Esas dos se manas restantes, Boun le dio lecciones a su hermano pequeño de como poder manejar y controlar sus emociones y conexión que tendría con su Alfa. Era bastante confuso y difícil para alguien como él, que era muy emocional y cara de póker no tenia, pero si quería que su matrimonio funcionara tendría que hacer todo lo que su hermano mayor le decía.
Esa era su única salida, ser más fuerte emocionalmente y también físicamente, porque había investigado más sobre la tierra de su Alfa y todos eran enormes guerreros, y si no empezaba a entrenar se vería como un debilucho, y él no quería eso. Sabía que dos semanas no harían un cambio, pero por algo se tiene que comenzar.
Llego jadeando y sudando a por mayor al patio trasero del castillo. Eran las 6 de la mañana, había empezado a ejercitarse desde que su hermano había hablado con él en sus aposentos sobre su futuro enlace con el príncipe Ohm. Al parecer casi nadie se había dado cuenta de sus salidas en la madrugada, solamente las pocas personas que se levantaban junto con él a las cuatro de la mañana, que eran las personas de la cocina y obviamente los guardias nocturnos ya que ellos no terminaban su turno hasta las siete que entraban los guardias diurnos.
Entro por la puerta trasera hacia la concina real, saludando a las cocineras y tomando un grande tarro lleno de agua helada que le habían dejado sobre una mesa.
-Muchas gracias- dijo jadeando a las señoras que lo miraban sonriendo.
Salió del lugar y se dirijo a sus aposentos para iniciar su rutina de lagartijas, sentadillas, incluso levantamiento de pesas. Lo cual no se podría llamar así ya que no tenía pesas, había dispuesto de unas grandes lámparas de pie hechas de hierro forjado que había arrinconado en su dormitorio y solo los movía de lugar cuando lo requería para ejercitar sus brazos.
Siempre había sido demasiado sedentario, a excepción del arco, nadar y montar a caballo, no había hecho ningún tipo de esfuerzo físico. Y eso lo había hecho demasiado fofo. Y si era cierto lo que había leído en la biblioteca del reino, eso no era bueno, se lo comerían vivo, pensó tragando saliva Fluke.
Encontraría la manera de seguir ejercitándose en Akai Doragon, pensó mientras arrastraba las lámparas, aun eran algo pesadas para su complexión y sus delgados brazos, pero rendirse no era una opción.
Si tuviera otra alternativa en su futuro, aunque le dijeran que Ohm Thitiwat era su pareja destinada, en verdad la hubiera tomado, pero el destino estaba escrito y no podía cambiarlo, empezó a levantar las pesadas lámparas. Había leído demasiadas historias en las que algunas personas habían tratado de desafiar su destino y habían terminado muertos y eso si les iba bien. Y el apreciaba demasiado su persona y más a su familia, como para poder tener un destino siniestro como lo mostraban las historias de los libros.
Se sentía demasiado cansado tanto física como mentalmente, tenía horror de conocer a su Alfa, eso era bastante irónico, si se toma en cuenta lo estúpidamente romántico que era. Desde que supo que tendría una persona a su lado que lo amaría y protegería más que nada en el mundo, se había sumido en un mundo color rosa, de su caballero con brillante armadura, enamorando al hermoso y pequeño omega.
Soltó la pesada lámpara, y se dejó caer en el suelo de la habitación. Aún tenía que hacer abdominales y lagartijas. Sentía que los músculos de las piernas y brazos los tenía a fuego vivo, pero si no luchaba, temía que no solo sus brazos y brazos quemaran, si no el resto de su cuerpo y los más importante su omega, que era su alma.
Desde hacía días había notado a su omega bastante inquieto, se sentía bastante extraño, era la primera vez que daba señales de vida, sin contar su primer celo, probablemente porque se acercaba el conocer a su Alfa. Era como tener otro yo dentro de ti, le habían explicado su lado animal, pero realmente nunca había comprendido bien cómo funcionaba, hasta que su hermano Boun le había empezado e explicar la conexión y demás.
Ahora que su Omega se había empezado a mover dentro de él, comprendía lo que le habían enseñado, de que son seres diferentes, pero a la vez son el mismo. Y no sabía explicar la sensación, ya que tenías que vivirlo para entenderlo. Mientras el, el príncipe Fluke Natouch Manow tenía no solo nervios si no temor de conocer a su Alfa, su omega se sentía excitado, inquieto y feliz de poder estar cerca de Ohm Titiwat.
Era algo fastidioso la verdad, porque obviamente diferían en sus sentimientos. Pero si no hubiera logrado sentir la emoción de su Omega por su Alfa, la verdad se hubiera echado para atrás con el matrimonio sin importar lo que le sucediera.
Apenas podía comer y mucho menos dormir, y sabía que eso era fundamental para lograr lo que había empezado. Hacer ejercicio sin alimentarte bien y sin dormir lo suficiente no era recomendable, pero realmente no podía evitarlo.
Principalmente sus nervios, ansiedad y temor por lo desconocido que le deparaba, y en segundo, su bendito Omega, dando vueltas y agitándose de emoción por el Alfa de Thitiwat.
Termino, y se dirigió hacia la bañera, necesitaba que sus músculos se destensaran, faltaba poco para que sus padres, su hermano y su cuñado despertaran.
Se recostó en la tina y suspiro de alivio. No sabía si su objetivo de ser alguien de fiar en todos los sentidos, valiente, y audaz, fuera a funcionar para cumplir su papel como Rey de Akai Doragon, pero al menos no podría recriminarse el no haberlo intentado.
Su hermano le había aconsejado que no se debía de dejar llevar por las emociones, que como Rey que sería, debía de mantener la cabeza fría en muchos aspectos, pero a la vez tener la capacidad de la bondad y fuerza para proteger a su pueblo.
Fluke siempre creyó, o más bien tenía la ilusión de que su Alfa seria de menor rango que él, o igualitarios, y se quedarían en el reino Mahounomizu, como mínimo. Pero resultaba que era alguien que ocuparía el papel de Rey en un lugar que quedaba demasiado lejos de su familia y además era su antítesis.
El era Agua mientras su Alfa era Fuego, ¿Cómo podría haber sido eso posible? – se preguntaba el príncipe hundiéndose más en la bañera. Fuego…..
Vino a su mente unos sueños que había tenido los últimos días, para ser más específicos, desde que su Omega había empezado a agitarse. Dos cuerpos sudorosos y jadeantes, acariciándose mutuamente, besos húmedos con sus lenguas encontrándose en una pelea de poder.
El príncipe resoplo haciendo burbujas en el agua enjabonada. Podía escuchar claramente el choque de los cuerpos húmedos mientras se unen en la danza más antigua, empezando lentamente, conteniendo la respiración, y poco a poco acelerando el ritmo y su respiración. Apretando la piel del otro, enterrando las uñas en su pareja, mientras piden más.
El pequeño Príncipe se levantó de golpe para salir del agua. Relajado mi pie, pensó enfurruñado, viendo un poco animado a su “amigo”, nada mas eso faltaba, por dios no era un adolescente. Maldito Omega que tenía. Él tenía la culpa de su estado.
Se secó frenéticamente su cuerpo, trataría de dormir, aunque fuera un poco. Se acostó debajo de las mantas como dios lo trajo al mundo. Y por primera vez en esos días, quedo profundamente dormido.
El desayuno estaba servido, se encontraban alrededor de la mesa, los Reyes, su hijo mayor y su futuro esposo Prem.
-Qué extraño que Fluke todavía no baje- dijo la reina.
-Más que extraño es un buen milagro – Contesto Boun – Eso de que se esté levantado a las cuatro de la mañana para ejercitarse, después baje dispuesto a hacer todas sus responsabilidades, tomar las pláticas conmigo y Prem, practicar agua control, seguir sus estudios, entre otras cosas, lo va a terminar enfermando. Esta demasiado nervioso por todo.
-Fue buena idea hacer como que no sabemos sobre todo su esfuerzo, creo que, si nos hubiera sentido encima de él, no podría haber hecho todo lo que tiene planeado en esa cabecita- dijo el Rey.
-Es la primera vez que me alegro que se acerque el día en que el príncipe Thitiwat llegue a nuestro reino. – dijo suspirando la madre de Fluke.
-Tienes razón Samantha- le contesto su esposo- si nuestro hijo sigue de esta manera, terminara enfermo postrado en cama, y no solo por el esfuerzo físico que está haciendo. - termino con una mirada triste.
-Padre, madre – llamo Prem por primera vez involucrándose en su conversación- sé que todos estamos preocupados por el príncipe Fluke, y se podrá decir que también sentimos el miedo que el siente- los miro un poco avergonzado por su atrevimiento. Pero en el poco tiempo que tenía en la isla, lo habían hecho sentir tan en casa que no podía evitarlo, ya les quería a todos- pero también sabemos que, a pesar de su apariencia frágil, él es un hombre muy fuerte y determinado, cuando se propone algo, lo logra y si no lo hace al primer intento, eso no lo detiene, sino que lo incentiva más a poder lograr lo que quiere. Sumen su fuerza emocional y el destino escrito para él, yo creo que todo saldrá bien. El destino no se equivoca, él es su hijo, que puedo decirles yo de eso. – les sonrió con ternura y comprensión.
Los presentes lo vieron con una mirada de comprensión, alivio y agradecimiento.
-Tienes razón Prem- le sonrió la Reina- sé que no es situación fácil, todos lo sabemos- los miro – pero Fluke es un gran chico, muy tenas, que, a pesar de todo, él sabe defenderse y salir adelante. No tenemos por qué tener miedo. – sonrió sintiéndose más confiada, disipando algo del negativismo que se había instalado en su corazón de madre, al enterarse del Alfa de su pequeño.
Los demás le devolvieron la sonrisa y siguieron desayunando.Fluke abrió los ojos lentamente, y estiro su cuerpo perezosamente.
Se levantó de su cama, al ver que estaba desnudo, se puso un camisón y se dirigió al baño para lavarse el rostro, estaba demasiado adormilado.
No sabía qué hora era, lo único que sabía era que hacía más de una semana que no dormía tan bien, hasta su Omega estuvo tranquilo toda la noche. - sonrió feliz.
Se terminó de cambiar tomándose todo su tiempo, por alguna razón se sentía muy en paz, y extrañamente tenía mucho apetito. Bajo hacia el comedor, pero estaba vacío, y la mesa limpia. Fue hacia la cocina, siguiendo un delicioso aroma, su estómago hizo protesta, esto lo hizo sonreír.
Encontró una tarta de chocolate recién hecha encima de una de las mesas, sin dudarlo fue a servirse un generoso vaso de leche, suspiro, su platillo favorito, pastel y leche fresca.
Estaba feliz y contento sentado en la cocina del reino, comiendo ese sabroso y esponjoso pastel, y tomando su deliciosa leche cuando entro alguien estrepitosamente.
-Diablos Fluke – exclamo entre molesto y aliviado Boun.
Este lo miro con la boca llena de comida.
-Necesitas ir de inmediato a tus aposentos y ponerte decente. – le dijo apresurado.
El más pequeño trago disfrutando la mezcla de sabores.
-¿Y eso como por qué? – pregunto limpiándose la boca con una servilleta de tela.
- Él está aquí- exclamo.
-¿Él? – pregunto confuso.
Boun se pasó las manos por el cabello
-Tu Alfa- dijo
El más pequeño se quedó petrificado con el vaso de leche a punto de tocar sus labios.
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FIRE AND WATER (COMPLETA)
FanfictionLa vida a veces juega con nuestras vidas, ¿Qué pasara cuando el Príncipe Fluke que maneja el aguay el futuro Rey Ohm del fuego se crucen? Es un matrimonio arreglado, algo que todos conocen como destino, Alfa y Omega, un amor que rompe fronteras, per...