Capítulo 21: Cambio de Planes

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En la Dehesa

—Sky, ¿De verdad no sabes nada de ella? —pregunta la madre de Alayna, quien ha viajado sospechando de que su hija estaría allí en la casa, pero la realidad es otra.

—No tenía ni idea de que se había marchado —dice la amiga de Alayna.

La madre, Abigail, se dirige a la señora Rachel y la mira con ojos suplicantes.

—Por favor, usted fue la última que la vio, ya van a hacer cuatro días donde no tenemos noticias de ella.

—Abigail, si te dijera en que está metida mi nieta, no lo creerías.

—Entonces lo sabes —responde el padre de Alayna —porque haces creer a los demás que no lo sabes.

—No me faltes el respeto —se queja Rachel —tu reacción es la causa de que no entiendas que Alayna está en una situación importante.

Harold suelta una risa sarcástica, porque para él solo ellos saben lo que Alayna tiene, ni Rachel, ni Sky. Nadie. Teme que la enfermedad que tantos años lleva tratando, le complique lo que sea que está haciendo y así no podrá volver a casa.

—Hoy pusimos una denuncia —comenta Abigail —lleva mucho tiempo desaparecida.

La tensión en la casa se siente en los silencios que la familia genera. Sky se sienta en el sillón esperando la decisión final y es que, a sus padres no les agrado la idea de salir en la búsqueda de su amiga cuando aún hay federales rondando la zona, tratando de encontrar a la extraña criatura.

—Ella volverá cuando sea necesario —menciona la abuela.

— ¿Cuándo será eso? —el padre de Alayna camina exaltado por la casa.

—Cuando ella lo decida.



Alayna

— ¿Estás segura de eso?

—No, pero creo poder hacerlo bien allá —menciono —necesito saber de ciertas cosas: de mi abuelo, de donde proviene todo esto y sé que en mi mundo hay mucha información. Mi abuela...sabe suficiente y tengo que ver a mi familia.

—Pero...este mundo te necesita —comenta Mag con melancolía y dureza.

—Lo sé —digo mirándola fijamente —y no los dejaré, pero necesito conocer a qué me enfrento, que puede suceder y como pelear contra eso. Han aguantado mucho tiempo, pueden hacerlo un poco más, por favor.

Ella suspira bajando la cabeza.

—Tienes razón —toma mis manos —te daré los mejores libros y rezaré por ti a Eiocha, que su espíritu dentro de ti, te guíe.

—Gracias —susurro.

—Tienes que traerla de vuelta —apunta a Arthur, quien asiente con una sonrisa respetuosa.

—Tiene mi palabra.

Caminamos hacia donde está la entrada por donde llegamos a este mundo. Al igual que el día anterior la observo, pero esta vez con anhelo.

Solo cuatro días y pasaron muchas cosas.

Conocimos a quien es el enemigo, aprendí que poseo el espíritu de una antigua diosa y soy la esperanza de un pueblo. Además, sé que en mi sangre figura el linaje de mi abuelo, así que en honor a él no quiero defraudar a nadie.

—Salir al bosque allá arriba es peligroso, así que usaran esto —Mag mueve una de sus manos soltando un brillo grisáceo que de inmediato genera en nosotros una sensación de protección —es un hechizo único. El conjuro de paso. Solo se puede usar una vez en manos de seres mágicos, lo que significa que...cuando vuelvan tendrán que volver por el paso original.

La Sinfonía De Dragones © (Libro 1. Alayna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora