Capitulo -21

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Al principio solo existía el mundo de la nada y eso era, nada. De pronto una energía surgió de esa nada, lo que era todo, osea Zen. Ya existían otros seres que rondaban esa diminuta existencia, los principales entre ellos, Daishinkan y Zarama. Zen tomo su lugar en la pequeña existencia, agregándose así el oh qué significa rey, y en conjunto con Zen que significa todo, formaba rey del todo, pues era lo que había. Daishinkan se le dió el cargo al lado de él, como su asistente y súbdito.

Daishinkan creo para él, el templo Zen, y así su trono sobre lo que existía. Otro como Daishinkan existía, Adriel, que en un principio vino de la misma energía misteriosa de la cual venía Daishinkan, a estos dos seres se les conocía como angeles.

Luego de Zen oh Sama tomara su lugar como rey, se creo el mundo celestial, o Tenkai como de verdad es su nombre. Daishinkan fue creador de ese mundo, y allí en ese reino celestial, se le dió la labor a Adriel. Crear ángeles, desendientes de su imagen y semejanza. Existía un mundo más, el reino de los dragones, en el cuál Zarama habitaba. Así existían las tres bases de la existencia, el mundo de la nada, el mundo de los dragones y el mundo celestial, los tres pilares de la primera existencia.

- Estoy aburrido, Gran Sacerdote - anuncio un día Zen oh Sama.

Daishinkan llevo su mano derecha sobre su mentón, meditando por primera vez en qué hacer. Esa fue la primera vez que Zen oh Sama anunciaba su aburrimiento, pará así tener una labor más Daishinkan.

- Descuide, se quién podrá ayudar en su requerimiento - contesto él.

No paso mucho cuando Zarama le obsequio unos Ordes para su entretenimiento, unos juguetes solo para él, a esos se les llamaron universos. Zarama dios creador de los 18 universos, fue un regalo para entretener a Zen oh Sama.

- Están vacíos, si - dijo este tras darse cuenta de que en esas esferas no había nada.

- Mire con atención - sugirió Daishinkan indicando que allí si había algo.

¡Era verdad! Allí había algo, dos planetas que circundanban alrededor de esos universos, cada uno tenía dos. Luego le mostró dos semillas, una era la semilla de la creación, y otra de la destrucción. Una de cada uno fue plantada en esos dos planetas, para así dar comienzo a la creación, a eso se le llamo el año 1.

Un árbol nació de la semilla de la creación, y de ese árbol nació una peculiar criatura llamada Shin-Jin o Supremos Kaio Samas. Nacieron de un fruto dorado del cual solo nacen creadores. De inmediato Daishinkan apareció ante todas y cada una de esas criaturas que recién acababan de iniciar sus vidas, les indico que su tarea era crear vida, les dió las reglas y normativas que Zen oh Sama indico y así esas criaturas comenzaron a crear. Partieron de la nada, moldeando y cuidando la vida desde cero, viendo día a día la evolución, y así fue como los Kaioshines le tomaron amor y cariño a sus creaciones, naciendo por primera vez la palabra "Amor" y todas sus derivaciones. 

Todo comenzaba a crecer, los universos se expandían, pero aún no nacía el primer Hakaishin, este se tomó su tiempo para nacer. El día en que este abrió sus ojos ante un mundo que tenía por lo menos el 10% de lo que era hoy, y delante de ellos apareció Daishinkan. Les indico que su labor era destruir lo que no era necesario y así hacer un equilibrio con la creación. Por un tiempo todo fue paz, todo fue equilibrio y todo se mantenía controlado en sus cauces.

- Esto es divertido, si - indicaba Zen oh Sama tras ver esos juguetes que Zarama había creado para él.

- Algo no anda bien - señaló Daishinkan tras ver un desequilibrio en la creación.

Los Hakaishines en vez de destruir por norma, lo comenzaron a hacer por capricho. Los Kaioshines comenzaron a enojarse tras eso, pues destruían hasta sus proyectos que ni siquiera podía llamarse creaciones aún, pues apenas evolucionaban. Los Hakaishines eran destructores por Naturaleza, y eran un fuerte oponente, esos primeros Hakaishines eran originales, nacidos de un árbol de destrucción, los que los hacia prácticamente invencibles, nada sobre la creación de los universos podía contra ellos.

ImperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora