¿𝘛𝘶́ 𝘛𝘢𝘮𝘣𝘪𝘦́𝘯? ━━━━ 𝘔𝘢𝘯𝘫𝘪𝘳𝘰 𝘚𝘢𝘯𝘰

16- Regalo

—Woha, me gusta, sí que sí. Tiene la decoración muy vistosa.

Iba observando cada cosa a medida de que iba ingresando.

—Arima, es un burdel.

—Lo sé, no me importa si vives en un alcantarillado o en un burdel, eso no te cambia.

Ken solo suspiro con pesadez —No sé por que te confío algo así.

Hoy era el gran día, el día en el cual se festejaba el cumpleaños de Emma, pero Ken aún no decidía cuál era un buen regalo para ella, así que Arima había ido junto a él para así ayudarlo.

—Y si mejor le confiesas... —no la dejó terminar ya que la interrumpió.

—No, eso no, esta ya es buena idea —negó mirando los peluches sobre su estante —¿cuál de los dos es mejor?

Habían dos de ellos, uno de un débil color azul y otro un vivo rosa, ambos adorables, le encantaban.

—¿De dónde los conseguiste?

—El otro día fuimos a una maquina en el cual se extraían peluches, Emma dijo que le gustaba, pero no se si se refería al celeste o al rosa, así que traje ambos.

—A mi me gustan los dos, pero...

—¿Pero?

—A Emma la e visto vestir de rosa varias veces, no se vestirá con ese color si no le gustara, por eso creo que será mejor el rosa.

Se apresuró en tomar el color rosa mientras el otro solo lo dejaba allí, al parecer iría ahora mismo a dárselo

—Oye, ¿y ese? —preguntó mirando al peluche celeste que quedaba allí.

—Eh... llévatelo tú si te gusta.

Sonrió de manera alegre, mentiría si dijera que no esperaba que él dijera algo así. Tomó el oso de felpa abrazándolo.

—Gracias Draken.

Asintió para después abrir la puerta y salir, pero antes de ir volvió a mirar hacia ella.

—¿Te llevó primero de aquí?

—No te preocupes, tu estas más apurado que yo. Ve a darle su regalo, yo te espero aquí.

Dudó un poco pero terminó diciendo:

—No toques nada y no hables con nadie.

—Claro claro, ahora ve.

Aún no confiaba en dejarla allí sola, pero cerró la puerta y salió, tampoco creía que Arima haría ninguna tontería, lo máximo que sería capaz de hacer es posiblemente mirar con adoración su mural de fotografías, sabía que le gustaban esas cosas.

Mientras, ella puso el oso de felpa bajo su brazo fue hacia uno de los murales, varias fotos de los amigos de Ken estaban allí, no pudo evitar sonreír y sentirse un poco nostálgica al mismo tiempo, admiraba el cariño que sentía por sus amigos, eran tan unidos, aquello era lindo desde su punto de vista.

Incluso una imagen de Emma estaba allí, era hermoso, se notaba a kilómetros lo mucho que se querían, al parecer ellos eran los únicos que no lo sabían.

—¡Oye Draken! —escuchó una voz.

Volteó para mirar hacia la puerta, una mujer estaba allí

—Hola —saludó.

—Uh, hola, ¿Eres amiga de Draken?

—Sí, él salió un rato y me dejó esperándolo aquí.

—Que mal, venía a buscarlo para que jugara poker con nosotras. Y dime, ¿tu sabes jugar poker?