Capitulo -9

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La primera vez.... La primera vez que le dijo que la amaba, una palabra que nunca se imaginaba saldría de su boca, pues era solo usada por los mortales para definir el sentimiento que le guardaban a la otra parte. Solo salió de su boca cuando menos se lo imagino, cuando engendraban a su segundo hijo.

Ambos ya sentían uno por el otro mucho más que cariño o acostumbramiento a estar con el otro. No sé lo decían, pues no era habitual demostrar para ellos. Esa vez, era la segunda, la segunda vez que se tocaban la piel, no fue igual a la vergonzosa he incomoda primera vez, pues ya Hana sabía cómo era la labor, y Daishinkan se ahorro el asustarla, espantarla y explicarle cómo era el asunto, pues la verdad ella era muy inocente en ese aspecto.

Algo fue diferente esa segunda vez, pues Daishinkan hizo algo que ella había visto en los mortales, la estaba besando, cosa que ellos nunca habían hecho. Ella solo lo seguía, pues él era quien le daba órdenes a ella en todos los aspectos. No le dijo nada, aunque le pareció raro de su parte, que su esposo hiciera éso, era diferente al beso que ella una vez le dió, era en los labios, justo como los mortales que eran pareja lo hacían. No hizo más que seguirle la corriente a Daishinkan.

Él estaba sobre ella, cuando despegó su boca de la de ella, para luego acariciar el cuello de Hana con su nariz, delicadamente. Subió un poco, y en su oído susurro aquellas dos palabras que nunca se imaginaba iba decir. Se lo dijo en aquella voz profunda y galante que lo caracterizaba, lento
y tan cerca, que su aliento le causó un escalofrío en conjunto con la frase. Ella al escucharlo, apretó entre sus manos la piel de la espalda de él, como si se le hubiera movido todo dentro de ella, en modo de respuesta solo poso su rostro bajo el cuello de Daishinkan, sintiendo como ella le causaba un cosquilleo en el cuello, con su aliento, mientras a su vez, el perfume suave que de su cabello salía, le acariciaba las fosas nasales, haciéndolo cerrar los ojos, para solo disfrutar de ella en ese momento.

Tiempo después, nació su primer hijo varón, Korn. En esos tiempos, Cus ya entrenaba con Daishinkan, y ya se veía el tiempo de tener otro hijo, a lo que vino Korn, él era diferente a Cus, pues se veía plasmada la viva imagen de Daishinkan en él, en cambio Cus era la viva imagen de Hana.

- Creo que no te gusta sonreír - le dijo Hana a su hijo pequeño, pues de bebé rara vez sonreía. Pero ella no se dejaba ganar, y cuando se lo proponía, le sacaba más de una sonrisa a su hijo.

Hana tenía a Korn en brazos, cuando lo levanto para besarle la frente a su hijo, y este le puso sus manitas en el rostro a su madre. Daishinkan la veía como feliz y sonriente jugaba con sus hijos cuando eran así de frágiles he indefensos, sabía que no debían demostrarle tanto sentimientos a su descendencia, pero él dejaba la excepción con ella, pues él era quien entrenaba y formaba con mano dura a los futuros guardianes de los universos.

De eso se apartó, para llamar a varios de sus hijos para darles una información necesaria.

- Gran Sacerdote, un gusto en recibir una llamada suya - dijo su hijo Korn.

- Lo mismo digo - dijo su hija Vados.

- ¿Necesita algo? ¿Esta todo en orden? - le pregunto Campari.

- ¿Le pasa algo a Lady Hana? - Pregunto Mojito.

- Dejémoslo hablar - propuso la mayor de todos, Cus - Prosiga, Gran Sacerdote - le indico que podía darles el recado.

- Necesito informarles algo importante - dijo cuando dejo de escuchar los comentarios de sus hijos.......

Bills había pedido ir a la tierra, y Whis no podía dejar solo a su madre, así que los tres fueron a dicho planeta. Bills cómo siempre tragando a más no poder, como si no tuviera fondo en el estómago. Whis estaba ocupado con la llamada de su padre, y Hana veía con extrañeza la comida, pues no acostumbraba a comer.

ImperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora