FIRE AND WATER (COMPLETA)

CAPITULO 9 REGALO

El príncipe Fluke al ver que ya estaba aclarando el cielo, se despidió de sus amigos marinos y salió del océano. Regreso sus piernas cuando el agua le llegaba a la cintura, y se percató de que nadie estuviera alrededor para salir corriendo a ponerse la ropa.
Se fue directo a su recamara, corriendo sigilosamente, ya no tardaban en levantarse y él tenía que estar listo para el desayuno. Se ducho y se tallo bien el cuerpo quitándose la sal del mar.
Cuando se estaba cambiando de ropa, se volvió a preguntar por qué su Omega no le había avisado de la llegada del Alfa, y por lo que veía su Alfa siempre lo sentía a él, era bastante extraño, hoy le preguntaría a su hermano y cuñado.
Termino de arreglarse cuando alguien toco su puerta. ¿Quién sería?, frunció el ceño y fue a abrir la puerta rezando que no fuera Ohm.
-Buenos días alteza –Lo saludo un alegre Earth introduciéndose a la habitación.
El más bajo se le quedo viendo boca abierto, ósea, ¿y sus modales?
-Buenos días- contesto el príncipe al fin, viendo como el otro se ponía a fisgonear en sus cosas- ¿En que puedo ayudarte?
El chico rubio volteó a ver al más pequeño.
-Yo vengo a ayudarte alteza- hizo una reverencia.
-Perdón? – pregunto extrañado, era cierto que el esposo de su futuro cuñado le estaba agradando, pero entrar con esas confianzas a sus aposentos, no estaba en la etiqueta.
El rubio se acercó al príncipe y le tomo una mano y lo jalo para que se sentara en un sillón, el más pequeño estaba tan sorprendido que solo se dejó llevar.
-Mira alteza, ¿Te puedo llamar Fluke?, no creo ser mucho mayor que tú, ¿cuántos años tienes?- lo miro curioso.
-Diez y ocho – dijo este embobado.
-Perfecto Fluke, tengo 21 años. - afirmo sonriéndole. – Mi esposo Kao y su hermano mellizo tienen 28.
El príncipe más pequeño se quedó sorprendido, no podía creer que Ohm tuviera esa edad, parecía más joven, eran 10 años de diferencia, no sabía por qué, pero esto lo puso nervioso.
-No quiero ser entrometido, peeeeero, veo que no te has adecuado muy bien a tu futuro esposo – le dijo Earth.
-Pero si apenas nos conocemos- se excusó.
-Lo sé, pero él será la persona con la que estés el resto de tu vida – se acercó más. – Sé que es difícil, ya que yo pase por lo mismo, pero siento que debes de poner un poco más de tu parte.
¿Más de su parte?, se preguntó Fluke, ¿Más que el hecho de haber aceptado quedarse para tener que afrontar su obligación?, a pesar de que no sabía casi nada de su Alfa y su gente, y lo poco que sabía no eran cosas muy agradables. ¿Más que aceptar irse de su reino?, donde no estaban las personas que amaba, ¿Más que a pesar de odiar el esfuerzo físico, tenía días ejercitándose? Se estaba empezando a molestar, así que se levantó.
-Si me disculpa Príncipe Earth , creo que esto no es de su incumbencia.
-Claro que lo es – afirmo este levantándose también – nosotros viviremos juntos también el resto de nuestras vidas, si no es que el destino opina otra cosa – le dijo- además se cómo te sientes, yo estaba renuente a casarme con un bárbaro- admitió avergonzado. – Yo tampoco sabía nada de su cultura y creí que no lo podría soportar, además que la forma en que conocí a Kao no fue muy civilizada- se puso más rojo aún. – pero eso no es el caso, lo único que venía a decirte es que cuentas conmigo para lo que sea, cualquier cosa, yo te apoyare, y que le des una oportunidad a Ohm, sé que es muy serio y parece muy severo, pero tiene un gran corazón y será un gran Rey.
Después de haber hablado sin parar Earth salió de los aposentos dejando a un Fluke bastante sorprendido y confundido.
Ohm se encontraba en los aposentos donde se encontraba su madre.
-Si dices que no sabías nada te creo madre- suspiro el príncipe.
-No entiendo como algo tan importante pudo ser escondido, ¿El príncipe Fluke un Tritón?, tu omega es un Tritón – exclamo aun sorprendida. - ¿Sabes lo que esto significa? – volteo a ver a su hijo.
-Si –dijo preocupado – creo que las cosas se van a complicar más madre.
-No tienen por qué complicarse, ya que lo sabemos a tiempo, pero, ¿Porque no sabíamos?, ¿Porque los Reyes no nos dijeron?
-Eso es lo que más me preocupa- se sentó en la cama- ¿Qué razón tienen ellos para ocultarnos algo tan importante?
-Sus razones tendrán- concluyo indecisa- sabes que nada se puede ocultar para siempre, tarde o temprano lo averiguaremos. Por ahora debemos de aparentar que no sabemos nada, incluso después de la boda, no podemos hacer un escándalo o tener desigualdades con ellos, a menos que nos lo desvelen, o el Príncipe Fluke te lo diga.- lo miro muy seria.  
-Tienes razón madre – coincidió Ohm – haremos como si no sabemos nada, tarde o temprano la verdad siempre sale a la luz.
Salió del lugar, necesitaba un trago, pero era muy temprano y estaba en el hogar de sus suegros, así que eso tenía que esperar.
Vio entrar a su cuñado Earth sigilosamente a los aposentos que compartía con Kao. ¿Dónde había ido tan temprano?
Fluke salió de su recamara, su cuerpo pedía algo dulce, tenía tantas cosas en la cabeza, estaba tan confundido. Se dirigió hacia la cocina, y ahí estaban ya trabajando arduamente.
-Buenos días- saludo a los presentes, mientras se dirigía a servirse un tarro de leche y conseguía bollos de chocolate recién hechos.
Los demás contestaron su saludo con una sonrisa, mientras seguían en lo suyo.
Fluke se dispuso a disfrutar el conjunto de sabores, dando una mordida al bollo y tomando un trago a su leche fría, eso era la gloria, si querían tenerlo contento y calmado, ese era el secreto, mastico gustoso.
Cuando se sintió satisfecho, después de tres bollos y dos tarros de leche, salió de la cocina hacia el comedor, sabía que todos estaban ya a punto de desayunar.
-Buenos días- saludo entrando, y viendo que su hermano y su cuñado no estaban en sus lugares, si no en el lado opuesto, esto era extraño. Se dirigió a su asiento y se acomodó, viendo el desayuno, pero sin apetito.
-¿Cómo dormiste? – pregunto su madre.
-Bien madre,  ¿Y ustedes? – les sonríe.
-Bien – le regreso la sonrisa.
Parece que lo que pasó la noche anterior en el despacho de su padre había sido olvidado. Eso alivio mucho a Fluke.
-¿Y los Titihwat?- cuestiono al no verlos en el comedor.
-No tardan en bajar- Contesto el Rey.
-¿Ustedes por qué están allá? – siguió preguntando el príncipe menor, dirigiéndose a Boun y Prem.
Estos solamente voltearon a ver a los Reyes.
-Muy buenos días – entra saludando la madre de Ohm junto con el resto de su clan, los demás devolvieron el saludo.
Fluke se queda muy quieto a ver que su Alfa se dirige al asiento a su lado, el pequeño príncipe voltea a ver a su familia con los ojos muy abiertos cuando siente la cercanía del cuerpo de su futuro esposo.
-¿Cómo amaneciste Fluke?- pregunta el mayor omitiendo deliberadamente su título.
-Muy bien Príncipe Titiwat, ¿Y usted? – contrataco con la formalidad que este se saltaba.
Su Omega cada vez se ponía más inquieto al tener tan cerca al su Alfa, ya que, si se ponía a pensar, era la primera vez que estaban tan cerca.
-También muy bien- contesta relajado, y toma un trago del jugo de naranja.
-Oye, ese es mi jugo – reclama Fluke frunciendo el ceño.
-Lo siento- se disculpa con una sonrisa de burla, y toma el otro vaso para tomar de el.
Los parientes del pequeño príncipe se quedan un poco sorprendidos por la reacción del más pequeño Natouch, es raro que tutee a alguien que apenas conoce, mientras la familia del Alfa sonríen cómplices.
¿Se vería muy mal educado si pide que le cambien el vaso?, se preguntaba Fluke viendo su jugo. Realmente todo el azúcar que consumió anteriormente le estaba dando sed, y el jugo de naranja se lo quitaba, ¿Qué debería hacer?, se mordió inconscientemente el labio inferior.
Miro a todos lados, y vio a todos desayunando con gusto, incluso platicando amenamente, soltó un suspiro, al diablo, pensó este mientras tomaba su jugo y bebía de él.
Casi lo termino de un solo trago. ¿Eso contaría como un beso indirecto?, pensó el pequeño Príncipe dejando su vaso con cuidado en la mesa viendo que casi estaba vacío.
Por la forma en que lo había bebido sería un beso francés indirecto, sintió como el color subía por sus mejillas. ¿En que estaba pensando?, su Omega empezó a revolotear en su interior. Dos bocas húmedas mordiendo y succionando mientras sus lenguas se exploran, cada rincón de su boca. Diablos, maldijo por dentro, no podía dejarse llevar por su lado animal, se reprendió.
Siente una extraña energía, y ve a su Alfa de reojo, el maldito está sonriendo abiertamente, ¿Sabrá lo que estoy pensando?, se preguntó asustado Fluke. Carraspeo, y fingiendo hambre se sirvió fruta con miel.
-Espero que el recorrido por la isla sea de su agrado – dijo el Rey.
-Ya quiero empezar – exclamo un muy emocionado Earth, el cual hizo sonreír a los demás, excepto el más pequeño de los Natouch, que estaba muy estresado e incómodo.
El paseo por el pueblo fue bastante bien, los aldeanos fueron muy amables y respetuosos. Les dieron bastantes presentes a los recién llegados y felicitaron al paraje próxima al matrimonio.
-Fluke, Ohm – llamo la madre del pequeño Príncipe.
-Si madre – se acercó curioso, y su Alfa lo siguió.
-Me gustaría que me acompañaran a un lugar- les sonrió.
-Está bien- dijo dubitativo el castaño.
La Reina los guio sobre las calles empedradas con los olores a mariscos y especias del lugar siguiéndolos, y vigilando que los demás no fueran tras ellos, eso era una sorpresa para la pareja. Dieron varios giros por el lugar, hasta que llegaron a una cabaña cerca del mar. De hecho, era el último lugar que estaba en la calle empedrada, de ahí en adelante solo era arena y mar.
Fluke presumía de conocer toda la isla, pero a ese lugar nunca había ido. ¿A dónde los había llevado su madre?
-Me gustaría que aceptaran este regalo que les quiero hacer. - les sonrió dándole la espalda a la entrada del lugar.
-¿De que se trata madre? - pregunto curioso Fluke.
-Sé que los más probable es que el príncipe Ohm ya tenga listo su traje para la boda – los miro – y no estoy diciendo que lo cambie, solo le pido que acepte este traje que quiero mandar a hacer para, el para el banquete nupcial. - Miro a su futuro yerno con una sonrisa.
-Sera un honor- contesto este haciendo una reverencia.
-No tienes que preocuparte por las tradiciones de tu reino- le dijo devolviendo la reverencia- La modista que se hará cargo ha viajado por todo mundo y sabe exactamente lo que necesitas.
-Muchas gracias su alteza- agradeció el pelinegro.
-Bien, vamos- les invito a entrar a la pequeña cabaña.
La siguieron, y el más alto tubo que agacharse para poder entrar por la puerta. La cabaña, era cierto, era muy pequeña, pero era bastante limpia y confortable.
-Madam Dell – llamo la Reina. – Ya estamos aquí – dijo mirando al rededor.
En el fondo del lugar, se abrió una concha enorme, que los dos príncipes no habían visto al entrar. ¿Cómo cabía eso ahí?, se preguntaron ambos sorprendidos.
-Bienvenidos – le dijo una pequeña anciana, con cabellera larga y canosa, llevaba con ella un bastón de madera con incrustaciones de conchas pequeñas.
-Gracias por recibirnos- le dijo la Reina.
-Gracias a ustedes por confiar en mis habilidades- hizo una reverencia.
-Ellos son mis hijos- dijo con orgullo la madre de Fluke – el Príncipe Ohm Titiwat, y el Príncipe Fluke Natouch.
-Un placer sus majestades – se inclinó de nuevo y sonrió mirando a los futuros esposos. Sus ojos totalmente blancos y sin expresión, realmente parecían verlos.
Madame Dell era ciega.