Dominant

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DISCLAIRMER

NO ME HAGO RESPONSABLE DE NADA

ENJOY IT!


TORI

—De rodillas —acaricio su mejilla derecha sintiendo su respiración tibia contra la punta de mi nariz, ella mira al suelo unos segundos y muerde su labio inferior con nerviosismo. Levanto su rostro obligándola a mirarme y una de mis cejas se arquea de forma inquisitiva.

Es una seguridad que en este momento no poseo, gracias al cielo que soy una buena actriz.

—Sí.

Se pone de rodillas frente a mí y verla de ese modo no hace nada bueno por mi cordura. Mierda, maldita mierda... ¿Qué estoy...?

—Quiero que uses tu linda boquita para hacer cosas más interesantes que rogar por mí —su sonrisa me dice todo lo que necesito saber, y un segundo después me tiene gimiendo su nombre por lo alto cuando sin piedad acaricia mi clítoris con su lengua —Joder...

Ella no dice nada, lo único que puedo ver es su oscura cabellera atrapada entre mis dedos y mis caderas moviéndose contra su rostro, mis piernas tiemblan anunciando mi orgasmo. Necesito más.

—Para. —ordeno haciéndola gruñir de nuevo.

—Pero... —niego con mi dedo índice y luego pongo éste bajo su barbilla como indicación de que debe ponerse de pie.

—Ven aquí —la atraigo hacia mí de un tirón, mi boca cubre la suya con posesividad, y las imágenes molestas de Beck besándola por los pasillos de Hollywood Arts nublan mi raciocinio.

Nos guio hacia la cama haciéndola caer de espaldas, y con un rápido movimiento encuentro una pequeña mordaza y un pañuelo que dejé escondidos desde hace algunos días.

—Maldita sea —se queja cuando cubro sus ojos con el pañuelo color negro, yo doy un pequeño azote en su muslo izquierdo antes de cubrir su boca.

Mis mejillas se sonrojan, mis pensamientos corren desmesurados y casi me siento apenada por la cantidad de cosas sucias que pasan por mi mente en este momento.

JADE.

¿Mi novia es amante del sadomasoquismo? No es que no me lo hubiera esperado desde la vez que lo hicimos en el armario del conserje, pero esto es completamente distinto.

De repente su calor me abandona y lo único que puedo proferir es un pequeño gemido, no puedo creer que me he vuelto tan sumisa como para estar cegada y amordazada ahora mismo. El calor asciende por mis mejillas como prueba de mi excitación y mi vergüenza, no puede ser...

—Recuéstate.

Me empuja completamente contra la cama y siento el metal frío de unas esposas envolver cada una de mis muñecas dejándome con los brazos abiertos a su disposición.

—Buena chica —susurra en mi oído mordiendo el lóbulo de mi oreja un segundo después, yo me retuerzo de placer.

Maldita seas, Victoria Vega.

Siento sus besos en mi cuello, sus manos descendiendo por mis muslos antes de subir nuevamente por mi abdomen y hacer presión en mis erguidos pezones provocando gemidos incontrolables.

Sus besos continúan bajando, se detiene en mis pechos y lleva uno de ellos a su boca, succiona con tanta impaciencia que siento desfallecer ante la necesidad de tocarla, me muevo intentando librarme de las esposas.

EVERYTHING ABOUT HERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora