Alayna
Se hizo de noche pronto y me sorprendí al ver que mientras más oscuro se hacía el cielo, el agua se iluminaba con más fuerza. Me encuentro recostada en una plataforma suave que parece una hoja enorme, pero es gruesa, así que no se hunde.
Lara está con los brazos apoyados en el borde de la plataforma.
Ambas miramos como las estrellas juegan en el cielo. Muy diferente a lo que sucede en mi mundo.
—En mi mundo...las estrellas apenas se ven —comento.
—Tu mundo se independizó —responde ella. Noto un leve sarcasmo en su voz y la observo preguntando a que se refiere —digo que, los humanos olvidaron quienes estaban antes y ya solo son leyendas en sus cuentos para dormir. Eiocha, Cernunnos, los elfos, dragones, brujas e incluso nosotras. Todos pasamos a la historia.
— ¿Y aquí no fue así con los humanos?
—Bueno, jamás tuvimos tanto contacto. Solo los que pertenecían a los guardianes podían ver este mundo y los demás.
—Entonces, ¿Cómo esperaban que recordaran algo...si no les daban atisbo de su existencia? Tal vez el mundo sería distinto si hubiésemos compartido en algún momento —reflexiono, luego nos quedamos en silencio.
Quiero pensar que tengo razón y que por lo mínimo, Lara lo medita. Y es que, es verdad. Si hubiésemos conocido de su existencia, de todas las criaturas, la vida sería diferente. Mundos conectados, conviviendo entre ellos.
Hubiera sido lo que yo quisiera si fuera la diosa creadora.
—Y bien... ¿Cuál es la historia real? —pregunto acomodándome en dirección a ella.
—Solo espera... —dice apuntando al cielo —falta poco.
Sigo mirando por unos buenos minutos. Cómo está todo en silencio y con una agradable iluminación, el cansancio comienza a hacer efecto y noto la pesadez en los ojos.
Justo cuando estoy a punto de cerrarlos completamente, pasa encima de nosotros una gran estrella fugaz, que ilumina de celeste todo el ambiente. Me levanto apenas y miro a mí alrededor.
— ¿Qué fue eso? —Pregunto notando la diferente sensación en la que las sirenas ya no están — ¿Qué pasó?
—Pasamos a otro plano —responde con tranquilidad. ¿Habla del plano astral? —No es el que buscas, lo siento.
— ¿Cuál es?
—El de los recuerdos del mundo. Tu buscas un escondite que solo los de puro corazón pueden acceder, por eso es un buen lugar para ocultarse de los malos —comenta mirándome fijamente —en el plano astral puedes actuar con el objetivo de que afecte al mundo real o al mundo que desees, pero en este, solo vemos lo que sucedió hace muchos años.
Entiendo.
Esto fue más sencillo. Pocas palabras. Sin un lenguaje tan complicado.
Asiento y espero que comience a hablar, pero en vez de eso se mueve fuera del agua y su cola empieza a brillar. Así que en un par de segundos, su parte inferior es reemplazada por unas largas y finas piernas. Pero eso no es lo más impactante, sino que de pronto se levanta sobre el agua y comienza a caminar por encima de ella.
Me ofrece su mano y de inmediato dudo.
¿Cómo se supone que caminaré sobre el agua?
—No pienses, niña —dice mientras siento el cielo brillar con intensidad.
—Dime Alayna —tomo su mano.
Y hago lo que ella dice, no pienso. Solo escucho y observo. La asombrosa luz pronto se transforma en imágenes que se ven bastante lejanas a lo que conozco, pero otras se vuelven familiares.
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La Sinfonía De Dragones © (Libro 1. Alayna)
FantasyUna melodia se instala en la mente de una Alayna de siete años, cuando en un accidente, queda ciega. Desde ese momento, todo lo que le queda es el sonido. Sus oídos se transforman en sus nuevos ojos y sus dedos en su portavoz más agradable. El 15 de...