30- Una nueva era

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Manjiro había salido a la mañana, no dijo a dónde iría, pero ella tampoco se molestó en preguntarle, imaginaba que se reuniría con sus amigos de la Touman. Mientras ella aprovecharía su tiempo libre, la escuela la había tenido muy ocupada, así que podía disfrutar un poco del fin de semana. Trataba de no volver a descuidar sus notas, entre tantos problemas lo había hecho, pero en estos momentos se encontraba tratando de recuperarlas.

No representaba tampoco un problema para ella vivir con Manjiro y su abuelo, de hecho se llevaba bastante bien con el abuelo, le enseñaba de ves en cuando artes marciales, ella no era muy aficionada a cosas referentes a ello, pero disfrutaba de pasar tiempo con él, además le sorprendía que a su edad siguiera haciendo ese tipo de actividad física.

No había tenido abuelos tanto paternos como maternos, así que le agradaba estar con él, en realidad la trataba tan bien que a veces llegaban momentos en que ponía a Manjiro algo celoso.

En cuanto a sus padres, seguía en contacto con ellos, aunque no de la misma manera, por alguna razón no quería acercarse a ellos. No tuvieron ninguna discusión a partir de esa noche en la cual se había ido de casa, pero algo en ella simplemente  había comenzado a rechazarlos, no había dejado de quererlos, sentía cariño tanto a su padre como a su madre, pero al mismo tiempo no disfrutaba de momentos al lado de ellos. Además le habían pedido que regresara, se negó a ello, no quería que todo se repitiera, algo le decía que no terminaría bien si hacía eso.

Buscaba en las alacenas de la cocina algo de cereal, ya era por la tarde y quería algo para merendar. Dio un pequeño salto debido al susto al escuchar el tono de su teléfono, ante el silencio que existía en la casa el sonido repentino la sobre exaltó. Miró la pantalla en cual marcaba el nombre de Ken, no dudó en contestar para después decir:

—¿Cómo estás Draken? Hace tiempo que no nos vemos.

Sí, de eso quería hablarte, ¿te parece vernos en media hora?

—Claro, puedo ir hasta allí si quieres, hace tiempo no juego cartas con las chicas.

Arima, sabes que no es correcto que estés aquí.

—Pero si me caen bien... ¿nos vemos en el puente? La vista debe ser buena, desde allí, pronto será de noche.

Claro, allí estará bien, nos vemos.

Terminó con la llamada y dejó a un lado la búsqueda del cereal y fue a su habitación para cambiarse de ropa. Ya era en la tarde, pronto oscurecería y Manjiro no había vuelto, comenzaba a preguntarse donde había ido.

Salió de allí, caminando hacia el puente en el cual se encontraría con Ken, al llegar esperó un poco allí, mirando a lo lejos con una ligera sonrisa, le agradaba la vista y además la ligera brisa.

Escuchó el sonido del motor de la motocicleta de Ken, miró hacia él, viendo como bajaba y se acercaba a ella. Sonrió para él, pero al acercarse vio algunos rastros de golpes en su rostro, al parecer peleó con alguien.

—¿Y esos golpes?

—No es nada, estoy bien pero te quiero hablar respecto a eso.

—Claro te escucho.

Ambos se apoyaron en el barandal, para que después Ken comenzara a decir:

—Hoy estuvimos en el templo Musashi, los demás chicos y también Mikey, él nos comentó que pensaba seguir en el mundo de las pandillas, le dimos opciones para que eligiera algo distinto, pero una discusión comenzó de la nada, Mikey la comenzó pero no fue normal, fue como si formar esa discusión hubiera sido intencional de su parte. Llegamos a los golpes incluso, de allí vienen estos rasguños.

¿𝘛𝘶́ 𝘛𝘢𝘮𝘣𝘪𝘦́𝘯? ━━━━ 𝘔𝘢𝘯𝘫𝘪𝘳𝘰 𝘚𝘢𝘯𝘰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora