Capítulo 18: Un Futuro a Oscuras

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Alayna

La caída fue más suave de lo que pensé que podría ser. Pero más fuerte fue el impacto de observar el mundo de las brujas.

Ahora estamos caminando por un amplio pasillo en una de las grandes casas que surcan un bosque oscuro. Las construcciones se benefician de la naturaleza del lugar. Cada hogar está hecho de una madera vieja y sucia, pero debo decir que tiene su encanto.

El único lugar que suponía ser hecho de un material nuevo y mejor diseñado, es la gran casa por la que circulamos.

— ¿Este es tu hogar? —pregunta Arthur con la mirada perdida entre los diferentes libros y cuadros que se observan en las paredes.

—Este es el hogar de todas las brujas —dice la mujer —antes de que apareciera el espíritu del bosque, nosotras y otras especies vivíamos arriba, conociendo lugares, libres del encierro y por culpa de un dragón, ahora vivimos confinadas para no mostrar lealtad a nadie.

—Pero las he visto trabajar con mi padre.

—Trabajar no es lo mismo que lealtad —afirma la bruja mirándonos con obviedad.

Suelto el aire que no me di cuenta de que lo había acumulado y le digo a la mujer, tratando de ser lo más tranquila posible.

—No entiendo. ¿Qué estamos haciendo aquí?

—Dos cosas: iban a convertirse en comida de hadas y queremos ver quién eres, Alayna —me menciona con una sonrisa llena de superioridad.

Me dedico a pensar en el mismo lugar, con la mirada perdida y corazón desbocado en que decirle y es que, Arthur descubrió algo antes, pero el ser linaje de guardianes no me sacia la inquietud. El espíritu del bosque me marcó hace doce años por alguna razón y sigue esperando por ella misma. Sé que hay algo más que la sangre de mi abuelo corriendo por mis venas.

—Ali, no estás... —Arthur susurra cerca de mí, confundido.

—Tengo que, Arthur. Es importante —le pido.

—También es importante escapar de mi padre.

—Aquí pueden estar seguros por un tiempo —menciona la bruja mirándonos de uno en uno —y por cierto, soy Adelin.

La mujer se aleja por el amplio castillo, dejándonos a solas. Lo miro a los ojos suplicando la oportunidad. Necesito saber que es lo tengo en mí que es tan importante.

Entonces, Arthur suspira con pesadez.

—Bien, pero yo no hablaré con tus padres si se asustan debido a ti —dice con el rostro queriendo enojarse, pero sonrío ante su expresión y no logra llegar a la furia, pues se ríe conmigo.

—Gracias —respondo sarcástica.

Seguimos avanzando, mientras agradezco infinitamente que Arthur sea tan protector conmigo. Me siento más segura con él y no sé por qué, pero infunde una sensación de valentía que desconocía antes en mí.

La puerta que Adelin deja abierta para nosotros muestra lo que parece ser un montículo de arena con cuatro pilares alrededor llenos de escrituras y runas. Las paredes externas están papeladas con dibujos parecidos a los que la biblioteca del rey tiene.

— ¿Sabes quiénes son? —pregunta otra bruja que está en la habitación. Me cuesta acostumbrarme a la idea que estoy rodeada de ellas.

—Eiocha y Cernunnos.

—Excelente, ya tienes idea de lo que creo el mundo.

—Sí, lo escuche ya varias veces, la última estaba con el rey, con el espíritu y dijo que él es descendiente de Cernunnos —digo contando.

La Sinfonía De Dragones © (Libro 1. Alayna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora