me entregase por completo a él. Yo no quería, pero todo mi cuerpo lo pedía gritos con una necesidad casi mortal.

Así que me dejé llevar.

Cada beso era una sensación diferente; pasión, deseo, amor. Sus dedos acariciaban mi espalda bajo mi camisa mientras me la levantaba, y el roce de nuestros pantalones, cada vez más abultados, me aceleraban el corazón.

Quedé sin camisa muy pronto. Sus manos acariciaron mi torso desnudo y un cosquilleo recorría todo mi cuerpo. Cuando sus manos llegaron a mi cintura solté un pequeño gemido, que lo hizo sonreír.

—Sexy —susurró. Su aliento me hizo cosquillas en los labios.

Me empujó contra la pared, y el frío me hizo estremecer. Comencé a acariciar su abdomen marcado y le levanté la camisa, que se quitó rápidamente. El calor de su cuerpo hizo olvidarme del frío del mármol. Le besé el pecho, me incliné para besar su clavícula y su cuello. Sus caricias iban bajándome poco a poco el pantalón, mientras acariciaba mis nalgas. Besaba su estómago mientras le bajaba el pantalón yo también. Su ropa interior palpitaba y mientras besaba su erección, miré su rostro. Suspiraba con fuerza.

Me acariciaba el cabello mientras le bajaba la ropa interior, y su pene dio un pequeño brinco que detuve con mi mano. El pequeño gemido que soltó mientras chupaba su miembro fue casi imperceptible, pero yo lo escuché. Besaba su cabecita rosada y lamía el tronco hasta sus testículos. Su respiración se hacía cada vez más pesada, y suspiró con fuerza cuando lo metí en mi boca.

Se lamió el dedo de una mano mientras que con la otra acariciaba mi espalda y se hundió en mí sin vacilaciones, el movimiento hizo que levantase mis caderas, no sé si en búsqueda de un poco más o fue un reflejo de dolor. Él apretó mis nalgas con ambas manos y volvió a subirlas. Su caricia recorrió mi cuerpo, jugó un poco con mis pezones y llegó a mis mejillas, que levantó para que pudiera verlo a la cara, que estaba sudorosa. Me hizo levantarme y mi pantalón cayó al suelo. Su erección levantó la mía. No soltó mis mejillas ni un momento, y me besó. Fue un beso perdido en el calor de nuestros cuerpos, en el jugueteo de nuestras lenguas y en su erección frotándose con la mía.

—Robbie -me susurró en los labios—. Hoy eres mío —su voz me excitó mucho más. Me saqué los zapatos y el pantalón de encima y no sé dónde quedó la ropa interior, me agarré de sus hombros, e instantemente, él supo que quería hacer; con un brazo me subió las piernas, y con el otro sostenía mi espalda. Pero su mano había viajado por mi espalda, como si la conociera de toda la vida, hasta mi culo, en el que metió sus dedos. Gemí en su rostro.

—Mueve tus dedos dentro de mí —pedí en un susurro.

—¿Así?— sonrió con malicia, una malicia enloquecedora que solo él podría poseer, y que me había atrapado desde hacía demasiado tiempo.

EVERYTHING ABOUT HERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora