-¿Es lo único que se puede hacer?- Pregunto la Reina angustiada viendo a su esposo.
-Me temo que si.-contestó el Rey levantándose de su silla.
Ambos estaban en el despacho de este, la luz entraba con todo su esplendor por la ventana, mientras la Reina caminaba de un lado a otro restregándose las manos con preocupación, la situación era bastante complicada. El hombre miro por el ventanal, y soltó lentamente el aire que no sabía que estaba reteniendo.
-Pero ellos son unos bárbaros-le tembló la voz viendo suplicante la espalda de su marido.
-Son solo rumores Samantha.- se sobo la frente con su mano derecha, tratando de apaciguar el dolor de cabeza que tenía desde el primer celo del príncipe menor.
-Yo no creo eso Goss- se acercó a él - Nuestro hijo no soportará vivir en ese lugar. - Se le quebró la voz.
Su esposo le dio la espalda a la venta y se acercó a su esposa, la atrajo a sus brazos.
-No tenemos alternativa, la bruja ya dictaminó el futuro de Fluke. Además, sabíamos que este día llegaría, cuando nuestro pequeño hijo nos dejaría para formar parte de otro reino. – Bajo la mirada para ver a su mujer, le acarició el cabello mientras escuchaba los sollozos de la Reina.
Nunca imaginaron ese destino para su pequeño hijo. Lo único que quedaba era clamar al cielo que lo cuidara de todo mal.
Los reyes no sabían cómo dar la noticia a su pequeño hijo, aún tenían dos semanas para conocer al Alfa. Solo sería una cena de presentación con la familia de su futuro yerno, y después de eso tenían una semana para que la boda se realizara. Ese matrimonio debía de concretarse antes del futuro rey y su pareja Prem. Así estaba escrito y así sería.
Los reyes tenían dos hijos, el príncipe mayor tenía 23 años, era alfa, y gobernaría en un futuro no muy lejano. Boun ya conocía a su omega Prem, ellos habían sido presentados hace unos meses, cuando se creyó conveniente. Y el príncipe Fluke de 18 años de edad, que hacía unas semanas había tenido su primer celo, que fue cuando la bruja había podido ver a su Alfa destinado.
El primer príncipe era alto con el cabello rubio y sonrisa pícara. Desde pequeño fue educado para ser Rey, así que era algo egocéntrico, pero de buen corazón. El segundo príncipe no tenía muchas responsabilidades ya que no ocuparía el trono, así que recibió la educación adecuada a su rango Real, pero sin llevar el gran cargo del reino sobre él. Era de estatura promedio, con cabello castaño, unos ojos enormes color avellana y su sonrisa era lo que más destacaba, que era algo fuera de lo común, algo indescriptible.
Fluke sabía que al llegar su primer celo la bruja podría ver su Alfa destinado, y estaba ansioso de conocerlo, ya que en su imaginación era alguien súper varonil, que se ve rudo, pero es demasiado romántico con él. Lo trataría como lo más preciado, como si fuera lo más importante en el mundo.
El segundo hijo del Rey se encontraba en sus aposentos soñando despierto. Hacía un par de semanas había sido su primer celo, que siendo sincero fue bastante incómodo, pero lo había soportado por qué sabía que conocería a su persona destinada. Su Alfa que lo haría el hombre más feliz de la tierra, ese Alfa romántico, tierno, paciente, ya que él, era bastante torpe. Suspiro y se recostó en su tocador.
El príncipe menor salió al jardín a practicar su magia, estaba demasiado ansioso para estarse quieto. Bajo las escaleras que llevaban al jardín trasero. Sonreía todo el tiempo, y es que no lo podía evitar, desde su celo se sentía bastante feliz.
Llegó a la fuente central y empezó a jugar con el agua, formaba gotas de agua en la fuente y las veía levitar frente a sus ojos. A pesar de parecer frágil era un maestro agua muy bueno. Esa era su fuerte, y más le valía ya que su reino era Mohounomizu (Agua mágica), a pesar de no ser tan bueno como sus padres o su hermano, se sabía defender bastante bien.
Jugaba con el agua formando figuras, eso le relajaba mucho, los corazones, las siluetas de dos personas bailando, las flores y demás cosas que había formado con el agua, bailaban alrededor de él.
Los reyes veían a su hijo, se le veía tan alegre y seguro. El rey estaba nervioso, su pequeño era bastante inocente, la madre del pequeño príncipe estaba devastada, su hijo era demasiado noble, no creía que pudiera soportar el cambio.
Fluke se recostó debajo del manzano cerca de la fuente imaginando su hermoso futuro, era un romántico empedernido. Poco a poco se fue quedando dormido bajo la cómoda sombra. Soñó con un futuro hermoso, donde era más feliz que ninguno.
Boun salió al patio trasero del castillo y encontró a su hermano pequeño dormido bajo su manzano favorito, se veía tan en paz y feliz. Se inclinó y acarició su cabello, quería protegerlo siempre, pero no podía. Su destino había sido trazado y no era a su lado, todavía no entendía como su hermanito tan bondadoso y feliz podía tener ese tipo de destino.
Pensó en su omega Prem, era tan parecido a su hermano, pero a la vez tan diferente. Esperaba poder proteger a ambos, era lo que mas le importaba.
Su hermano fue abriendo los ojos con una gran sonrisa,
-Boun- dijo bostezando y estirándose cual gatito.
-Hola enano, ¿Soñando despierto como siempre?- le sonrió.
-Ni tan despierto- se levantó, se sacudió los pantalones, y se fijó que su hermano iba solo, lo cual era extraño.- ¿Donde dejaste a Prem?
-Están haciendo unos ajustes al traje para la boda - sonrió embelesado.
-Nunca creí verte con esa expresión - dijo sonriendo- todavía recuerdo cuando te mofabas de mi romanticismo – palmeo el hombro del más alto.
-Yo ya ni me acuerdo de eso – sonrió ampliamente mintiendo.
- Porque te conviene – Se rio.
Entraron al castillo y se dirigieron a sus aposentos para lavarse antes de bajar a comer.
Fluke entro en su recamara y se dirigió a la ducha para refrescarse rápido, cuando empezó a relajarse en el agua fresca, empezó a recapitular los hechos desde su primer celo. Lo habían tenido que encerrar bajo llave en un cuarto aislado, recordaba claramente cómo empezó a sentir un nudo en el estómago y mucho calor hasta que se concentró en su entrepierna y su entrada trasera empezó a lubricarse.
Estaba en la práctica de tiro de arco, al principio creyó que era solo un malestar estomacal ya que se había pasado con los pastelillos en la mañana, pero cuando empezó a sentir que su “amigo” despertaba, sabía que mal del estómago no estaba. Corrió lo más rápido que la situación le permitió hacia el castillo, se topó a uno de los guardias el cual al sentir el olor del principe omega, su rostro se acaloro y empezó a llamar a voces a los reyes y al médico Real.
Todo se hizo con el mayor cuidado posible, ya que no tenían control sobre el primer celo del príncipe, pero si lo tenían del como aislarlo y mantenerlo a salvo. Lo llevaron hacia la torre norte del castillo, la cual solo estaba dedicada a los celos “reales”.
Constaba con una gran cama, ventanales altos, un baño amplio y por supuesto unas cadenas forradas de seda para poder sujetar las manos del esclavo sexual, ya que, por ser de la realeza, tenía que llegar virgen al matrimonio y no podía ni satisfacerse por su cuenta.
Fueron los 3 días más largos de su vida, suspiro Fluke hundiéndose en la bañera. No quería volver a tener un celo, al menos estando soltero, porque ya casado con su alfa… se puso rojo del rostro solo de pensarlo.
-Tranquilo Fluke, no seas pervertido. - se reprendió y metió de lleno la cabeza en el agua para que se enfriara.
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FIRE AND WATER (COMPLETA)
FanfictionLa vida a veces juega con nuestras vidas, ¿Qué pasara cuando el Príncipe Fluke que maneja el aguay el futuro Rey Ohm del fuego se crucen? Es un matrimonio arreglado, algo que todos conocen como destino, Alfa y Omega, un amor que rompe fronteras, per...