CAPITULO 37 RESPONSABILIDADES

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Los días pasaban con celeridad para el pequeño príncipe, y no se había atrevido a preguntarle a su Alfa la razón del nudo. Quitando los entrenamientos pesados a los que lo sometían, que lo dejaban exhausto, estos dos se encontraban como en luna de miel, hacían el amor hasta dos veces al día. Se habían aventurado a hacerlo en varias partes del castillo, la primera vez que Ohm se había puesto juguetón en uno de los pasillos del primer piso, Fluke se había escandalizado cuando su esposo lo acorralo contra la pared y empezó a besarlo vorazmente, el pequeño se había colgado de su cuello besándolo con pasión.
Pero eso no fue lo que desconcertó al menor, sino el hecho de que el mayor no había dejado el asunto en un beso apasionado, sino que lo había empezado a acariciar por todas partes, hasta llegar a su miembro.
-O…Ohm, ¿Qué haces? – le había preguntado entrecortadamente Fluke.
-Le hago el amor a mi precioso esposo – le había contestado siguiendo los besos en su cuello.
-¿A… aquí? – pregunto conmocionado su Omega con voz ahogada y volteando para todos lados para ver si nadie los veía.
-Mmmmm- había sido su única respuesta, y después de eso Fluke solo trato de contener sus gemidos disfrutando de las embestidas.
Pasaron dos meses, para ese entonces Fluke ya tenía mucho mejor condición física, más fuerza y agilidad. Y más le valía, ya que su esposo no se tocaba el corazón en cuestión del entrenamiento. Cuando el pequeño estaba a punto de rendirse con algún ejercicio, su Alfa lo animaba, pero también a veces lo asustaba diciéndole lo que podría pasar si no estaba preparado para la guerra, sabía que era algo cruel, pero también sabía que era por su bien.
Su cuerpo más tonificado que nunca lucia muy bien, pensaba Fluke mirándose en el espejo de cuerpo completo que estaba frente a la cama de sus aposentos. El entrenamiento de ese día había acabado, Earth y el habían terminado bañados en sudor y se habían dirigido a ducharse. Ya pronto sería hora del almuerzo, Gun no tardaría en ir por él, le dio un último vistazo a su cuerpo desnudo y fue a vestirse.
En la mañana Ohm había tenido que salir de la Isla para hacer una inspección con algunos de los soldados, lo había invitado a que los acompañara, pero le dijo que eso era algo más bien rutinario que prefería que se quedara a hacer su rutina de ejercicios, pero que él tomaba la decisión. El pequeño le había sonreído feliz, ya que, desde aquella pelea, siempre lo tomaba en cuenta y no le ocultaba nada.
-Prefiero quedarme – dijo acercándose a el – puedes ir tranquilo ya que hare mis responsabilidades diligentemente.
Su esposo le sonrió y lo abrazo por la cintura atrayéndolo hacia él, poniéndolo entre sus piernas.
-Serás un excelente Rey – le dijo feliz Ohm instándolo a que sentara en su regazo.
-Tengo el mejor maestro – contesto abrazándolo del cuello.
-Sabes lo que significa que no te tendré a mi lado mañana – empezó a besarle el lechoso y suave cuello.
-No, pero tú me lo dirás – suspiro disfrutando de esos labios sobre su piel.
-Tienes que compensarme tu ausencia – le contesto metiendo sus fuertes manos bajo la camisa, empezando a acariciar su vientre plano, y subiendo hasta sus pezones.
-¿A si? – jadeo el pequeño, amaba sus caricias.
-Si – gruño por lo bajito el Alfa antes de apoderarse de esos deliciosos labios.
Después de eso ya ninguno supo nada de nada, solo se dedicaron a explorarse, y amarse.
El ruido de la puerta abriéndose lo saco de sus recuerdos.
-Alteza – hablo su asistente personal. – estuve llamando en la puerta pero no contesto – se excusó este por entrar en los aposentos.
-No te preocupes Gun – contesto el príncipe volteando a verlo ya vestido – ¿ya están en el comedor? – pregunto admirando el abultado vientre del recién llegado.
-Así es su alteza – asintió el mayor sonriendo al notar que su futuro Rey no lo veía a los ojos, si no su avanzado embarazo. – Adelante, hágalo.
-¿Perdón? – dijo el menor levantando su mirada.
-Venga a saludar a Off junior – se tocó su vientre.
-¿Off junior? – le dijo con una ceja levantada.
-Off está seguro de que es niño – se rio.
-Claro – le dijo riendo también – el instinto del Alfa no miente – se acercó.
-Así es alteza – y se dejó tocar su vientre.
La mirada del pequeño príncipe se volvió anhelante.
-Tenga paciencia – se atrevió a decir Gun al notar el cambio en su mirada.
-Lo sé – le contesto sin dejar de tocar el vientre- solo que a veces pienso que, si esta guerra no existiera- levanto su mirada para ver a los ojos a su asistente- Ohm y yo, ya podríamos estar planeando, o incluso esperando a nuestro primer bebé. – le sonrió con algo de tristeza.
Gun puso una de sus manos sobre la que Fluke tenía en su vientre.
-No sirve de nada pensar en lo que podría haber sido Alteza – le sonrió comprensivo- lo mejor es disfrutar de lo que se tiene hoy.
-Tienes razón – le agradeció – no hablare más de eso y disfrutare del presente.
Gun asintió con la cabeza satisfecho de haber podido consolar a su futuro Rey.
-Vamos, que lo esperan – le dijo separándose para abrirle la puerta.
El castaño sonrió agradecido de tener ese asistente, los dos eran jóvenes y tenían poco de haberse casado con su Alfa, eso les ayudaba a tener una buena relación, podían hablarse con franqueza y se entendían.
-Recuerde que terminando el almuerzo, tenemos que ir con el los señores Max y Tul, para resolver su asunto. – le dijo Gun mirando su lista de pendientes para ese día.
-Está bien- le dijo empezando a bajar las escaleras – puedes recoger toda la información que recolectamos, está en la oficina, me esperas ahí por favor.
El pelinegro asintió y lo siguió.
Desde que Ohm le había explicado sus deberes, le había mostrado que él también tenía una oficina, la cual estaba dentro de la de él, las separaba una puerta. Obviamente la suya no era tan grande como la de su Alfa, pero era bastante espaciosa, y tenía incluido un enorme librero, con libros que contenían casi toda la información de la isla, como él no sabía mucho, esto le fue de ayuda para hacer sus funciones.
Fluke se había puesto tan feliz, que había sabido agradecerle, encima de su nuevo escritorio.
El Omega tenía como responsabilidades, más que nada la agricultura, y no es que fuera a poner a sembrar, era más bien controlar lo que se cultivaba, lo que entraba y salía de la isla, incluyendo las semillas. También, y esa sí que ya la sabía, era organizar los eventos y fiestas que pudiera haber en el castillo, y de vez en cuando se involucraría en las festividades patronales. Le hubiera gustado tener la responsabilidad de las criaturas del reino, por las aves fénix, pero de eso ya estaba a cargo de Earth. De hecho, sus nuevas funciones antes le correspondían al rubio, mas ahora se dividieron ese tipo de obligaciones entre los dos.
Earth se había quedado, por petición del mismo rubio, con las criaturas y la pesca. Así que Fluke no pudo hacer nada, ya que él era el más nuevo miembro de la familia Thitiwat. Cuando el pequeño supo de esas cuatro responsabilidades, había deseado criaturas, y pesca. 
Pero Ohm le había dicho que la decisión de con que quedarse, era responsabilidad de Earth. Fluke había pensado en hablar con el rubio sobre su deseo de hacerse cargo de las criaturas del lugar, incluyendo a los dragones que lo ponían tan nervioso, y que a él se le daría mejor los peces por su origen, pero lo descarto, ya que se llevaba bien con el rubio, pero no quería meter sus narices en las leyes del reino. Y por no haber tenido el valor de hacerlo, se había quedado con la agricultura y las fiestas. Ahora se arrepentía, pero como le había dicho Gun, no servía de nada en pensar en lo que hubiera sido, así que daría su mejor esfuerzo en sus obligaciones. Además, Earth le ofreció ayuda con cualquier cosa, al igual que la Reina y obviamente su Alfa.
Entro al comedor y les sonrió a la Reina y a Earth.
-Bienvenido – le sonrió la madre de su esposo – ¿Cómo te sientes?
-Muy bien – le contesto tomando asiento – ¿Ustedes?
-Bien, gracias por preguntar – le contesto haciendo señas para que les llevaran la comida.
No pregunto por su esposo y su cuñado, ya que Ohm le había dicho que lo más probable era que llegarán hasta bien entrada la noche. Era la primera vez que se separaban por tanto tiempo desde que había llegado a la isla, sin contar su ridícula escapada. Y si era sincero consigo mismo, lo había echado de menos terriblemente. Se había acostumbrado a su cercanía, aunque a veces lo reprendiera, sonrió sin dejar de poner atención a la plática que como siempre, la manejaba el rubio.
Así siguió el almuerzo, hasta que terminaron los tres, y se despidieron para ir a ocuparse de sus asuntos.
La familia Nattapol, que se conformaba por la pareja, Alfa Max y su Omega Tul, y sus hijos. La niña que tenía trece años llamada Yihwa, y el niño Aim de seis años eran muy amables y educados. Gun discretamente al terminar el primer encuentro con ellos, le había contado que tristemente Tul era estéril, y que sus hijos eran adoptados, Yihwa era de la isla de los terreros, mientras que Aim Era de de ahí. Aprovechando la curiosidad innata del pequeño, le había platicado que esa pareja había sido muy polémica en sus tiempos, ya que Tul no quería aceptar el cortejo de Max a pesar de que ambos estaba enamorados, por que el Omega no quería arrastrar al Alfa a una vida sin hijos propios, pero, Max había sido tan insistente y tan romántico con Tul, que por fin habían terminado juntos.
-¿Qué les parece? –les pregunto Fluke a la pareja.
-Es perfecto – le contesto Tul con ojos brillantes.
-Muchas gracias su Alteza – le dijo Max feliz de poder tener una solución al crecimiento de sus fresas.
Fluke se sintió muy feliz y satisfecho de haber podido ayudar a esa familia, ya habían pasado por muchas dificultades. Se despidieron y salieron al sol intenso. De ahí tenían que visitar otras dos familias, sus casos no eran graves a comparación de los Nattapol, pero necesitaban de su ayuda y consejo.
Terminaron antes de que se metiera el sol, Fluke decidió que quería a buscar algunas cosas en el centro del pueblo, Gun decidió acompañarlo.
-Creo que deberías regresar a tu casa. – le dijo viendo su agotamiento y el su abultado vientre.
-Off se fue a la inspección con su Majestad – le dijo sonriendo de lado – así que no tengo muchas ganas de volver a una casa sola, además Off junior y yo nos sentimos con ánimo de ir de compras.
Fluke río por como daban por sentado que era varón, y acepto la compañía de su asistente, pero no despego ojo de su asistente. Regresaron al castillo cuando ya estaba bastante oscuro, aunque Gun no dijera nada se veía cansado, eso lo hizo sentir mal.
-No deberías haberme acompañado, ni yo permitirlo –se reprendió el príncipe- deberías de haberte ido directo a casa, y poner los pies en alto – le dijo señalando los tobillos hinchados de su asistente.
-Todo está bien su alteza – le dijo tocándose el vientre.
-Yo soy el que debería de haberte llevado hasta casa sano y salvo – se quejó el menor.
-Por favor, no diga eso – dijo con mirada asustada Gun- es mi deber que usted este a salvo– le expreso presuroso, noto la mirada incomoda de su alteza- además se imagina si el futuro Rey se entera que deje solo a su Omega – trato de bromear para aligerar la situación. No le gustaba hacer sentir incomodo, o mal al pequeño príncipe, le tenía mucho aprecio.
-De casualidad, ¿no eres un Thitiwat? – le siguió la broma el pequeño príncipe, al ver la preocupación de su asistente.
Y sufrió efecto, ya que Gun rio tranquilo.
-Créame que de Thitiwat no tengo nada alteza. – siguió riendo.
-Está bien – le sonrió abiertamente- vete de una vez a descansar, que tu alteza ya llego sano y salvo.
Gun sonrió satisfecho y se despidió del menor con una inclinación de cabeza.
Fluke entro, y como ya habían cenado en unos de los puestos del centro, además eran pasadas las diez de la noche, se dirigió directo a sus recamara. Las cenas eran a las ocho de la noche, eso significaba que la Reina y Earth ya estaban descansando en sus aposentos.
Esperaba que sus padres no estuvieran dormidos, ya que quería comunicarse con ellos. Subió corriendo las escaleras hasta sus aposentos. Esto antes lo hubiera agitado, pero gracias al entrenamiento que estaba siguiendo, su condición era muy buena, más que buena.
Se decepciono al encontrar el lugar solitario, tenía la esperanza de que su marido ya estuviera ahí, suspiro y tomo un baño rápido. Busco el dije que le habían dado sus padres, unos segundos interminables después, se pudo contactar con su familia.
-Fluke, ¿Todo bien? – pregunto su madre a través del artefacto, con voz somnolienta.
-Los desperté – que quejo el pequeño.
-No te preocupes hijo – dijo esta vez su padre. - ¿Cómo estas mi pequeño? – pregunto cariñosamente.
Fluke sonrió feliz de escucharlos, se dispuso a contarles todo lo que había hecho en esa semana que no había podido hablar con ellos, ya que se había mantenido bastante ocupado, estudiando la agricultura de la isla, con el entrenamiento, y presentándose personalmente con los agricultores del lugar para ponerse a su disposición.
Hablaron bastante, y hasta su madre se atrevió a ir a despertar a su hermano Boun y cuñado Prem. Tenían tiempo sin hablar los cinco. Fue una plática bastante amena, hablando de todo lo que acontecía en ambos reinos. No puedieron faltar las lágrimas de añoranza por parte de su madre, Prem y el, pero también hubo carcajadas con recuerdos graciosos y bizarros.
La charla se extendió hasta que la familia de Fluke pudo hablar con Ohm, que había llegado en la madrugada. Siguieron hablando un poco más, hasta que decidieron que tenían que ir a dormir. Se despidieron sabiendo que en todos los rostros estaba una sonrisa. El pequeño en cuanto dejo de brillar el dije se lanzó a los brazos de su esposo.
Lo apretó y percibió su olor, suspiro satisfecho.
-Te extrañe- confeso el menor enredando sus pequeñas piernas en la cintura del mayor.
-No sabes también cuanto te eche de menos mi pollito – le contesto el mayor olfateando el cabello de su amado.
-¿Cómo te fue? – le pregunto acurrucándose en el grande cuerpo.
-Es largo de contar- le respondió apretando al pequeño contra sí. – pero mañana te cuento todo a detalle. – le prometió- ¿Qué tal fue tu día mi precioso? – le beso el cabello sintiéndose por fin en casa.
-Nos fue muy bien – le contesto feliz, restregándosele.
-Me alegro mucho mi amor- dijo esto, después de haber gemido con el roce de su pequeño Omega.
-Gun y yo logramos resolver la problemática de la familia Nattapol – dijo gimiendo mientras restregaba su miembro con el de su marido.
Sus cuerpos decían más que las palabras, hicieron el amor frenéticamente. Omh aprovecho ese pequeño y delicioso cuerpo antes de que su celo llegara. Lo que más deseaba en el mundo era procrear un bebe con su pollito, pero no era el momento propicio. En unos días seria el celo de su Omega, y no podría tocarlo, no es que no quisiera, pero era cuando Fluke estaba más fértil, por desgracia no podían darse ese lujo.
Terminaron exhaustos, pero necesitaban un baño. Al salir, ni se molestaron en vestirse, se dirigieron desnudos a la cama. Se acomodaron como les gustaba, con la cabeza de Fluke sobre su pecho y sus piernas enredadas.

FIRE AND WATER (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora