Capitulo -30

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- ¿Sello? - repitió ante la duda que esa frase le proporciono.

- Le dijimos que las cosas a su tiempo. Todo lo sabrá paulatinamente - intervino Cus ante el descuido de su hermano menor.

Hana levanto una ceja ante ese comentario. No por molestia en si, más bien era por qué sentía la subestimaban.

- ¿Ustedes creen que no puedo suponer que ocultan algo? - reclamo acomodando a Amour entre sus brazos.

- Madre, nosotros....

- Los conozco más que ustedes mismos - atacó ella antes de dejar a Mojito terminar la frase.

- Nosotros lo hacemos por su bien - termino de concluir la frase.

- Hijo, a veces es mejor hacer un mal. Las cosas deben enfrentarse de raíz - dedicó Hana a su hijo, Mojito.

Tenía razón Hana. De nada sirve jalar una venda de a poco, es mejor arrancar esa venda que cubre una herida abierta, de un solo tirón. Un dolor rápido y único, y no varios como dosificados con anestesia.

- No me agrada ver a esos ojos tristes. Créame cuando le digo que es lo mejor - declaró Mojito luego de acercarse, inclinarse y hablarle de cerca.

Amour al tener a Mojito cerca, hizo un gesto que lo hizo retroceder un poco y algo confundido, pero que luego cambio a una sonrisa.

- ¿Quieres que te tome en brazos? - le pregunto Mojito a su pequeño hermano quien le hizo un gesto con sus manitas para que esté lo levantara.

Amour obviamente no le iba a responder, solo lo levanto de los brazos de su madre y lo elevó a la altura de su rostro.

Primera vez que lo levantaba. No se esperaba que Amour le pudiera eso, simplemente fue sorpresivo. Era liviano como una pluma, al menos eso le pareció ante su fuerza. Amour lo miraba con curiosidad, quería indagar en ese ser que se asemejaba en su energía. Ya había analizado superficialmente a Cus, su poder no le permitía llegar más allá.

- Soy como tú - le dijo Mojito tras ver qué este lo rebuscaba con solo la mirada - aunque diferente.

Las inquietas manos del pequeño ángel, se tomaron un pequeño atrevimiento que su curiosidad le pedía a gritos. Jalar esos cabellos que estaban cerca de su cara. Le jalo tiernamente un mechón de esos largos cabellos blancos de Mojito. Claro, no le dolió, en cambio le dibujo una sonrisa enigmática. Amour cerro sus pequeños dedos en torno a ese fino mechón y pretendía meterlo a su boca.

- No.. Oye, eso no se hace. Mejor has esto - le dijo indicándole que era mejor llevar su pequeña mano a su diminuta boca. Su dedo pulgar para ser exactos.

Amour de inmediato le agrado esa acción tan reconfortante para un bebé. Se veía tan tierno, más de lo que ya era. Pero como todo bebé curioso, con su otra mano insistió en jalar los mechones de cabello de su hermano.

- No es divertido - declaró Mojito ante esa insistencia.

- Parece que eres un juguete para él - río Cus con un poco de ternura.

La tarde transcurrió hasta convertirse en noche. Mojito y Cus dejaron el universo. Estaba sola en compañía de su pequeño, Whis se acercó para ver cómo estaba tan tranquila a la luz de los astros que iluminaban el cielo nocturno del planeta. Ella estaba en las afueras de el castillo, un lugar despejado de árboles, a excepción de uno detrás de ella que hacia una sombra con la luz de los astros.

Pensó en preguntar por la historia que ella dejó inconclusa hace unos días, pero no sabía si debía. ¿De verdad quería borrar esa paz que parecía tener ella? Igual se veía Vacía y algo melancólica a ratos, pero no significaba que le arrebataría eses fugaces ratos de calma que lucía en su rostro.

ImperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora