CAPITULO 23 NOCHE DE BODAS 2

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Fluke sentía todo su cuerpo muy caliente y pegajoso, Ohm lo estaba volviendo loco con esa boca, y cuando había llegado a su miembro había sentido vergüenza, pero era más la excitación que ya no le dio importancia, y lo único que atinaba a hacer era tratar de que el aire entrara a sus pulmones, gemir de placer y retorcerse bajo ese enorme cuerpo. La boca de su esposo se sentía tan caliente y húmeda, dejando rastro por todos lados como si lo estuviera marcando como suyo, solo suyo.
Ese cosquilleo se estaba concentrando en el centro de su vientre, se empezó a extender por todo su cuerpo, concentrándose en su pene haciéndolo estallar en la boca de Ohm. Soltó un grito nada masculino cuando por fin llego al clímax, tensando todo su pequeño cuerpo.
El mayor se tragó todo el precioso líquido que expidió su pequeño esposo, saco lentamente el miembro de su boca y beso la punta ya flácida. Se recostó al lado de Fluke y lo abrazo mientras este salía de la nube de pasión que lo había envuelto. Le había hecho feliz logara ese placer en su Omega, sonrió y acurruco en su pecho la cabeza húmeda del pequeño y le acaricio el cabello.
Se quedaron unos minutos más en esa posición, hasta que Fluke dejo de tener esos pequeños temblores causados por el placer. El mayor se levantó un poco para mirar a su pareja el cual seguía con los ojos cerrados.
-Aun te duele la cabeza? – le pregunto bajito.
El menor solo negó con la cabeza, y cayendo en la cuenta de lo que acaba de pasar, se cubrió el rostro con sus pequeñas manos.
Ohm se acercó y levanto sin esfuerzo el pequeño cuerpo desnudo a su lado, dejándolo encima del suyo. Fluke se inmuto por la sorpresa y poniendo las manos en el pecho del mayor abrió sus ojitos y descubrió una sexy sonrisa en su esposo.
-Creo que debemos de asegurarnos de que ese dolor de cabeza no vuelva- le dijo sin dejar de sonreír y tomo su rostro para besar de nuevo esos enloquecedores y pequeños labios.
El menor abrió su boca para recibir esa lengua que le reclamaba entrada, aunque sus besos seguían siendo inexpertos, para su Alfa era lo mejor del mundo, esa inocencia lo encendía a por millón. Rodeo ese pálido cuerpo con sus enormes manos, apretando y acariciando la pequeña cintura, deleitándose con la suavidad de la misma. Bajo sus manos a ese pequeño y redondo trasero, Fluke se quiso zafar.
-Tranquilo – le dijo contra su boca para calmarlo. Y se miraron a los ojos, los del pequeño, estaban algo asustados. –No tienes de que tener miedo – le dijo sonriendo- nunca debes tener miedo de mi – y volvió a capturar su boca con voracidad contenida, apretando esos hermosos glúteos.
Al principio Fluke siguió algo tenso, pero conforme avanzaba el beso, con la lengua de Ohm reverenciando su boca, mordiendo suavemente sus labios, sin dejar de acariciar ese pequeño trasero.
El más grande se separó deteniendo el húmedo beso, y el menor soltó un quejido de protesta. Ohm se levantó hasta quedar sentado.
-Deja me pongo más cómodo- le dijo acariciando la pequeña espalda.
Fluke se bajó de su regazo, y se sentó a su lado, mientras el otro se levantaba y de un solo movimiento se quitaba el resto de la ropa. Esto causo un sonrojo enorme en el menor. No quería ver la parte intima de su esposo, pero fue imposible, esa cosa era enorme, trago saliva sin quitar la mirada.
Ohm noto la mirada de su pequeño Omega, y se sintió satisfecho de lo que causaba en él. Se dirigió hacia un mueble y saco un pequeño bote. Fluke lo siguió con la mirada teniendo una agradable vista de ese trasero duro y bien formado, esos muslos fuertes y por dios esa espalda ancha y fuerte. Lo vio regresar al pie de la cama, y su mirada volvió a ese enorme miembro que estaba bastante duro.
-Ponte boca abajo – le pido el más grande. El pequeño lo miro dudoso, pero hizo lo que le pidió, recostándose en la tibia cama, se sentía avergonzado, pero era normal lo que hacían, se consolaba Fluke.
El mayor suspiro al ver esa hermosa espalda de terciopelo, esas pequeñas nalgas y esas delgadas y pálidas piernas. Se subió en la cama, y se acercó a su esposo. Empezó besando ese lechoso cuello, haciendo que el menor suspirara de placer. Siguió con esa espalda tan perfecta, besando, lamiendo, mordiendo levemente, y sus manos se concentraban acariciando esa cintura tersa.
Fluke se estaba relajando, esas caricias y esos besos, eran lo mejor. Se tensó un poco al sentir que Ohm empezaba a besar y lamer sus glúteos, pero se estaba sintiendo tan bien que volvió a relajarse y gimió por lo bajo. Su esposo siguip bajando besando y acariciando sus muslos.
-Si pudiera te comería entero – expreso Ohm mordiendo levemente uno de sus muslos.
-Mmmm – logro decir el pequeño, sintiendo como su miembro de nuevo erecto rosaba la cama. Mientras el mayor bajaba hasta sus pies, y volvía a subir, sin dejar de tocarlo, lamerlo y besarlo.
-Voltéate – ordeno Ohm con voz rasposa, siendo obedecido de inmediato.
Se besaron de nuevo con hambre, e inconscientemente el pequeño abrió sus piernas para que el mayor se acomodara mejor, haciendo que su miembro quedara en el duro vientre de su Alfa. Ohm lo apretó de las pompis, sin dejar de besarlo, y se empezó a mover para rosar con su cuerpo la hermosa erección de su esposo, lo que hizo que el pequeño levantara sus pequeñas piernas y rodeara la cintura del mayor, para tener mejor contacto, y empezó a imitar los movimientos del grande.
Las pequeñas y pálidas manos, empezaron a recorrer esa enorme y fuerte espalda, acariciando y apretando a su gusto.
El mayor se volvió a separar, y Fluke se volvió a protestar, lo que causo una pequeña risa de su pareja.
-Tranquilo pollito – le dijo mirando esos ojos llenos de lujuria – necesito prepararte.
¿Prepararme?, pensó el pequeño, sin entender ya que el deseo le nublaba la vista y raciocinio, solo quería seguir sintiendo y volver a tener esa explosión de placer que había tenido antes, cuando su Alfa le había comido su parte intima.
Ohm tomo una almohada y la puso debajo de la cintura de su Omega. Tomo esos hermosos chamorros y los puso sobre sus hombros. El pequeño se sintió totalmente expuesto y trato de cubrirse sus partes.
-Créeme – le dijo con mirada profunda y también velada por la excitación- esto te va a encantar. – y dicho eso se inclinó hacia adelante y separo las mejillas traseras de su esposo, lo cual hizo que este lo mirara asustado.
Y antes de que cualquier cosa sucediera, dirigió su lengua hasta esa rosada y apretada entrada, sacando un suspiro se sorpresa del pequeño.
-N… no- trato de que sus pequeñas manos apartaran a su Alfa de esa parte tan sensible.
Pero este omitió el intento de su Omega, y se dispuso a empezar la dilatación. Le separo más las pequeñas nalgas para tener mejor acceso a su objetivo. Fluke seguía negándose sin lograr pararlo.
Ohm estuvo un rato así, hasta que escucho un suspiro entrecortado de parte de Fluke. Mientras con una mano maniobro para poner lubricante en sus dedos, y antes de que otra cosa pasara, empezó a introducir uno de sus largos dedos en esa hermosa entrada. El pequeño se puso tenso, así que subió su cuerpo y volvió a besarlo con ganas, y poco a poco, logro meter todo el dedo.
Empezó a moverlo lentamente, entre pequeños quejidos de parte de su pequeño y estrecho esposo. Metía y sacaba, metía y sacaba, se comía la lengua de Fluke succionándola y mordiéndola suavemente.
Introdujo el otro dedo, lo cual hizo que las paredes de la entrada de su Omega se contrajeran de dolor e incomodidad. Repitió los movientes de atrás para adelante lentamente, para no lastimarlo, y se pasó a sus pezones, jugando con ellos. Empozo a mover poco a poco sus dedos en forma de tijera, su pequeño se retorcía. Pero no podía parar, ya iban muy avanzados, sabía que era doloroso, al ser la primera vez de su pareja.
Cuando logro que sus dos dedos entraran con más facilidad, introdujo su tercer dedo, lo que causo que Fluke retuviera su respiración. Así que le volvió a devorar la boca rosada e hinchada.
Su Omega se retorcía y temblaba, sus dedos entraban y salían.
-Du…duele – se quejó el pequeño contra sus labios.
-Tranquilo- lo consoló sin dejar de hacer su tarea- sé que duele – dijo jadeando – pero valdrá la pena.
Así duraron unos minutos, hasta que decidió que era hora de entrar. Se levantó y tomo el bote de nuevo, y tomando una cantidad generosa se la unto en su pene, ante la atenta mirada de Fluke.
El mayor volvió y acomodo de nuevo las piernas del pequeño sobre sus hombros, posicionando su miembro en la entrada rosada.
El menor lo vio con miedo, y era normal, nunca había hecho eso.
-Relájate por favor – le pido su Alfa- sé que va ser difícil, pero pronto dejara de doler. –Le acaricio el rostro con delicadeza.
Fluke asintió nervioso con la respiración acelerada.
Ohm empezó a introducirse, Fluke se tensó por inercia de ese cuerpo extraño que forzaba su entrada en el.
-Mírame – le ordeno jadeante el mayor, y este obedeció.
- ¿Confías en mí? - le pregunto su Alfa. Y el Omega asintió.
