Arthur
Hace 250 años
Corro por el largo puente que llega desde el castillo hasta el bosque. Hoy es mi cumpleaños número seis y cuando sea grande seré el mejor dragón de todos.
Así lo quería mamá, antes de morir.
Papá va detrás de mí, riéndose.
—No te rías —le digo.
—No lo hago, campeón —sonríe con cariño — ¿Hagamos una carrera hacia la torre más alta?
—Papá, tus alas son más grandes, yo no vuelo tan rápido.
Apenas agacho mi cabeza, sus brazos me envuelven en un abrazo.
—Lo harás cuando seas grande, ahora... yo te llevo.
Su transformación es esplendorosa, lo que me hace reír contento. No puedo evitar soltar un wow cuando lo veo. Papá cambia su forma a un gigante dragón de piel oscura y terrosa. Las escamas marcan sus alas que abarcan casi todo el puente.
Me subo a su espalda en un dos por tres. Como soy tan pequeño me sujeto de su cuello y no logro darle la vuelta.
Pronto levanta su vuelo, haciéndonos sentir el viento en nuestro rostro.
Inhalo y exhalo el rico aroma de las flores silvestres que viven en el bosque. Mientras mi padre vuela soy feliz. Avanza cruzando los bellos valles verdes que existen en mi mundo.
Es mi hogar.
Papá vuela hasta la montaña más alta y descansamos ahí, observando todas las maravillas que están en nuestras manos. De repente, las imágenes de mi madre llegan a mi cabeza, llenándome de pena... otra vez.
— ¿Amabas a mamá? —suelto de pronto.
Él suspira antes de responder.
—Por supuesto que lo hacía. Ella...era mi vida.
— ¿Por qué tuvo que morir? —le pregunto mientras las lágrimas comienzan a llenarme el rostro.
—Así...es el ciclo de la vida —responde papá. En su mirada también se ve la tristeza. Supongo que perderla por un accidente es horrible, pero más haber estado con ella y poder hacer nada.
—Papá...
— ¿Sí?
— ¿Por qué crees que se lanzó primero?
—Porque nos ama, Arthur. Eso es lo que hace el amor. Nos permite sacrificarnos por los que amamos. Es una pena lo que sucedió con tu madre, pero estoy seguro que su amor era tan grande que lo que hizo por nosotros será recompensado en su descanso.
— ¿Se sacrificó por amor?
—Sí, se sacrificó porque nos eligió primero a nosotros, antes que a ella. Eso es amor.
— ¿Lo es?
—Eso creo —dice apretándome contra él.
En la actualidad
Alayna está con su familia tratando de calmarla, sobre todo a su abuela, mientras a las afueras las sombras de Balar se expanden. Si Matt no llega con sus refuerzos, no sé qué haremos. Me siento en una silla de la cocina y me pierdo viendo cómo le ha crecido el cabello a Ali. Se ve hermosa en ese traje negro.
Suspiro al pensar en todo lo que hemos vivido. Como la conocí, como me enamoré a primera vista de ella y eso sin siquiera darme cuenta. Sonrío al recordar.
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La Sinfonía De Dragones © (Libro 1. Alayna)
FantasyUna melodia se instala en la mente de una Alayna de siete años, cuando en un accidente, queda ciega. Desde ese momento, todo lo que le queda es el sonido. Sus oídos se transforman en sus nuevos ojos y sus dedos en su portavoz más agradable. El 15 de...