Capitulo -39

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No lo creía, lo que veía era totalmente impresionante. Cierta energía llamó su atención en la creación, una que hace demasiado tiempo no sentía, la reconoció de inmediato. Pero simplemente era imposible que eso sucediera. La destrucción era compleja, y como la palabra lo dice, destruye, osea que desaparece y nada queda de lo que era. Un energía que creyó destruida estaba resurgiendo de entre la penumbrosa destrucción.

Mantenía su baculo entre sus manos observando estupefacto lo que proyectaba. Su semblante se tornó serio, ese evento se robó su atención por completo y no se podía apartar.

- Oye, Whis - llamo el dios gato.

- Dígame, señor Bills - respondió sin despegar su atención de su baculo.

- Tu hermano pequeño se parece a ti también. Mirá, hasta tiene tu expresión de cuando te ríes - le señaló mientras apretaba las mejillas de Amour con sus dedos, para así formar una "O" con sus labios. Así se parecía a la expresión facial de Whis al reírse - nada más le falta que saque tu risa irritante.

Lo que Bills sintió luego fue el golpe que Whis le propinó tras el insultante comentario respecto a su risa.

- Déjelo en paz, señor Bills. No lo vaya a hacer llorar - le señaló luego para así volver a lo suyo con su baculo.

La verdad le irritó que Bills lo haya interrumpido de algo tan importante solo para burlarse de él y su risa.

- ¡Ay, pero si es cierto! - señaló Bills mientras se sobaba la frente con su mano.

- Como usted diga, señor Bills - rodó sus ojos para seguir con lo suyo.

Bills levanto al bebé ángel a la altura de su rostro y lo miro con un gesto similar al de tener una ceja levantada.

- Pensándolo bien, es un insulto para ti el compararte con el amargado de tu hermano - le dijo a Amour mientras lo giraba de lado como si fuera un juguete.

- Mi padre debe enterarse de esto - hablo Whis para si mismo refiriéndose a lo que observaba.

Golpeó su baculo contra el suelo para poder comunicarse con su padre. No lo quería interrumpir en su charla con su madre, pero esto ameritaba atención inmediata. El asunto era grave.

La escena con que se encontró, talvez no era la apropiada a la vista de un hijo. Nada grave, pero sin dejar de ser vergonzoso.

Whis soltó un pequeño grito de sorpresa. Se llevó la mano hacia la mejilla de nuevo, y cortó la llamada de inmediato.

- Creo que no es momento - señaló para su mismo luego de una risa nerviosa y un sonrojo que se apoderó de su rostro.

Nada grave, de hecho le pareció tierna la escena. Aunque nunca lo esperaba. No era la primera vez que veía ese tipo de escenas, y no es para mal interpretar. Había observado eso en distintas razas, claro, como aprendizaje. Nunca con morbo.

¿Se abrían dado cuenta de que los observó sin querer? No lo sabía, pero prefirió hacerse la idea de que no le reprocharían nada. De hecho no los veía en esa posición de reclamar esas cosas, eran demaciado discretos con su relación.

¡No sabía que hacer! Debía ir al reino celestial a resolver ese asunto que estaba resurgiendo. No podía interrumpir a sus padres, podía ir el mismo, pero no podía dejar a Bills solo, menos lo podía llevar consigo. El reino celestial no tenía permitido tener visitantes que no fueran angeles, eran tierras sagradas. De hecho vió una oportunidad de ir sin preocuparse de Bills, él estaba solo en el planeta, iría rápido y Bills estado solo no sería molestado.

- Señor Bills, necesito resolver un asunto. ¿Le parece si lo dejo solo un instante? - Pregunto con un semblante serio que delataba la gravedad de su urgencia.

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