Ohm se lanzó de nuevo a sus labios, mientras que poco a poco hacia que su pen entrara en su pequeña pareja. Cielos, eso lo estaba volviendo loco, era tan estrecho. En ningún momento dejo de besarlo, y al sentir que el cuerpo de Fluke seguía reusándose a aceptar su intromisión, así que con una mano empezó a masturbarlo para distraer el dolor.
Fluke ya no sabía que era mayor si el dolor o el placer. Su alfa logro entrar completamente hasta que sus testículos tocaron el trasero del menor. Y si se estuvo masturbando lentamente, besándolo sin parar y dejando que el pequeño cuerpo se acostumbrara a su miembro.
El Alfa, dejo que pasaran unos minutos en esa posición, y cuando sintió más relajado a su esposo, empezó un vaivén lento, logrando sacar gemidos del Omega.
Se separó para poder ver las expresiones de Fluke, sin dejar de masturbarlo y sin dejar de mover la cadera.
El rostro del más pequeño de debatía entre el placer y el dolor, pero el pene de su Alfa toco algo dentro del el que lo hizo gritar.
-Ahí es – dijo triunfante el más grande, aumentando el ritmo de las embestidas.
El cuarto se llenó de jadeos y pequeños gritos, el ruido que hacían los cuerpos al chocar era tan erótico que hizo que ambos movieran las caderas de forma descontrolada.
-Si – exclamo el mayor – entrando y saliendo de ese pequeño cuerpo, de su esposo, de su omega, del amor de su vida.
Y cuando sintió que todo culminaría en dos orgasmos, paro, haciendo que de nuevo su esposo protestara, haciendo un hermoso y tierno puchero.
-Tranquilo que esto no termina aquí – le aseguro atrayéndolo, haciendo que se sentara sobre él y le rodeara la cintura con sus pequeñas piernas, embistiéndolo fuertemente, haciendo que el Omega gritara.
Esta posición hizo que llegara más profundo, y por consiguiente tocara mejor la próstata del pequeño. Lo tomo de su pequeña cintura para ayudarlo a subir y bajar de su pene.
-Haaaa- gritaba sin detener sus jadeos y gritos el Omega, mientras las estocadas cada vez eran más fuertes y profundas.
Ohm al sentir de nuevo su orgasmo llegar pronto, se acercó a su pareja destinada, y posiciono sus dientes en el cremoso cuello. Quería que todo fuera perfecto, pensó sin dejar de penetrar a Fluke, escuchando sus gritos de placer. Bajo sus grandes manos separando más las nalgas del menor, y aumento el ritmo.
Cuando sintió que su pene tocaba fuertemente ese lugar que le causaba tanto placer a su esposo, dejo salir sus colmillos y mordió la tierna carne, sintiendo como este se tensaba en respuesta de un gran orgasmo, y se dejó llevar y se corrió dentro de su esposo, también gritando de placer.
Fluke dejó caer su rostro en el hombro de su Alfa. Eso había sido maravilloso, nunca se imaginó que se sintiera de esa manera.
Le había dolido la mordida en su cuello, pero había sido tan excitante. Trato de lograr u respiración, pero no podía, había sido fantástico, sonrió contra el hombro de Ohm y lo abrazo más fuerte.
-Te dije que valdría la pena – le dijo jadeante el mayor, abrazándolo fuertemente también.
Se quedaron un buen rato así, ya que ninguno de los dos quería terminar esa unión.
Ohm se movió un poco para lamer la herida del cuello de su Omega, para que cesara el dolor y cicatrizara la herida. Este se estremeció al sentir la lengua y saliva de su Alfa, sintiendo alivio.
-Creo que necesitamos un baño- sugirió Ohm, y se levantó sin salir del pequeño y empezó a caminar. Fluke se pegó más a el, y apretó más sus pequeñas piernas y brazos a su alrededor.
Se moría de ganas de hacerle el amor de nuevo, pero por ser la primera vez de su esposo, decidió dejar pasar de largo su libido.
Se pusieron bajo el rocho de agua, y entre besos y caricias castas se limpiaron.
El Alfa seco con cuidado el delicado cuerpo, con una suave toalla, y cuando vio que sus ojitos se estaban cerrando y quedándose dormido parado, lo tomo en brazos.
Lo sentó frente a un peinador.
-Espera poco- le pidió el mayor a su esposo dándole un beso en la frente, para ir a cambiar las sabanas y colcha que habían quedado no en muy buen estado.
Volvió por él y lo volvió a tomar en brazos para acomodarlo delicadamente sobre el colchón, lo tapo con la colcha limpia y se acomodó a su lado atrayéndolo hacia sí, abrazándolo de su pequeña espalda.
Fluke se acercó más al cuerpo grande y fuerte, para sentir su calor, lo abrazo y paso una pequeña pierna por los fuertes muslos de su esposo, el cual satisfecho por ese acto lo apretó más sintiendo esa piel tibia junto a la suya. Después de unos segundos sintió la lenta y acompasada respiración de Fluke contra su pecho y se dejó llevar por los brazos de Morfeo.

FIRE AND WATER (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora