Capitulo -26

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Duele, arde, quema, hiere.... Todas las anteriores causadas por su trabajo, por un rey caprichoso que no se dió cuenta que destrozaba al linaje consanguíneo más importante sobre todo lo existente. La familia celestial. ¡Estúpidas leyes! Lo llevaron a crear un sello para evitar problemas iguales de nuevo, pero si se ve desde la perspectiva de él, solo estaba protegiendo a los hijos que le quedaban. Evitaba perderlos, talvez tendrían miedo de sentir y así se resguardarian de ese pensar fuera del frasco, pero con eso solo se hacían más daño ellos solos.

¿Neutrales?, ¡Que gran mentira! ¿Insensibles?, ¡Que falsedad! ¿imparciales?, ¡Un fraude! . Nada de eso existía en verdad, todos sentían, solo que por miedo se cerraban en una caja de cristal donde el más mínimo movimiento los puede dejar caer y romperse dejándolos escapar.

¡Alejate! Esa frase seguía resonando en su interior, haciendo ecos en los lugares más recónditos de su interior, dejando huecos que eran llenados con ese mal que intentaba suplantar con su neutralidad.

¡No iba a lograrlo! Él siempre iba estar allí, dentro de su piel, en su corazón. Era su respiración, no lo podría nunca apartar. Tenía que admitir era parte de ella.

Se mantenía fuerte ante la situación, la procesión la llevaba por dentro, por fuera lucía esa impecable fachada neutral que debía mantener por ley.

- Me preocupa la situación de nuestra madre - mencionó Whis a sus hermanos, se le notaba en los gestos y miradas la preocupación que lo afligía.

- No es para nada común en ella que se guarde los sentimientos. Esa es su principal Imperfección, no es normal - intervino Vados meditando acerca de las posibilidades de su silencio.

- Es mucho, es solo eso. Tiene tanto encima que no sabe ni siquiera como reaccionar. Déjenla que lleve sus penas a su manera, no sabemos cómo sufre ella, pues no vemos el mundo desde su perspectiva - Sugirió la mayor de todos, Cus. Llamo la atención de sus hermanos de inmediato, captando el foco de atención completa de ellos.

Los dejo pensativos a todos, tenía razón la mayor de la prole. Ninguno entendía como ella sentía, tanto tiempo suprimidos los hizo olvidar que los demás sienten de otras maneras ajenas a aquellos sentimientos resguardados.

Cus, Vados, Mojito, Korn, y Sour, además de Whis eran los que estaban allí presentes. Disputando los problemas que cayeron sobre su linaje repentinamente.

- No sabe del sello ¿Cierto? - Pregunto Sour a ninguno en especial.

Whis en respuesta solo movió su cabeza de lado a lado en negativa, indicando que no.

- Deberíamos informarle todos los eventos sucedidos ese día, incluyendo los subsecuentes desde dicho evento -  añadió Mojito en un semblante serio y sereno - el Gran Sacerdote no podrá hacerlo, es nuestro deber informarle los sucesos.

- Por ahora no es adecuado. Recuerden que nuestra madre acaba de dar a luz - señaló Korn, dejando a entender que no era momento -  y por culpa de cierto despistado, fue de la peor manera - le señaló a Whis su error, en un tono reclamante y acusador.

- Estaba en mis deberes como el ángel que soy. No me culpen, fue muy rápido, tanto que al momento nació nuestro hermano menor - se defendió Whis ante la acusación de su hermano mayor.

- Solo tenías una labor con ella. Déjame señalarte que tú habías dicho que podías atenderla ¿Recuerdas?  - destacó Korn, recordándole sus palabras y promesas.

Korn en ese aspecto era demandante, odiaba ver alguna injusticia con su madre. Si es bien sabido Korn es el más resguardado, neutro y dedicado, con la angel que le dió vida rompía sus murallas simultáneamente, a la vez que nadie notaba eso. Era cosa solo suya.

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