FIRE AND WATER (COMPLETA)

CAPITULO 34 BUSQUEDA 2

Ya no podía más, jadeaba Fluke en la superficie del océano, su cola se estaba acalambrando. Miro para todos lados, no se veía tierra firme. Se deshizo de su cola y se puso a flotar mirando el cielo estrellado, necesitaba descansar un poco. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que salió de la isla Dragón Rojo? Se preguntaba mientras acompasaba su respiración. Se había topado algunas criaturas marinas en el camino, eran muy diferentes a las que él conocía, algunas lo habían ignorado olímpicamente, el único que le había ayudado, era un gigantesco pulpo que le había metido un susto de muerte.
INICIO DEL FLASN BACK
Iba nadando tratando de ignorar el cansancio de su cola, cuando se topó con esa cosa enorme. Su cabeza topo con algo blando y viscoso. Al levantar la mirada, se quedó de piedra, unos enormes ojos rojos del tamaño de su cuerpo lo miraban atentamente.
-Lo… lo siento- se disculpó en sirenio el pequeño. Pero no obtuvo respuesta, esos ojos lo seguían mirando intensamente.
-Me… me llamo Fluke Natouch – se presentó. Pero nada, así que intento de omitir el temblor de su cuerpo y lo intento de nuevo. –Vengo de la isla Dragón Rojo, y me dirijo a la isla Agua Mágica, sé que eso queda muy lejos, pero ¿podrías decirme por donde tengo que seguir para encontrar tierra firme?
Nada, rayos, ¿Qué acaso seria comido por esa enorme criatura?, se preguntó sintiendo un terror como nunca antes.
-Se que no me conoces – siguió diciendo con voz temblorosa, sabía que, si intentaba escapar, no lo lograría. – pero de dónde vengo soy un príncipe, y el único tritón que existe. – dijo esto último con la esperanza de no ser devorado siendo el único de su especie.
-Fuke – dijo con ese sonido gutural saliendo de su enorme cuerpo. –Soy Monck – se presentó la criatura.
Fluke se exalto sorprendido.
-Mu…mucho gusto Monck – le dijo aun temeroso el pequeño príncipe.
-Si tomas para el sureste unos kilómetros más, podrás encontrar una isleta. – le dijo con su tenebrosa voz.
-Muchas gracias Monck – le dijo despidiéndose de él. Empezó a nadar  lo mas rápido que su cuerpo cansado lo permitía.
FIN DEL FLASH BACK
Era momento de usar su agua control, a lo mejor de una posición más alta podía distinguir la isleta que le había dicho el monumental pulpo. Empezó a mover sus manos en el ritual solo conocido por los de su tierra, se fue elevando con el agua marítima envolviendo sus piernas.
Sonrió feliz, veía algo a lo lejos, todavía estaba bastante alejado, pero podría esforzarse un poco más y descansar el resto de la noche. Hizo que el agua se fuera moviendo en dirección a su destino. Por fin podría descansar, estaba exhausto y hambriento. Cuando por fin estaba a unos cien metros de tierra, la oscuridad se estaba disipando. Había nadado toda la noche, no era de extrañar que se sintiera mareado y que su vista se nublara. Un poco más Natouch, se decía a sí mismo, cuando sintió que su agua control se iba perdiendo.
Ohm llevaba un par de horas sobrevolando el océano, nada, ¿Dónde estás pollito?, se preguntó angustiado. Su hermano y algunos soldados también estaban sobrevolando el mar, se habían distribuido, no sabían que rumbo podría haber tomado Fluke, pasaban las horas y nadie lograba encontrarlo.
Dos dragones se encontraban volando estáticos sobre el océano. Uno de ellos era mucho más grande que el otro, con sus escamas color rojo pasión, mientras el otro pequeño era del color de la tierra.
-Alteza, ya abarcamos mucho territorio y no logramos ver nada – le dijo por telepatía uno de sus soldados mientras se mantenían en el aire.
-Tenemos que seguir – le ordeno Ohm del mismo modo.
El dragón café solo inclino la cabeza sin dejar de mover sus alas, y se alejó de ahí.
El enorme dragón rojo vio cómo se alejaba el soldado y continuo su vuelo. ¿Es que acaso estas debajo del mar?, mi pequeño esposo. No había recibido ninguna notica de los buzos, sabía que no podían cubrir mucho terreno ya que ellos no eran acuáticos, pero peor era no hacer nada.
La búsqueda siguió hasta que salió el sol. Todos estaban exhaustos, tenían mucho que no volaban por tanto tiempo. El podía seguir su búsqueda, pero su gente necesitaba un descanso.
-Escuchen – les hablo – hemos estado toda la noche volando y nadando sin descanso, regresen a la isla a que descasen un par de horas y que se alimenten.
Todos acataron la orden de su futuro Rey. Los dragones volaron hacia tierra, mientras los demás salían del mar.
El siguió su vuelo, con la luz del día sería más fácil la búsqueda.
-Ohm… hermano, Ohm.
-Dime Kao – contesto telepáticamente.
-Lo encontré.
Sus ojos de dragón se abrieron desmesuradamente.
-¿Dónde está? – pregunto desesperado batiendo sus alas con mas ímpetu.
-En la isleta arcoíris.- informo agradecido.
Apenas Kao termino de hablar, hizo que su enorme y rojo cuerpo diera la media vuelta y emprendiera el vuelo hacia su amado esposo. El lugar no quedaba nada cerca. ¿Cómo había logrado llegar su pequeño cuerpo hasta allá?, ¿Tan desesperado estaba su pequeño esposo de abandonarlo?, no lo permitiría, Fluke nunca lo dejaría, de eso se encargaría él. Aumento la velocidad.
Paso alrededor de más de una hora en poder llegar a su destino. A lo lejos vio el dinimuto cuerpo de tierra. Las piedras que estaban cerca de la playa, emitían una variedad de colores, parecían varios arcoíris juntos, de ahí su nombre.
Aterrizo en tierra firme, y se transmuto. Corrió desnudo hacia donde estaba su hermano y su esposo.
-Fluke – dijo con la respiración acelerada al llegar bajo las palmeras en las cuales estaba el pequeño cuerpo tendido.
-Tiene fiebre- le informo Kao, ya cubierto con un chándal que siempre guardaba entre sus escamas inferiores, también le había puesto unos a Fluke, los cuales le quedaban bastante grandes pero hacían su función.
-Creo que esto te caería bien – le tendió unos pantalones cortos.
Ohm lo omitió y se dejó caer de rodillas al lado del cuerpo caliente de su esposo.
-Pollito- susurro acercando su mano a la frente de Fluke para apartarle el cabello húmedo del rostro.
-Kao.
Su hermano lo volteo a ver aun con los pantalones en la mano.
-Gracias – le dijo sin dejar de acariciar el rostro de su amado.
-Tu hubieras hecho lo mismo por mí- le contesto sentándose en la arena.
Ohm miro como el vientre de su pollito subía y baja con algo de dificultad.
-Necesitamos llevarlo de vuelta al reino- dijo el marido de Fluke.
-Lo sé, pero ninguno de los tres estamos en condiciones de tomar camino.
El futuro Rey bufo.
-Maldición, lo sé, si no lo atienden, podría no sobrevivir- hizo una pausa llena de panico.
-He tratado de bajar su temperatura, pero este endemoniado sol no ayuda. –dijo Kao mirando hacia el oriente.
Fue cuando Ohm se dio cuenta que había varias prendas hechas nudo a un lado de Fluke.
-¿Tus escamas inferiores son un ropero? – le pregunto aún más agradecido, tratando de sonar divertido.
-Yo si cuido mi desnudez- le aventándole el pantalón corto.
-Que Fluke no te escuche – lo amenazo.
Kao volteo lo ojos y lo miro con el ceño fruncido.
-¿A tomado agua pura?- le pregunto poniéndose el pantalón.
-Soy un ropero, no un trastero.
-Podrías tratar de conseguir agua bebible – lo volteo a ver sin dejar de acariciar a Fluke.
-Voy por unos cocos – le dijo levantándose, y se adentró en el pequeño espacio de tierra donde se encontraban.
Ohm se estiro y tomo una de las prendas y fue a mojarla en el mar. Llego a donde su pequeño y le empezó a pasar la prenda fría por su frente.
-Mi pollito, perdóname, es mi culpa que estés asi – le dijo con voz compungida. Tomo una de sus manos y le la llevo a los labios besándola.- prometo que todo cambiara, ya no te guardare nada. Todo lo que me preguntes te lo responderé, te diré toda la verdad.
-Ohm – susurraron esos labios secos.
-Sí, soy tu Ohm – le dijo acercándose a su pequeño rostro, le empezó a besar desde la frente y siguió bajando, hasta que un sabor salado lo detuvo.
Fluke estaba llorando en sueños.
-No, por favor, no llores mi precioso-le dijo con voz quebrada el pelinegro.
-Encontré algo mas – le dijo regresando su hermano dejando caer los cocos y unas flores multicolores.
-Rosas arcoíris – exclamo Ohm feliz.
-De nada hermano. – le dijo Kao dejándose caer de nuevo en la arena.
-Si las hubiera recordado antes, te las hubiera pedido, primero que nada. – le dijo sonriente, sabiendo que eran unas flores con unas propiedades muy curativas. No importaba que enfermedad padecieras, curaba casi todo. Casi.
-¿Y te dices el futuro Rey? – le dijo su hermano muy pagado de si mismo. La isleta arcoíris era parte del territorio de los dragones, su territorio era muy extenso.
-Para – le pidió – ayúdame a hacer la bebida.
Kao empezó a conseguir las herramientas necesarias para la bebida curativa. Era obvio que Ohm estaba más que capacitado para ser Rey, pero también era obvio que estaba colado por su pareja destinada, el amor a veces nos nubla. Pensó sonriendo cómplice, a el también le pasaba con Earth.
Mientras Kao hacia la bebida, él se encargaba de bajar la temperatura de su esposo, y de hacerle mimos, no dejaba de decir su nombre mientras las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas.
Entre los dos hermanos cuidaban el pequeño cuerpo. Lograban que bebiera un poco de la bebida de rosas arcoíris. 
Kao había dado su paradero el poco tiempo de haber llegado a la isleta, así que los soldados estaban en camino por ellos. No podrían llevar sobre su lomo a Fluke ya que estaba inconsciente. Su única solución es que fueran a buscarlos en un barco.  Pasaban las horas, y ambos hermanos estaban hambrientos y sedientos, pero el pequeño necesitaba de su atención. Kao ayudaba lo que le dejaba hacer Ohm, ya que este no se quiso separar de su Omega.
Ambos hombres se recostaron a un lado del pequeño cuerpo al confirmar que la temperatura había bajado. Era cierto que esa rosa era milagrosa, sus intentos no habían sido en vano, pero la rosa había ayudado más que nada.
Ohm se acurruco al cuerpo de su esposo, acomodando su nariz y boca en el cuello del pequeño. Suspiro y por fin el sueño lo venció. Kao tomo posición fetal y también se dejó llevar por Morfeo.
Ese sonido no lo dejaba estar, y tantas voces.
Ohm se levantó aún más dormido que despierto. Sus ojos se acostumbraron a la oscuridad reinante, y enfoco su vista en el océano. Un barco, eso era lo que lo despertó, las voces múltiples. Se levantó y se dirigió hacia la orilla del mar, al notar quienes eran, se dirigió hacia su hermano.
-Kao despierta, Kao – le exigió moviéndolo de sus hombros.
-¿Qué? – pregunto desubicado.
-Llegaron – le dijo feliz el futuro Rey.
Eso hizo que se levantara como resorte de la arena. Ambos se dirigieron a la orilla, con una sonrisa en sus labios.
-Kao – grito un pequeño rubio salpicando el agua por sus rápidos movimientos, y abrazando ese cuerpo que tanto había extrañado.
-Lo encontramos – le dejo acariciando su cabello sin dejar de sonreír.
-Traigan la camilla – grito Ohm al ver la pequeña balsa tocar tierra.
Subieron el pequeño cuerpo a la balsa dirigiéndose al barco que los esperaba. Ya a bordo todos pudieron respirar con normalidad.
-El…. ¿el está bien? – pregunto Earth viendo el cuerpo inerte de su amigo.
-Está bien- contesto su esposo sonriente.
-Gracias a los cielos – dijo el rubio sonriendo también.
-Vamos a casa – dijo Kao abrazando de nuevo a su esposo, el cual tuvo que tomar el mando ya que el fututo Rey no se quiso despegar de su esposo.
Cuando estaba el sol saludando de nuevo, llegaron a la isla Dragón Rojo. Todo el pueblo estaba esperando su llegada, el asunto no había sido para nada un secreto. Pero a Omh eso no le importaba, lo único que le importaba es que su pollito estaba de vuelta con el. El barullo fue estruendoso, el pueblo se alegraba de tener de vuelta a sus regentes.
La reina fue a recibirlos con mucho alivio, no dudaba de la capacidad de sus hijos, mas no estaba segura de que su yerno estuviera con vida. Estaban demasiado lejos de cualquier comunidad, y era un milagro que Fluke estuviera con vida.
-Gracias a los cielos- exclamo viendo como Ohm ayudaba a cargar la camilla donde cargaban a Fluke.
-Madre- le saludo muy sonriente su hijo, el futuro Rey.
-Hijo me alegro tanto- le dijo con lágrimas en los ojos.