CAPITULO 17 PLAYA

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Ohm había estado ignorando deliberadamente a su Omega, ya que el estarse acercando poco a poco no había funcionado. Suspiro y volteo a ver a lo lejos a los dos jóvenes que estaban muy enfrascados en una plática que al parecer era secreta.
Sintiendo los celos nacer en el centro de su estómago, despego la mirada.
-¿Te puedo preguntar algo? - Dijo Kao a su hermano.
-Adelante – contesto sin levantar la mirada de su vaso de cerveza.
-¿Por qué estas evitando a Fluke tan olímpicamente?
Su mellizo levanto la mirada y lo vio a los ojos.
-Parece que el haberme acercado a él, aunque fuera poco a poco no funcionó muy bien. 
-¿Y eso? - levanto su ceja.
El Príncipe Ohm se dispuso a contarle lo que había pasado desde la plática de su cuñado Boun, hasta la noche anterior. Earth al verlos tan concentrados se había unido de oyente.
-Vaya- exclamo Kao- ¿Y crees que alejándote de él las cosas mejoraran?
-Sí, buen no – se pasó las manos por su abundante cabellera – ya ni se.
-Pues digo que no – opino Earth.
-Pero se ató a su cama – les dijo apesadumbrado.
-Pero no creo que sea porque te tenga miedo – le dijo Eart tomando de su jugo de naranja.
-Opino lo mismo – secundo el esposo de este.
-¿Entonces? – los miro a ambos.
-Eres tan inteligente y te estas portando como tonto – se burló meneando la cabeza su hermano.
-¿Perdón? – dijo Omh levantando sus cejas.
-Yo sé que estas cosas de pareja destinada son nuevas para ti – empezó su mellizo – pero si nos dices que prácticamente su hermano te amenazo, sutilmente claro, pero lo hizo, ¿Quién te garantiza que su hermano no fue el que lo ato o el que le dijo que lo hiciera?
Omh se quedó pensando en lo que dijo Kao. Podría ser una posibilidad.
-¿Entonces que procede? – les interrogo todavía perdido en el tema con su Omega.
-Nada – contesto Earth.
Ambos mayores voltearon a verlo interrogantes.
-Mañana es el día de la boda – se encogió de hombros- no es como si tuviéramos que armar un plan para que Fluke se case contigo.
-En eso tienes razón- dijo Ohm – pero ¿Cómo comportarme cuando ya seamos esposos? Me refiero a que no quiero asustarlo ni forzarlo a nada.
-Ya estando en Dragón Rojo- empezó su hermano- tienes más oportunidades de acercarte a él, no vas a tener encima a su hermano y no vas a tener que seguir las etiquetas – se encogió de hombros- al fin de cuentas ya serán esposos ante los ojos de todos, así que no tienes que contenerte, solo eso si, como dices, dale su tiempo y espacio.
-Así es – dijo Earth – las cosas poco a poco se van a ir acomodando, tienen toda la vida para estar juntos y conocerse. – les sonrió.
El mayor de los hermanos Thitiwat, soltó un suspiro sintiéndose más tranquilo. Ellos tenían razón, todo estaba escrito, y las cosas iban a salir bien, al fin de cuentas eran pareja destinada. Además, Fluke no le era indiferente, ya dos beses el pequeño Omega había tenido la iniciativa de besarlo, muy castamente, pero al final de cuenta eran dos besos que él no había esperado. Sonrió más tranquilo.
-Muchas gracias – les dijo a ambos.
-Para eso estamos, sabes que cualquier cosa cuentas con nosotros – le dijo Erath.
-Y damos clases los jueves – dijo burlón Kao.
-Tonto- le soltó un empujón a su hermano mientras reían.
Del otro lado de la palapa, el pequeño Príncipe y su amigo habían decidido darse un chapuzón.
-Madre vamos un rato al mar, antes de llegue el almuerzo. – Dijo Fluke mirando a sus padres y su futura suegra.
-Está bien – les sonrió a los dos- y los vio darles la espalda y dirigirse al mar.
Earth al verlos, se levantó de su asiento.
-¿Quieren ir al mar? - les pregunto, quitándose su camisa y quedando en unos pantalones cortos.
-Yo si – acepto su esposo, imitando al pequeño rubio.
-¿Tu? – le pregunto a su cuñado al ver que no se había movido.
-Adelántense – dijo mirando a los pequeños cuerpos introduciéndose al océano.
-Sé que ya no eres un adolescente que le guste andar jugando en el agua – le dijo Kao a su hermano, inclinándose hacia el- pero creo que es una buena oportunidad para acercarte a tu Omega. Él no te es indiferente ni tu a él, creo que alejarte es lo peor que puedas hacer- le aconsejo y tomo de la mano a su esposo para ir con el pequeño Príncipe y su amigo alquimista.
Ohm se quedó pensativo, mirando cómo se iban su hermano y su cuñado. Se recargo en el respaldo y tomo de su cerveza. Los consejos que le habían dado ellos y su madre no estaban mal, además ellos ya tenían experiencia en el tema, reflexiono. Mañana serian esposos, y casi no se conocían ni se habían tratado. La única vez que los mayores habían concertado una romántica cita, entre Fluke y el, no se había podido hacer por un pergamino urgente que le había llegado a él. Era cierto que su hermano se había ofrecido a hacerse cargo del asunto, pero él había cancelado la cita con su Omega y se la había pasado encerrado en sus aposentos, dando respuesta a la información que había recibido.
No fue muy bien recibido ese acto de su parte, pero le explico al Rey, ósea su suegro, la situación de su isla, esto había preocupado al padre de Fluke, así que había tratado de tranquilizarlo, prometiendo que jamás permitirá que le pasaría nada a Fluke, que daría su vida por su Omega. Eso había sido hace cuatro días, sabía que la preocupación no había desaparecido de su familia política, pero también sabía que no cancelarían la boda, ya que estaba escrito y no podían ir contra el destino. 
Miro fijamente a las cuatro personas que se encontraban en el agua, y decidió acompañarlos, así que se quitó su camisa, y remango sus pantalones, algo inútil, ya que el agua lo mojaría por completo, pero eso no importaba, lo único que quería hacer era estar con su Omega, le encantaba verlo reírse, y como brillaban esos hermosos ojos. Tenía que ganarse su confianza, porque lo que los esperaba en la Isla Dragón Rojo, no sería fácil, y a veces Fluke lo iba a odiar, pero para poder protegerlo, tenía que hacer cosas que harían sufrir a su Omega. Soltó un pesado bufido y se dirigió hacia el océano.
Ya en el océano Ohm se acercó sigilosamente por debajo del agua a su Omega. Este pego un grito al sentir que algo se ponía entre sus piernas y lo levantaba sosteniendo sus piernas.
Todos asustados voltearon a ver a Fluke, que con cara de susto se elevaba, y por inercia se agarraba con su pequeñas manos de lo primero que encontró, y eso era el rostro de su Alfa.
El resto a ver lo que había pasado, rieron por la expresión del Príncipe y por la cara aplastada de Ohm.
-dhe quhe te aussste un poco, pedo, podrías dehar de aplastar mi dostro.
Fluke al ver hacia abajo vio una mata de cabello muy negro pegado a un cráneo. Volteo a ver al resto que reían divertidos.
-Fluke no lo sueltes – se carcajeaba Mild – su cara es muy graciosa.
-No solo la cara de Ohm – se reía Earth- también la de Fluke.
El pequeño príncipe al comprender la situación, le soltó el rostro a su Alfa y sabiendo que se estaba poniendo rojo de la pena, ya que sus muslos estaban sobre los hombros de Ohm, y las manos de este sobre el resto de sus piernas, se armó de valor.
-A ellos- levanto su pequeño brazo derecho en grito de guerra. Su Alfa al escucharlo se fue directo a Mild, que era el que más se había reído, y empezó a salpicarle abundantemente agua de mar.
Con eso empezaron una guerra de agua salada, se perseguían entre ellos, pero Ohm nunca bajo a Fuke. Parecían todos chiquillos, pero no lo podían evitar, todo era muy divertido. Sin querer quedarse atrás Earth le pidió a su esposo que también lo subiera en hombros, el cual si tarde ni perezoso lo hizo. Mild al verse en desventaja, corrío hacia los reyes pidiéndoles permiso para uno de sus trabajadores se uniera a esa batalla marina. Los tres riendo, la divertida escena, solo asintieron con la cabeza.
El Rey llamo a uno de sus muchachos que estaba cerca, un guardia, y le dijo que se quitara su uniforme y se uniera al océano con los jóvenes. El guardia se descoloco un poco, ya que era una orden poco usual, pero ordenes aran ordenes, y se deshizo de su uniforme, mientras el amigo del príncipe lo apuraba a ello. Era lindo, pensó el guardia, refiriéndose a Mild.
Los mayores a ver cuán divertido se la pasaban los seis jóvenes en el mar, salpicándose y zambulléndose, persiguiéndose, y riendo, no los llamaron en cuanto llevaron el almuerzo. No querían romper ese bello momento, así que ellos tres se dispusieron a comer.
-Creyeron en algún momento ver una escena tan tierna – les dijo la Reina Samantha con aire nostálgico.
- La verdad no – les sonrió la madre de los Thitiwat- es verdad que desde que Kao y Earth están juntos, mi hijo Kao es más desinhibido y feliz, pero Ohm es más serio. No creí volver a verlo con esa hermosa sonrisa, y mucho menos como un adolescente jugando en el agua- termino de decir satisfecha.
-El destino no se equivoca – dijo el Rey sonriendo- sabemos que las cosas no son fáciles, que por el hecho de estar escrito no significa pura felicidad. Pero al ver esta hermosa escena, me siento bastante feliz y relajado.
Las dos mujeres asintieron, sin dejar de mirar la escena.
En la orilla de la mesa, se encontraba un muy enfurruñado Boun y su esposo.
-Quita esa cara – aconsejo Prem – parece que tienes rabia – sonrió.
-¿No viste el susto que le metió a Fluke? –pregunto con el ceño fruncido.
-Sí, pero también vi que Fluke se lo tomo muy bien, tanto que ahora se lo están pasando de lo lindo. – le tomo una de las manos.
El rubio resoplo.
-Basta – le apretó la mano- pareces vaca – le dijo subiendo las cejas divertido.
-Tu no entiendes – le dijo.
-Sé que no tuve la fortuna de tener más hermanos – le contesto – pero sabes que a Fluke lo veo como si lo fuera – le volvió a sonreír, y tomo su otra mano libre, quedando tomados le ambas – Entiendo que estés preocupado desde que te enteraste que el Omega de tu hermano iba a los brazos de su Alfa, más bien incluso desde que supieron de dónde provenía la pareja destinada de Fluke.
Boun seguía con la mirada fija en los seis jóvenes.
-Boun, mírame – lo insto a hacerlo, el cual obedeció desganado- Fluke es una persona muy especial para todos, es buen mozo, atento, empático, bondadoso y altruista, entre otras cosas – se acercó más a su futuro esposo – pero creo que el Príncipe Ohm ha demostrado ser de fiar, y una buena persona.
-Lo sé, pero yo siempre creí que, por ser el mayor, me casaría primero y pudiera darle buenos consejos a mi pequeño Fluke – dijo desganado.
-Lo se amor – soltó su mano y le acaricio su mejilla- pero las cosas así deben de ser, Fluke tiene un Alfa que lo va a proteger y amar con todo su corazón, así como yo te tengo a ti. – lo consoló.
-Sé que es tonta la manera en que me estoy comportando – reconoció el rubio.
-Por fin – bromeo su Omega.
Boun no pudo más que reír. Sabía que se estaba comportando como tonto, pero también sabía que no podía ni dejaría de preocuparse por su hermano pequeño. Principalmente el hecho de que el Alfa de su hermano era de un lugar, el cual no tenía muy buena reputación, en segunda, la verdad que el Príncipe Ohm era bastante impresionante e intimidada con solo su presencia, en tercera el hecho de que Dragón Rojo estaba por tener una inminente guerra con los de la Aldea Tierra, sabía que los Thitiwat no tenían la culpa que en tiempo de guerra para ellos, fuera escrito la unión de Fluke con Omh. Y por último que haya permitido que su inocente hermanito durmiera en su cama, aunque no hubiera pasado nada. Entendía el punto y las razones de su cuñado, pero, toda la situación lo estaba sobrepasando.
Había tratado de disimular, incluso dándole consejos a su pequeño hermano, y consolándolo cuando había llorado por la situación. Sabía que había humillado un poco a Fluke al llevarlo a la fuerza con su Alfa a aclarar el asunto de su “Sonambulismo”, pero se había sentido tan molesto, el verlo llorar por algo que, si realmente lo veías desde otra perspectiva, no era un escándalo ni nada fuera del otro mundo. Pero estaban hablando de su pequeño hermano. Parecía más padre, que hermano, reconoció a su pesar.
Los seis jóvenes al sentirse como pasas humanas con pies, decidieron dar por terminado su juego. Ohm se hundió en el océano dejando libre su Omega, el cual aun riendo siguió el resto hacia la orilla.
Había sido fantástico cargar a Fluke en sus hombros y seguir el juego aniñado de los demás. No creyó volver a hacer ese tipo de cosas, dejarse llevar y relajarse como lo había hecho, pero había sido divertido. Sonrió, siguiendo al resto. Si sus hombres lo hubieran visto, no podrían creerlo. Ahí fue cuando se dio cuenta de que por la felicidad de su pareja destinada era capaz de cualquier cosa. Eso era amor.

FIRE AND WATER (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora