El pequeño príncipe se quedó en shock. Lo veía sin parpadear, su Alfa era un dragón, esas bestias enormes con el cuerpo cubierto de escamas de colores, y que soplan fuego, pero, ¿cómo era eso posible?, se preguntaba internamente.
-Perdón por no habértelo dicho antes bebé – le tomo las manos el mayor al ver que su Omega no reaccionaba y solo se le queda mirando.
-¿Te… te transformas en dragón? – logro decir el menor.
-Me transmuto al igual que tú lo haces en Tritón – le sonrió acariciando sus pequeñas manos.
-A mí solo me sale mi cola, pero tu… - se quedó sin decir nada más, ya que no podía creerlo.
-Ven aquí – le dijo el mayor y lo volvió a abrazar con fuerza – sé que es algo difícil de digerir, pero te acostumbraras. – le acaricio la espalda.
-Ohm – susurro Fluke regresando el abrazo – Te amo demasiado.
-Yo a ti también te amo con mi alma y mi ser. – le respondió feliz.
Así se estuvieron, abrazados es medio de la playa, felices y en paz después de haber tenido esa charla desde el fondo de sus corazones.
-Tenemos que regresar al castillo – rompió el silencio – han de estar preocupados.
-¿Preocupados? – le pregunto el pequeño separándose para mirarlo interrogativamente.
-Salimos a buscarte – le dijo –no sabía dónde estabas, en que playa. –le acaricio el cabello ya seco.
-Lo siento- se disculpó mortificado por causar tantos problemas.
Su Alfa le beso la frente.
-No te disculpes amor – le dijo ayudándolo a levantarse – lo único que importa es que estas con bien. – le tomo la mano y le sonrió. –Vamos.
Empezaron a caminar al interior de la isla, en un silencio armonioso. Ambos, sonriendo como chiquillos anamorados.
Cuando llegaron al castillo los estaban esperando.
-Gracias a los cielos que estas bien. – exclamo aliviada la Reina abrazando al pequeño.
Era la primera vez que el pequeño príncipe tenía tan cerca a su suegra.
-Lo… lo siento – se disculpó de nuevo sin atreverse a devolver el abrazo.
-Pequeño, no vuelvas a asustarnos así – le dijo con voz quebrada.
Fluke solo negó con la cabeza, se sentía avergonzado, en primera por su comportamiento, en segundo, porque era la primera vez que la Reyna lo abrazaba y eso era ya decir mucho por parte de ella, y tercera, porque tenían público.
Ahí también estaban su cuñado y su esposo.
-Vayan a tomar un baño – le dijo la Reyna soltando al menor – daré ordenes de que más tarde les lleven la cena.
Los recién llegados asintieron, después de despedirse de los otros tres se volvieron a tomarse de las manos dirigiendose hacia sus aposentos.
Se bañaron disfrutando del agua tibia. Cuando salieron ya tenían la cena en la puerta. Se pusieron la ropa de dormir, y se dispusieron a cenar.
Platicaron de los progresos que cada uno había tenido en sus responsabilidades. Fluke se atrevió a decirle de su miedo de volver a pasar el celo separado de él, le confeso lo terrible que lo había pasado, que entendía que por el momento no podían pensar en tener hijos, pero que buscaran otra solución.
Aprovecho que Ohm lo escuchaba muy atento para pedirle que fueran a visitar a sus padres por unos días, que los extrañaba con locura. También le dijo lo triste que se había sentido al principio con sus obligaciones en el reino, pero que ahora estaba muy feliz y satisfecho con lo que hacía. Le expreso su anhelo de que pudieran nadar al fondo del mar juntos, quería enseñarle a hablar sereno, para que el también pudiera hablar con los seres acuáticos, que incluso podían enseñárselos a los soldados para que les ayudara, incluso en la guerra, para pedir ayuda a los peces y criaturas marinas.
-Y también – siguió emocionado el pequeño con los labios llenos de chocolate, lo cual le daba una imagen entre tierna y apeteciblemente sexy – seguiré practicando el agua control, sé que tengo que estudiar más, pero eso también podría ser de ayuda en la guerra. - le decía con los ojos brillantes. – Ahora que lo pienso, ni me has visto en forma Tritón, ni usando el agua control – se puso una de sus pequeñas manos en su barbilla.
El Alfa veía embelesado a su pequeño Omega, que parloteaba sin parar, sonrió feliz. Su corazón se sentía cálido, sabía que Fluke tenía un hermoso corazón, pero todo lo que le decía, tan abiertamente y sin miramientos, lo dejaba con un sentimiento de plenitud. El hecho de que hubiera pensado en maneras de ayudar en la guerra, por sus propios medios, y que los quisiera compartir con su pueblo, lo llenaba de una felicidad que creía que no existía, era demasiado abrumadora.
No pudo soportarlo mas, y con un brazo tiro de un solo golpe las bandejas con el resto de comida, haciendo un gran estruendo de metal y vidrio golpeando el suelo de piedra. Por un segundo el pequeño abrió los ojos asustado, y volteo a ver al mayor, el cual se dejó ir contra el dejándolo bajo su cuerpo.
Fluke lo vio con ojos bien abiertos y expectantes.
-¿Ohm? – pregunto confuso.
-Eres perfecto – le dijo el más grande y se fue directo a esos labios chocolatosos, disfrutando de la mezcla del chocolate y la esencia de su esposo. No se separaron hasta que sintieron que les faltaba el aire.
-¿Todo bien? – pregunto el menor con la respiración agitada, y confundido por el cambio de ambiente.
-Más que bien – contesto con voz ronca – no te merezco – le confeso.
-No digas eso – le dijo sintiendo como su corazón se hundía. Tomo las mejillas de su esposo- jamás vuelvas a decir eso amor- ordeno- eres perfecto para mí. Si volviera a nacer y no estuviéramos predestinados – le dijo serio- no me importaría nada, y te buscaría hasta en lo más recóndito, para estar contigo de nuevo. Nos amamos – le dijo con el rostro arrebolado- y nos pertenecemos, mi lugar es contigo y el tuyo conmigo, ¿entiendes? – le pregunto sin separar su mirada a pesar de sentir vergüenza por su atrevimiento de decir tantas cosas.
Ohm asintió con la cabeza, ya que sentía un nudo en la garganta que le impedía articular palabra.
-Perfecto, ¿en que estábamos? – le sonrió coqueto atrayéndolo hacia sí.
Se besaron con pasión, quitándose la ropa con parsimonia, entre caricias y risas. Se unieron una vez más en un ritmo acompasado y perfecto.
Después de ese día, la relación de los recién casados mejoro mucho, se decían todo lo que pensaban, era cierto que no estaban de acuerdo en todo, ya que también discutían, mas, por que los dos eran bastante tercos, y eso le encantaba al Alfa. Cuando a Fluke se le metía algo en la cabeza no zanjaba el asunto hasta que llegaban a un acuerdo. Además, las reconciliaciones eran ardientes.
También la relación entre Fluke y la Reina se había hecho más estrecha desde todo el escándalo que el pequeño había causado con su última huida. Esta le había confesado al pequeño, que ella había tratado de mantenerse al margen por no querer inmiscuirse en losm asuntos de pareja. Lo curioso es que Earth le había dicho lo mismo, pero este no se había detenido por Ohm, si no por órdenes de su esposo Kao.
Esto le había causado risa al pequeño, que era cierto que el rubio le debía respeto y lealtad a Kao, pero el que realmente mandaba, era Ohm, y eso no le había importado a su amigo.
Cuando Fluke le confeso a Earth ser un Tritón, el rubio se había quedado pasmado, y después había brincado feliz alrededor de él, haciéndolo reir. Obviamente lo había arrastrado hasta la playa para que le mostrara su cola. El rubio estaba que no cabía en sí, Fluke un Tritón. Su amistad se había fortalecido. No solo eso, pensaba el pequeño, mientras saltaba en el océano para que Earth lo apreciara en todo su esplendor, con la madre de Ohm había mucha más comunicación, teniendo platicas muy interesantes y amenas.
Con ella, salía al jardín y tomaban el té tranquilamente en las mañanas antes de que los demás se despertaran. Eso fue a petición de esta, y él había aceptado gustoso.
Ohm y Fluke acordaron con la familia de este último, una visita de tres días, ya que no podían ausentarse mucho de la isla. Los Natouch los recibieron felices, no se veían desde la boda, así que tenían muchas cosas por decir, hacer y compartir. Los padres de Fluke estaban encantados y sorprendidos por lo bien que iba su matrimonio, no era común que un matrimonio arreglado como el de ellos, estuviera tan compenetrado en tan poco tiempo, eso había aliviado sus corazones.
El pequeño príncipe había ido temprano con su padre a la playa, habían acordado practicar agua control.
-Le ofrecí nuestras tropas a Ohm – le comento su padre mientras manejaba una gigantesca esfera de agua encima de él.
-¿Q… qué? – pregunto el pequeño volteando a ver a su progenitor con los ojos bien abiertos, estuvo a punto de perder la concentración de su gran esfera de agua.
-Ya se lo había propuesto cuando la Reyna y él nos confesaron la situación de su pueblo, antes de la boda –le confeso su padre introduciéndose más en el mar.
-Y, ¿Qué te dijo? –pregunto tratando de que no se le viniera encima el cuerpo de agua que estaba manejando.
-Que era muy pronto para decidir eso- se encogió de hombros- que no quería involucrar al pueblo de Agua Mágica, si no era necesario- se encogió de hombros sin perder la concentración.
-Pero ya estamos involucrados padre- le dijo confuso el pequeño, formando un tipo de serpiente marina con el agua que manejaba. - soy su esposo, y más que eso, soy su Omega y pareja destinada.
-Tenía miedo de que cuando supieras la verdad, no aceptaras todo lo que conlleva unirse a él y a su gente. - le dijo formando varias esferas de agua.
Fluke al escuchar eso, se le había oprimido el corazón. Ohm estaba más que preocupado por él y por las personas de Dragón rojo, incluyendo a su familia y su gente. No tenía idea por todo lo que estaba pasando su esposo, y eso lo entristeció. Había sido egoísta al haber pensado solo en si mismo.
-Ohm, ¿Qué te respondió? – pregunto con un nudo en la garganta, reteniendo las lágrimas que querían brotar de sus ojos.
-Autorizo que algunos de nuestros soldados fueran a Dragón Rojo, tener entrenamiento con sus soldados, para que se fueran compenetrando- explico el mayor- pero que al menos que fuera realmente necesario, no nos involucráramos.
El pequeño dejo caer su serpiente, sorprendiendo a su padre, haciendo que el también abandonara el agua control. Se giró para mirar a su pequeño hijo. Seguía siendo el mismo Fluke, pero había algo en el que había cambiado, se veía más fuerte y seguro, ya lo había notado cuando recién lo vio, pero ahora lo comprobaba. Su pequeño hijo, parado en la orilla del mar, con esa fortaleza corporal y espiritual que antes no tenía. Pero lo que más destacaba, era esa mirada llena de valor y determinación. Su pequeño en pocos meses había madurado y crecido.
El pecho del Rey se hincho de orgullo y satisfacción, nunca había dudado de las capacidades de su hijo, pero el haberse unido a Ohm, había apresurado el proceso.
-¿Qué te molesta? – se acercó al pequeño.
-No es que me moleste – le dijo mirándolo a los ojos – solo que, no estoy conforme.
-¿Conforme con la decisión de tu esposo?- pregunto curioso.
-Si – le contesto con el ceño fruncido – estoy agradecido de que nos quiera proteger, eso lo entiendo muy bien, pero ¿Quién es el para tomar esa decisión por si solo?
El Rey se le quedo viendo muy serio, tratando de comprender las palabras de su pequeño hijo. Y sin que pudiera evitarlo una carcajada salió de sus labios.
-¿Qué es tan gracioso padre? – pregunto el pequeño con el ceño fruncido.
Pero el mayor no le contesto, en cambio siguió riendo, como si le hubieran contado el mejor de los chistes.
-¿Me he perdido de algo? – siguió diciendo Fluke, sin creer que su padre se riera de esa manera de el, pocas veces había disfrutado de esa vista, ya que el Rey se destacaba por ser muy serio y sobrio.
-Hijo mío – empezó con dificultad el Rey- estoy tan orgulloso de ti, tanto, que las palabras no lo expresan. – termino diciendo mientras ponia sus enormes manos en los pequeños hombros de su hijo.
Al ver bien, Fluke se dio cuenta de que las lágrimas empañaban la vista de su padre, y no supo que hacer, era la primera vez que lo veía así.
-¿Padre? – le pregunto preocupado.
-Gracias por ser mi hijo – le sonrió el Rey con los ojos acuosos abrazándolo con voz quebrada.
El menor abrazo con fuerza a su padre.
-Gracias a ti por ser mi padre – le dijo con voz ahogada – por ustedes soy lo que soy.
El Rey apretó más a su pequeño, ya podía estar tranquilo, este había logrado unirse a un excelente Alfa, y el lo había ayudado a crecer como no había imaginado, no podría ser más feliz.
-Anda, ve – se separó de él secándose las lágrimas – solo no seas muy duro con tu Alfa – le dijo sonriendo orgulloso.
Fluke no pudo evitar una risa baja por esas palabras, también secándose las lágrimas.
-Seré indulgente – bromeo el pequeño haciendo reír al mayor –Gracias padre, te amo – lo volvió a abrazar agradecido.
El Rey asintió con su cabeza y vio alejarse a su pequeño hijo, ya no siendo tan pequeño.
-Hermanito – lo llamo de lejos Boun. - ¿A dónde vas? – le pregunto.
Fluke sonrió al verlo venir.
-Busco a Ohm- le dijo reuniéndose con él.
-Esta con nuestra madre en la cocina, algo planean, pero no me quisieron decir nada- le dijo encogiéndose de hombros – de hecho, me echaron del lugar- torció su boca inconforme.
El pequeño sonrió mas por el mini puchero de su hermano mayor.
-¿Dónde está Prem? – pregunto curioso.
-Como ya sabes, la boda es en unos meses, y tu querido cuñado anda más estresado que un pájaro defendiendo sus bebés- levanto los ojos al cielo – así que está tratando de organizar los asientos de la familia e invitados. - bufo.
-Pero ¿por qué andas estresado? –le pregunto con sorna el menor.
-Pues porque quiero ayudarlo a organizar todo, pero no deja que haga nada – dijo exasperado el rubio – me excluye totalmente – termino diciendo en tono triste.
Fluke entendió a que se refería su hermano.
-Boun, tu error es que te impones – le dijo muy serio.
-Claro que no- le contesto ofendido.
-Eres comprensivo, y eso me consta- siguió- pero también si las cosas no se hacen a tu manera, te molestas – se encogió de hombros.
-¿Soy así? – pregunto sorprendido.
-Tu corazón es puro y noble- le sonrío, le recordaba de cierta manera a Ohm- pero también, a veces eres algo obtuso – le puso una mano en el hombro a su hermano - escucha antes de hablar, no solo te enfoques en lo que tú quieres- le sonrío con cariño.
-¿Quién eres tú? ¿Y qué hiciste con mi hermano pequeño? – le devolvió la sonrisa.
-Gracias por todo – se acercó el pequeño abrazando el cuerpo más grande- te amo hermano.
-También te amo – le dijo feliz regresando el abrazo- me alegro que hayas venido, ya te extrañábamos demasiado.
-Prometo que vendremos más seguido – le aseguro Fluke.
-Ve a buscar a ese Alfa tuyo, mientras yo me disculpo con mi Omega por ser tan cabezota.
El castaño se rio feliz por tener esos momentos con su familia. Se despidieron sonriendo no solo en su rostro, si no también es sus corazones.
Era hora de tener unas palabras con su querido esposo, que era igual de cabezota que su hermano mayor.
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FIRE AND WATER (COMPLETA)
Hayran KurguLa vida a veces juega con nuestras vidas, ¿Qué pasara cuando el Príncipe Fluke que maneja el aguay el futuro Rey Ohm del fuego se crucen? Es un matrimonio arreglado, algo que todos conocen como destino, Alfa y Omega, un amor que rompe fronteras, per...