Sus mechones eran suaves, tanto que al enredarlos en sus dedos se sentía suave, pero al mismo tiempo se atascaban ya que la noche había desordenado sus cabellos haciendo que se revolvieran de esa manera.—Para con eso —pidió con voz algo ronca, debido a haber estado durmiendo.
Hizo caso omiso a lo que dijo, sin embargo sonrió traviesa, jalando de uno de los mechones en sus manos, consiguiendo una queja por parte de Manjiro, pero aún sin abrir los ojos.
—¡Despierta dormilón!
Luego de su queja, sus brazos se enredaron en el cuerpo de la contraria, quedando el recostado sobre ella mientras se acomodaba para seguir durmiendo.
—A ver si así te quedas en un lugar —murmuró volviendo a cerrar los ojos.
Sonrió mientras también cerraba los ojos de nuevo. Sentía la fría mañana, pero la calidez de las mantas los protegían cada vez que el helado aire se filtraba por la ventana. Mientras, Manjiro rodeaba su cuerpo con sus brazos, mientras ella seguía pasando sus dedos por sus largos mechones al tararear una suave melodía de vez en cuando, tratando que despertara.
Ya había transcurrido una semana desde que salió de su casa, ahora se estaba quedando con Manjiro, aunque ya se podía decir que vivía allí por que incluso tenía una habitación propia, pero hasta ahora no había pasado ninguna noche en ese cuarto, ya que Manjiro siempre pedía que durmiera con él, y ella terminaba accediendo a la mirada de aquellos ojos negros, sea lo que sea al final siempre accedía.
Además, tampoco le molestaba dormir con el, lo adoraba de hecho.
Hoy en particular era un día importante, un día en el cual la Toman se reuniría, luego de la victoria contra la Tenjiku ya había pasado una semana, y en esta reunión al parecer se comunicarían algunas cosas respecto a aquello y la situación actual de la Tokyo Manji. Manjiro no le había dicho nada al respecto de lo que se trataría en la reunión, pero creía eso al verlo tan pensativo la mayoría de veces, esto sin contar que aún le afectaba la muerte de Emma y la de Izana, solo había pasado una semana después de todo.
Pero ahora estaban disfrutando de aquello, dar vueltas en la cama mientras la fémina trataba de safarse de él, quien sólo la enredaba en su brazos una vez más, ambos riendo de manera muy poco audible y pausada.
—Mikey caeremos de la cama.
—Que va... yo te salvaré de pegarte contra el piso, no permitiré que te lastimes —aseguró hundiendo su rostro en el espacio entre su cuello y hombro.
—¿Ah si?
—No, con el piso ni con nada.
—Yo también quería hacer eso —rió, pero no de manera sincera, más bien era una nerviosa.
—Uh, ¿a que te refieres? —preguntó mirándola, fingiendo no haber captado lo que intentó decir, no quería tocar ese tema ahora.
—Nada —susurró dejando ligeras caricias en sus mejillas con ambas de sus manos, para después comenzar a pasar su dedo índice por el contorno de su rostro, parando hasta dar un ligero pinchazo en su nariz, dejando roja la zona.
—¡Dulce! —reclamó, sobando su nariz.
—Debía hacerlo perdón —rió ante su reacción.
Manjiro también pasó su mano por el rostro de la contraria, sintiendo su tacto, mirando aquellos ojos que amaba, mientras una ligera sonrisa se aparecía en sus labios, observándola como si quisiera memorizar cada una de sus fracciones, mientras se acercó a dejar un beso en sus labios.
—Amo esto —susurró sobre sus labios.
—¿Qué amas?
—A ti y las veces que eres lo primero que veo en el día.
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¿𝘛𝘶́ 𝘛𝘢𝘮𝘣𝘪𝘦́𝘯? ━━━━ 𝘔𝘢𝘯𝘫𝘪𝘳𝘰 𝘚𝘢𝘯𝘰
FanfictionArima Inoteka es una joven que siempre había buscado algo en su vida, no sabía qué de manera concreta, pero sabía que algo faltaba. No tuvo una vida de carencias, tuvo una familia a su lado, más no era suficiente para ella, estaba en busca de algo q...