32- Una vida

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Tenía el rostro apoyado en la almohada desde ya hace varias horas, no haciendo nada más que mirar a Manjiro mientras dormía, lo hacía de manera profunda, por eso no sentía que ella pasaba sus dedos por sus blancos cabellos.

La habitación solo era alumbrada por una lámpara sobre la mesita de noche, la cual no la iluminaba del todo, pero aún así podía ver a Manjiro a la perfección, el cual ahora dormía luego de los divertidos momentos que habían pasado todos juntos horas atrás.

Sus oscuras ojeras se remarcaban bajo sus ojos, pero todas sus demás fracciones faciales estaban totalmente relajadas. Pasó uno de sus dedos por su ceja, delineándola, también por su nariz, labios y finalmente por su mejilla, para después sonreír

—Tan lindo... —susurro.

No tenía sueño, solo se quería quedar ahí, mirándolo a él dormir, escuchando su suave respiración y verlo moverse de vez en cuando sobre el colchón.

—De verdad no tienes idea de cuanto te quiero —susurró de nuevo para sí.

Era solo un chico que estaba completamente roto, y ella no fue ni sería suficiente para juntar todas aquellas piezas, solo podía quedarse allí, con la esperanza de que algún día podría reemplazar a las demás piezas.

A veces al verlo se sentía como una pequeña y frágil base de concreto, el cual debía sostener un edificio de varios pisos, y como ya todos han de saber para poder sostener algo así es necesaria una base sólida y de gran calidad, de otra manera el edificio simplemente caerá. Veía como aquella base firme a toda aquella gente a la cual Manjiro amaba, y también lo amaban a él. Varias de esas personas ya ni siquiera estaban vivas, y otras habían tomado caminos distintos, no sabiendo de ellos desde ya varios años, así que esa base solida y firme ahora ya no era ni la mitad de ello. Ella no era suficiente para sostener a Manjiro, y nunca lo sería.

Pero si estás el borde de un barranco junto con un amigo, pareja u familiar, cualquier ser querido, y lo ves resbalar, así que logras sostenerlo de la mano, aquella persona ya solo se sostiene de ti, si lo sueltas todo termina ya que caerá directamente. No tienes esperanzas de salvarlo en realidad, ya que tu fuerza se terminará pronto y se escapará de tus manos. Antes de que aquella fuerza termine, y mientras sabes que aun puedes sostenerla, ¿soltarías a esa persona?

Después de todo, caerá de todas maneras, ya que no serás capaz de sostenerlo allí por siempre, y nadie vendrá en tu ayuda tampoco, recordando que están en un solitario barranco, solo estas alargando su vida unos segundos o minutos, ¿lo soltarías de esa manera?

Estoy casi segura de que no lo harías, si de verdad aprecias a esa persona no la dejarías caer hasta el punto en el cual ya no puedas sostenerlo y se escurra de tus manos. Esa es una probabilidad.

Otra probabilidad es que también caigas con la persona al borde del barranco, puedes querer sostenerlo hasta el punto en el cual ya no puedas más, pero en vez de soltarla, prefieres que tu cuerpo también caiga al barranco. De esa manera terminas con tu vida también, pero los últimos segundos en los cuales caes, posiblemente estarás en paz ya que nunca soltaste su mano, preferiste morir antes que dejarlo caer.

Y esa probabilidad se ajustaba mejor a ella. Sabía que no era suficiente, que salía dañada de la situación, pero prefería aquello antes de soltar su mano.

Pasó su mano por sus hombros, dejándolo allí, haciendo círculos con su pulgar. Se sentía extrañamente conmovida al verlo, sentía su corazón latir de prisa, escuchando así sus propios latidos, pero no hacia nada, solo lo observaba con ojos llenos de amor, quería hacer aquello hasta el amanecer, no dormir y solo quedarse mirándolo.

Estaba sorprendida de que aún no se despertara pese a que lo había tocado, ya que con el tiempo se había mantenido con los sentidos alerta en toda ocasión.

¿𝘛𝘶́ 𝘛𝘢𝘮𝘣𝘪𝘦́𝘯? ━━━━ 𝘔𝘢𝘯𝘫𝘪𝘳𝘰 𝘚𝘢𝘯𝘰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora