9- Elegir un infierno

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Los pasillos de la base de Bonten siempre serían de aquella misma manera, lujosos y con refinados diseños en algunas partes de las paredes. La baldosa de los pisos se veía sumamente limpios, haciendo relucir su blanco color, tal ves alguien se podía ver reflejado allí.

A veces a Arima le traía malos recuerdos ver ese blanco, ya que en una ocasión la había visto teñida de un color rojo, le hubiera gustado que fuera pintura pero en realidad fue sangre, un hombre había muerto allí, corriendo de esta manera su sangre, todo aquello había sucedido frente a ella.

La razón fue que una de las personas que había traicionado a Bonten, luego de una larga «charla» habían decidido ejecutarlo, igual que siempre en la bodega. Pero de una manera que ella tampoco sabía el hombre escapó, hasta hoy en día nunca supo cómo, ya que no se le ocurría una manera en la que podría escapar de Haruchiyo, hasta hoy en día no sabía si de verdad había escapado o él lo dejo ir intencionalmente para así perseguirlo y darle esperanzas de vida, sonaba retorcido pero nunca se podía saber que sería lo que haría bajo el efecto de las drogas, a veces eran pastillas o inyectables, eso no importaba.

Mientras corría por los pasillos el pobre parecía de verdad tener esperanzas de salir de allí, corría con la respiración agitada y varios rastros de sangre en el cuerpo, Arima paró su caminar al ver como ese hombre corría por el mismo pasillo donde ella caminaba, y venía directo a ella, no sabía que estaba pasando pero estaba asustada. Al otro lado Haruchiyo apuntó su arma de manera certera y disparó dos veces, ambos impactos dieron en la cabeza del hombre, claramente lo había asesinado.

Había muerto frente a ella, presenció todo sin saber que hacer más que quedarse quieta en su lugar, mirando como la sangre teñía poco a poco el piso mientras sus mejillas se sentían húmedas. Aquella escena, de como ese hombre corría desesperado y la sangre en el piso la había atormentado varias noches, su sueño se vio perturbado demasiadas veces con pesadillas que la hacían despertar al borde del llanto. No supo como logró deshacerse de aquello, pero agradecía que así fuera.

Fueron ascendiendo hasta el ultimo piso, solo se había limitado a seguir a Manjiro en silencio, al parecer no quería hablar, era mejor dejarlo así.

Abrió la metálica puerta dejando ver el estrellado cielo nocturno, un sentimiento de alivio invadió a la joven, sentía que se había alejado de todo.

Pero si tanto alivio le causaba alejarse de aquello, ¿por qué no simplemente lo hacía? Después de todo, no la tenían allí obligada, ni el propio Manjiro la obligaba. ¿Entonces?

Es algo complejo de explicar; no es falta de amor propio, tampoco algo así como el gusto por el sufrimiento, era algo que ni siquiera ella podía explicarlo muy bien.

Para hacerlo un poco más fácil, era como una serie televisiva. Comienzas por el primer capítulo y la trama en ocasiones te atrapa, ves en ella algo que te interesa y despierta tu curiosidad, claro que gracias a eso mañana volverás a ver el próximo capítulo y así por el resto de los días hasta que anuncien que se vienen los capítulos finales. En esos momentos sentirás una felicidad algo extraña, sientes que todo el tiempo en que seguiste esa historia comienza a cobrar sentido. Y claro, por nada del mundo te perderás aquellos capítulos decisivos, hacer eso sería desperdiciar todo lo que ya viste.

Pero si lo piensas alguna vez, hacer eso es dañino en ocasiones, ya que en vez de ver aquella serie, podrías haber salido con un amigo u amiga, podrías haber pasado ese tiempo con tu mascota o haciendo ejercicio. Esa solo son algunas opciones, existen infinidades de ellas, algunas de las cosas que pudiste haber hecho.

Habrías invertido en tu vida social, en tus mascotas y en tu salud, eso sin lugar a duda hubiera sido mucho más beneficioso para ti, pero te interesó más aquella serie ficticia, así que elegiste eso dejando de lado lo contrario.

¿𝘛𝘶́ 𝘛𝘢𝘮𝘣𝘪𝘦́𝘯? ━━━━ 𝘔𝘢𝘯𝘫𝘪𝘳𝘰 𝘚𝘢𝘯𝘰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora