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-Así es su alteza – prosiguió el recién llegado. –Ya le tengo lista su vestimenta para la cena.
Al escuchar esto, el pequeño príncipe se dio cuenta que fuera ya estaba oscuro.
-Dormí toda la tarde – dijo en un susurro más para sí que para Gun. Se trató de sentar en la orilla de la cama, pero el dolor corporal lo detuvo.
-Auch – se quejó quedándose estático con un gesto de dolor.
-Déjeme le ayudo – se apresuró hacia él y lo ayudo a sentarse.
-Gracias – le sonrió soltando el aire podo a poco, ya que sentía que le dolía hasta el cabello.
-Tome esto – le dijo yendo hacia una bandeja que contenía una copa de cristal con una bebida color verde brillante. –le quitara el dolor en unos minutos.
Fluke tomo la copa viéndola como si fuera la cosa más extraña, se la empino vaciando todo su contenido de un trago haciendo cara de disgusto por el sabor.
Gun sonrió divertido por la cara del príncipe.
El pequeño se fijo por primera vez en el joven, era un poco más bajo que el, tenía la piel muy blanca, con su cabello negro muy lacio, y nos labios muy dotados, que le sonreían tímidamente.
-¿Mi asistente personal? – fue lo primero que se le ocurrió a Fluke.
-Si alteza, soy Gun Atthaphan, tengo veinte años, y se me capacito para ser el asistente personal de la pareja destinada del futuro Rey Ohm Thitiwat.
-U.. un gusto – se levantó lentamente, tomando la toalla que lo cubría dándose cuenta de su desnudes se puso rojo de vergüenza y le dio la espalda.
-No se avergüence alteza – se apresuró a decir el asistente – tengo autorizado que en caso necesario pueda verle el descubierto, como en este caso que usted estaba dormido solo con la toalla cubriendo su parte baja.
Al pequeño príncipe se le pusieron las orejas coloradas, no por su pecho desnudo, sino porque no traía nada de bajo de la toalla.
-No tiene que temerme alteza- insistió Gun viendo la incomodidad- soy Omega como usted, además yo ya tengo a mi Alfa.- dijo esto en tono orgulloso. – De hecho, estoy en cinta. – confeso algo tímido.
Esto hizo que la vergüenza desapareciera, y volteara a ver a su asistente con ojos llenos de anhelo.
-¿Es…estas embarazado? – le miro el vientre aun plano.
-Afirmativo alteza, tengo trece semanas de embarazo – le sonrió con los ojos brillantes.
-¿Pu…puedo? – le pregunto estirando la mano en señal de tocar su vientre.
-Es pronto para sentir al bebé – sonrió con ternura y se tocó la barriga. – pero adelante – le dijo sonrojándose también.
El pequeño príncipe se acercó poco a poco, en primera por que le dolían las piernas como el demonio y en segunda con cautela como si se tratara de algo muy sagrado. Fluke había tenido la oportunidad de conocer algunas Omegas mujeres embarazadas y tocado su vientre abultado, pero no había conocido a ningún Omega hombre en estado. Había visto varios de lejos en el pueblo de Agua Mágica, pero eran extraños a los cuales no les podía pedir tocar su vientre.
Dubitativo toco el vientre plano, y se quedó ahí esperando sentir él bebé, pero al no percibir nada, soltó un suspiro desencantado.
-No ponga esa expresión – le dijo sonriendo comprensivo el asistente. – aunque usted no lo sienta, el cachorro está ahí.
Fluke levanto su mirada, y le regreso la sonrisa.
-Tienes razón – le dijo comprendiendo lo ingenuo que era.
-Ya que nos presentamos los tres, vamos a prepararlo para la cena. – lo insto a cambiarse.
El pequeño Omega tomo la ropa y se fue al baño a vestirse. Salió listo y se sentó frente al peinador. Su asistente se puso tras él.
-¿Cómo le gustaría que lo peinara?
-Lo dejo a tu elección – le sonrió por del espejo.
-Me disculpo por no haberlo asistido esta mañana como debería de haber sido – le decía Gun mientras cepillaba su cabello- pero tenía que ver al sanador para que me confirmara el embarazo. - termino diciendo sonrojado.
-Está bien, no te preocupes – le respondió el Príncipe – de todos modos, no sabía que tenía asistente. – se encogió de hombros.
-¿Qué le parece?- le pregunto cuando termino con su cabello.
Fluke se miró atentamente. Gun le había hecho una media cola que estaba levantada de la coronilla. Le gusto como se veía.
-Perfecto – le dijo – muchas gracias.
-Para servirle alteza – le sonrió. –¿Vamos?
-Una pregunta antes de marcharnos – le dijo el pequeño y se levantó del asiento ya sin dolor muscular.
-Dígame.
-¿Qué es eso del entrenamiento? – lo miro directo a los ojos.
Gun se quedó sin saber que responder, no esperaba esa pregunta.
-¿A qué se refiera alteza?
-Me refiero a eso, ¿Qué es el entrenamiento? – hablo un poco duro al ver la renuencia del asistente a responder.
-Pues no entiendo muy bien su pregunta alteza.- empezó incomodo- Pero el entrenamiento es una actividad que todos hacemos desde pequeños hasta que nuestro cuerpo ya no lo permite por la edad. – contesto algo nervioso.
-Así que, ¿es como una actividad diaria y común entre su gente? – le dijo frunciendo el ceño.
-Precisamente – le contesto aliviado – es como respirar para nosotros.
Fluke no quedo muy convencido. Sabía que algo escondían, pero se dio cuenta que no tendría más respuesta que esa. Apretó sus labios disgustado.
-Vamos – le dijo el príncipe dirigiéndose a la puerta.
Se veía que su asistente era buena persona, sin malicia, pero algo no le gustaba de todo eso, tanto secreto le daba mala espina, y parecía como si todos hubieran recibido órdenes de guardar ese “secreto” a su persona.
Se dirigieron al comedor en un silencio incomodo, pero Fluke no tenía ganas de seguir con su amena platica. Llegaron a las enormes puertas, y el pequeño se detuvo.
-Gracias por acompañarme- le dijo Fluke a su asistente.
-No tiene que agradecer- le contesto haciendo una reverencia al ver que lo estaba despachando y no quería que lo siguiera al comedor, así que se dio media vuelta y regreso por el camino andado.
Tomando aire y valor el pequeño príncipe empujo las pesadas puertas. Entro decidido al ver que ya todos estaban ahí.
-Buenas noches- les saludo dirigiéndose a su lugar, junto a su Alfa.
Todos le sonrieron dándole la bienvenida.
-¿Descansaste? – le pregunto su Alfa.
-Si- le contesto escuetamente.
-Me alegro – trato de tomarle la mano para besársela, pero el pequeño la alejo.
Ohm endureció su rostro, pero no le dijo nada.
-Cenemos – les dijo la Reina extrañada por lo que acaba de presenciar.
Todos empezaron a cenar excepto el pequeño Omega, que mantenía sus pequeñas manos unidas con fuerza.
-¿La comida no es de tu agrado Fluke? – le interrogo la Reina al ver que no tocaba su plato.
El pequeño príncipe levanto su mirada hacia su suegra, al ver su preocupación le sonrió.
-Todo se ve delicioso. – le contesto, y empezó a comer lentamente.
La Reina sonrió satisfecha y siguió comiendo.
Fluke picoteaba su plato con mirada perdida. Tenía unas enormes ganas de levantarse impetuosamente de su asiento y exigirles respuestas, especialmente a su esposo. ¿Por qué ocultar el baile frente al dragón?, ¿por qué no se anudaron antes Ohm y él?, y ¿por qué el entrenamiento?
Podía acepta la explicación de Gun, que el entrenamiento era algo usual y común entre ellos, por lo que había investigado antes. La isla Dragón Rojo se caracterizaba por sus personas en buen estado físico, ya lo había comprobado, pero aun así sentía que había muchas cosas que le ocultaban. ¿Por qué nadie le decía nada?, incluyendo a su marido, pensó amargamente. Volteo verlo, él estaba hablando con los demás como si nada. Vio su perfil duro y atractivo, y sus hermosos hoyuelos que se le formaban cuando sonreía, eso le ablandaba el gesto. Suspiro deprimido. No creía que su esposo fuera malo, o eso quería creer el. Pero, ¿que ganaban ellos fingiendo ser lo que no eran?, ¿el haberlo llevado lejos de su familia?.
No tenía nada especial, era un Omega común y corriente, solo tenía su título de príncipe de Agua Mágica. Bajo la mirada apesadumbrado y confuso. Escuchaba las voces y risas como si estuvieran muy lejos de ahí. ¿Qué tenía el de especial?, se volvió a preguntar sumido en sus pensamientos.
-¿Verdad Fluke?
El mencionado levanto de inmediato su rostro con mirada perdida al escuchar su nombre.
-¿Perdón?- dijo confuso el aludido.
-Decía que el mar de tu tierra es muy diferente a nuestro– le repitió Earth mirándolo con intensidad.
-Ah…. si – logro responder sin saber de qué iba la plática.
-Para empezar el color que desprende- siguió el rubio diciendo- y creo que hasta la consistencia.
El pequeño Omega los vio, pero dejo de escuchar, solo veía sus labios moverse. Y obviamente la mirada penetrante de su Alfa sobre el, como si tratara de ver a través de él.
Fluke abrió muchos sus ojos, su pequeño cuerpo se puso tenso. ¿Cómo no lo había pensado antes?, que tonto había sido. Él era un Tritón, el único Tritón sobre la tierra, hasta donde el sabía. ¿Y si ellos ya lo sabían?, apretó la tela de su pantalón con fuerza. No, no podían saberlo, era un secreto guardado, nadie lo sabía, excepto su familia y obviamente Mild, y él no se lo diría a nadie, era de entera confianza.
Los vio con pánico en su mirada, pero los presentes no le prestaban atención, hasta su esposo había dejado de mirarlo. Ellos estaban enfrascados en su plática. No podía seguir sentado como si nada. Se levantó empujando la silla con algo de más de fuerza.
-Te…termine. Gracias por la comida – logro decir con voz ahogada y salió del lugar sin importarle nada.
No quería ir a los aposentos, pensó desesperado mirando de un lado a otro. Tomo camino hacia el lado contrario, apresuro el paso hasta convertirlo en carrera contra algo de lo cual no sabía qué escapaba. Lo único que quería era salir de ahí. Corrió como si su vida dependiera de eso, y es que así lo sentía.
Salió del palacio seguido de miradas interrogativas por los guardias.
Su respiración se volvió cada vez más errática, y sus piernas ardían, pero no dejaría de correr. Le urgía sentirse a salvo y en paz. Siguió soportando el dolor tanto corporal como emocional, quería gritar. Se sentía estafado, engañado por alguien a quien le había dado su amor.
Las lágrimas corrían libremente por su rostro, y los sollozos no dejaban de escapar de sus labios. Cuando menos pensó llego a la orilla del mar. Se detuvo poniendo sus pequeñas manos sobre sus muslos, mientras el oxígeno luchaba por entrar a sus pulmones.
Se dejó caer en la arena caliente, respirando ruidosamente. Sus piernas y sus manos temblaban. Tenía que salir de ahí, pero primero tenía que calmarse. Se pasó las manos por el cabello, jalando con fuerza el broche que le sostenía la media cola del cabello, lo miro hipnotizado, esas piedras rojas, tan rojas como los ojos de Ohm, otro sollozo salió de su boca.
Nunca imagino que el amor doliera tanto. ¿Por qué nadie lo había preparado para eso?, se cubrió el rostro con las manos, aun sosteniendo el broche. Su llanto no cesaba, y su pequeño cuerpo se convulsionaba de dolor. Sentía como si una garra estuviera estrujando su pequeño corazón, era tan doloroso.
-Aaaaaaaaaahhhhhhhh – grito con rabia el pequeño.
Así estuvo en posición fetal hasta que se calmó. No se dio cuenta de en qué momento había dejado caer su cuerpo en la arena. Se levantó lentamente con la mirada destrozada y la respiración dubitativa por el llanto.
No tenía idea de cuánto tiempo duraría el efecto de la bebida verde fluorescente, pero no quería volver a sentir ese dolor físico. Se puso de pie con determinación. Tenía que regresar con su familia, miró fijamente las olas que se estrellaban en la playa. Se tomó la cabeza con fuerza. ¿Cómo regresaría con sus seres amados?, tanto el dije como los pendientes estaban en el castillo, en los aposentos que compartía con su Alfa.
Empezó a caminar de un lado al otro con frustración. Miro al rededor a ver si se veía alguien, un pescador con su lancha, algo que pudiera ayudarle a irse de ahí. Pero todo se veía solo y negro por la noche. Suspiro pesadamente. No podía darse por vencido, se dijo y empezó a recorrer la playa en busca de una balsa, barco o lo que fuera.
El recordaba que varias lanchas y barcos estaban en el puerto. Eso era, tenía que encontrar el puerto, así que empezó a caminar con cautela en la orilla del mar, ya que sabía que este podía arrastrar troncos entre otras cosas con las cuales se podría tropezar, y lo último que necesitaba era lastimarse.
Cansado de explorar y ver que no se veía ningún trasporte marítimo, se dejó caer de nuevo en la arena, se acostó en la misma y suspiro.
Era obvio que su familia no iría a buscarlo, se cubrió los ojos con sus brazos. ¿Qué podía hacer?
Un momento, se sentó de golpe, él era un Tritón. Como no se le había ocurrido, se dijo regañándose. Obviamente no llegaría hasta Agua Mágico, pero llegaría a un lugar lejos de ahí, y estando fuera de esa isla, de alguna manera lograría llegar con su familia, quien lo amaba de verdad.
Se paró con decisión y se empezó a desvestir. Cuando estuvo desnudo, se dirigió hacia el océano.
Las olas golpearon sus piernas, y se sintió cerca de Agua Marina.
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FIRE AND WATER (COMPLETA)
FanficLa vida a veces juega con nuestras vidas, ¿Qué pasara cuando el Príncipe Fluke que maneja el aguay el futuro Rey Ohm del fuego se crucen? Es un matrimonio arreglado, algo que todos conocen como destino, Alfa y Omega, un amor que rompe fronteras, per...