CAPITULO 27 MUNDO ACUATICO

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Fue una despedida emotiva por parte de la familia Natouch Manow, abrazos e incluso lágrimas, palabras de consuelo y fortaleza.
El barco zarpo con rumbo a la isla Dragón Rojo, con un excelente clima y el viento a su favor. Earth se ofreció para darle el recorrido a el príncipe Natouch, mientras la reina iba a su camarote y su esposo y cuñado se ponían manos a la obra en dirigir la embarcación.
Fluke trataba de entender todo lo que el rubio le decía, pero no podía dejar de pensar en los rostros de su familia cuando se despidieron de el.
-¿Fluke? – cuestiono el mayor.
-Si – volteo a ver al rubio.
-Entiendo cómo te sientes- le sonrió y le puso una mano en el hombro. – Sé que no es nada fácil alejarte de tus seres queridos, y menos a un lugar tan lejano y desconocido.
-¿Eres de la aldea aire verdad?
-Así es – dijo con orgullo y se recargo en el barandal mirando hacia el mar turquesa.
-Nunca he estado ahí – le dijo imitándolo para tener frente a el ese hermoso océano que tanto amaba.
-No te pierdes de mucho – volteo a verlo – no me mal entiendas, amo mi origen y no lo cambiaría por nada, pero no tiene nada pintoresco, nada que ver con tu isla y la isla Dragón Rojo.
El pequeño príncipe sonrió comprensivo.
-Aun así, me gustaría un día conocerlo.
-Aunque pensándolo bien si tenemos algo turístico.
-¿Y qué es?
-Para mí es lo más normal que la isla este en el aire.
-¿En el aire? – pregunto el pequeño con los ojos bien abiertos.
-Así es, se le llama isla, solo porque el es un pequeño pedazo de tierra encima de otras islas terrestres, mientras nosotros estamos sobre en mar.
-Eso es grandioso – exclamo Fluke.
-Pues la verdad es que si – sonrió viendo las expresiones del pequeño príncipe- Utilizamos planeadores para recorrer nuestros terrenos.
-Planeadores – exclamo emocionado.
-¿Nunca has volado Fluke?
-Jamás – respondió todavía imaginando todo lo que le decía el mayor. - Wow, me encantaría planear algún día.- dijo ilusionado.
-Lo harás Fluke, en poco tiempo Kao y yo haremos un viaje a mi isla, podemos pedirle a Ohm que nos acompañen – le sonrió abiertamente.
-¿De verdad? – Pregunto lleno de ilusión.
-Si claro- dudo- bueno, siempre y cuando Ohm este de acuerdo.
-Espero que acepte – sonrió imaginando lo que jamás había visto en su vida.
-Tengo una pregunta.
Fluke volteó a mirarlo.
-¿Cómo es que el mar tiene este color?, es tan hermoso, cuando llegamos me quede impresionado por su belleza.- expreso son ojos brillantes.
El pequeño príncipe sonrió orgulloso.
-La verdad es un conjunto de varias cosas, principalmente la magia, obviamente, también la vegetación marina, sus peces ayudan, pero una de las razones que poca gente sabe, no te la puedo decir.
-¿Por qué? – pregunto desilusionado y mas curioso.
-Tendría que matarte – dijo serio encogiéndose de hombros.
-¿Que? – casi grito el rubio.
Fluke no lo pudo evitar y soltó una carcajada.
-Lo siento – dijo a duras penas tratando de calmarse – hubieras visto tu cara – siguió riendo.
-No me asustes Fluke – golpeo el rubio el suelo de madera con sus pies, haciendo un puchero.
El pequeño siguió riendo un rato.
-Que falta me hacía – logro decir tocándose el vientre de lo que le dolía por la risa.
-Y bien, ¿me lo vas a decir?
-Es cierto que pocas personas lo saben, ya que te voy a hablar de algo que fue hace muchos siglos.
-Espera, espera – le dijo el mayor tomándolo de las manos – esto necesita panecillos y té.
-Prefiero leche fría, por favor – le sonrió.
-Está bien, té para mí y leche para ti – lo jalo e hizo que subieran unos escalones.
A donde lo dirigió se encontraba una pequeña mesa de unos cuarenta centímetros de alto y a su alrededor había pequeños asientos acolchados. Se sentaron uno frente a otro y de inmediato les llevaron panecillos y sus bebidas requeridas.
-Bueno esta historia a pesar de que es el origen de nuestra isla, es poco conocida por las demás tierras.
-¿Y eso por qué? – pregunto extrañado Earth.
-Cuando me termines de escuchar entenderás el motivo. – tomo un panecillo y dio senda mordida, más un trago de leche.
Earth también dio cuenta de un panecillo y te de limón, su preferido.
-Hace mucho tiempo, tanto que no se sabe en qué año paso – empezó Fluke a contar- mi gente no vivía sobre la tierra, sino que éramos criaturas cien por ciento marinos, teníamos nuestro reino en el fondo del mar.- siguió en tono soñador-  Sirenas y Tritones en armonía, sin necesidad de ir a la superficie. El palacio era enorme, incluso mucho más grande de lo que es la isla Agua Mágica, ya que antes era muy usual que las familias fueran numerosas, y la familia real no se quedaba atrás. Por muchos siglos la paz reino en el reino marítimo, y todo era felicidad,  hasta que en una de las generaciones nació la Princesa Serenity, se sabía que en algún momento de la historia nacería una sirena que se enamoraría de un terrestre, y con ello llevaría a la perdición al mundo acuático.
Earth escuchaba con ojos bien abiertos y sin parpadear, había dejado de lado los aperitivos.
-Serenity estaba destinada a reinar, a pesar de no ser la mayor de sus hermanos, pero sus destrezas e inteligencia la habían capacitado para el puesto. Sus padres el Rey Artemis y la Reina Luna, estaban muy orgullosos de ella, tanto que la pusieron a cargo de un pequeño escuadrón, el cual estaba encargado de vigilar los límites de su reino. Por varios meses todo fue a pedir de boca, hasta que una noche de vigilancia, algo distrajo a la Princesa. –Hizo pausa para poder comer más pastelillo con leche.
El rubio lo veía con ansiedad, quería saber que había pasado.
-Los soldados junto con la Princesa habían estado persiguiendo a gigantes gaviotas carnívoras que habían estado atacando los peces del reino.
-Un momento – interrumpió Earth- ¿Como las gaviotas pudieron llegar hasta el reino?, si ellas no pueden zambullirse a tanta profundidad.
-Por qué no eran unas gaviotas comunes, nadie lo sabe hasta la fecha, pero ese tipo de gaviotas evolucionaron de alguna manera y se hicieron mitad aéreas y mitad acuáticas, sin contar su enorme tamaño, así que podían nadar a grandes profundidades, hasta llegar al reino.
-¿Todavía existen? – pregunto temeroso el rubio mirando a su alrededor, como si esperara que del mar saliera una enorme gaviota a comerlos.
-En el último siglo ya no se volvieron a ver, al parecer se extinguieron, pero tampoco se sabe la razón.
-Gracias a los cielos – susurro Earth aliviado.
Fluke sonrió al ver el alivio del mayor y se rio internamente.
-La Princesa Serenity junto con unos de los soldados estuvieron peleando arduamente, y en algún momento de la batalla, quedaron muy cerca de la superficie. Los rayos del sol se filtraban en el agua, y la princesa quedo hipnotizada, nunca había estado tan cerca de la superficie, así que sin darse cuenta su cola se movió haciendo que su cuerpo fuera hacia arriba. Cuando su cara quedo en la superficie, sus ojos parpadearon ya que no estaba acostumbrada a esa luminosidad- dramatizo el castaño- cuando su vista se adecuo vio la criatura más hermosa que sus ojos hubieran visto nunca. Estaba una Elfa en una pequeña embarcación, esperando recolectar algunos peces para llevar a su familia.
-¿Una Elfa? – pregunto sorprendido.
-Lo sé, es extraño nombrar una criatura tan antigua, pero recuerda que te estoy hablando de que eso paso hace varios siglos.
El rubio asintió emocionado.
-Serenity se fue acercando poco a poco hacia ella, era como si algo la atrajera. Cuando estaba a un metro de distancia de la barca, la Elfa volteo su rostro y sus miradas quedaron conectadas.
-¿Cómo se llamaba esa Elfa? – volvió a interrumpir el rubio emocionado.
-Derien, su nombre era Derien – dijo el pequeño con una sonrisa soñadora – y en cuanto se miraron se enamoraron.
-¿Así nada más?- arrugo la frente.
-Así nada más, recuerda que el destino es poderoso, todo pasa por algo, aunque ese algo no sea nada bueno.
-Me estás diciendo que gracias a que Serenity y Derien se conocieron ¿fue que tuvo realización la desaparición del reino acuático? – pregunto desconcertado.
-Así es- suspiro- el destino tenía escrito que Serenity conociera a Derien, que se enamoraran, y con eso fuera el fin del mundo acuático.
-Entonces Derien era una elfa malvada. –afirmo Earth
-No, ella era pura y realmente amaba a Serenity.
-¿Entonces? – pregunto ansioso.
-Su amor era el más puro y maravilloso, por algún tiempo todo fue bien, incluso Serenity hizo ver a su familia que Derien era la indicada, hasta que se prometieron. Lo que nadie sabía, solo la Elfa- dijo ajando la voz dando mas emoción a la historia-  era que uno de sus hermanos era muy avaricioso, y trato de convencerla para que le presentara a su familia política, disfrazando sus intenciones. Pero Derien sabia como era su hermano mayor, así que nunca lo hizo. Cuando estaban a unos días de la boda, las familias se conocerían, y la Elfa hizo prometer a su hermano que no haría nada malo, el cual gustoso le dijo que no se preocupara. Su hermana ingenuamente tranquila por la promesa, acepto la reunión de ambas familias. Todo salió muy bien, demasiado bien pensaba Derien, pero estaba tan feliz, que nada más le importaba. Todos los preparativos pasaron sin ninguna contrariedad, el día de la boda fue perfecto.
Earth estaba embobado escuchando la historia, mientras dos alfas los miraban con una sonrisa en su rostro.
-El tiempo paso y la princesa quedo en cinta, el reino estaba de fiesta, ya que tendrían un nuevo miembro. Para esto el hermano de la Elfa se había ganado la confianza de todos en el mundo acuático, y lo habían hecho General del mar sureste. El día del alumbramiento llego, y Andru, que ese era el nombre del hermano de Derian, -aclaro Fluke-  todo el reino estaba vuelto loco por la felicidad, y no solo los marítimos estaban expectantes de que tendría la princesa sino también la aldea de los elfos, en especial el General Andru. Había logrado sobornar unos poco Tritones y algunos Elfos que había logrado llevarse al mundo acuático con el, prometiéndoles riquezas en ambos mundos.
-Maldito bastardo – dijo con coraje el rubio.
-Mientras la mayoría estaban atento al parto de Serenity, Andru y sus secuaces se dirigieron hacia las cuevas marítimas en las cuales se encontraba los tesoros del reino, en especial la piedra turquesa que era mágica y concedía lo que más quisieras, y no solo un deseo, sino todo lo que desearas, así fueran cincuenta deseos hasta hacerte feliz, ya que la finalidad de esa piedra era eso, hacer feliz a su dueño, sin importan que tanto quisiera. Andru quería ser el dueño de esa piedra, así que teniéndola en su poder, dejo fluir todos sus deseos, pero eran tantos y tan obscuros que todo se salió de control, la energía de la piedra se descontrolo a tal grado, que mato a  muchos y destruyo todo a su alrededor.
Ya no solo Earth estaba ensimismado en la historia sino también Kao y Ohm, no podían dejar de escuchar.
-Al ver que todo se salía de su control, Andru trato de huir, pero no lo logro y murió. Mientras el desastre continuaba, el poder de los deseos anhelados por la última persona que la tuvo en sus manos, no podía ser parado. La mayoría de las sirenas y Tritones fueron aniquilados, incluyendo a la Princesa Serenity. Derien logró huir junto a su recién nacido bebe, y otros pocos acuáticos. Llegaron a duras penas a tierra firme, gracias a los demás Elfos y acuáticos lograron sobrevivir, ya que el poder de la piedra no solo había afectado al mundo acuático, también al mundo terrestre más cercano, que fue la aldea de los Elfos. Poco a poco la raza de los acuáticos se tuvo que ir adecuando a la vida terrestre y con eso se podría decir que también su cuerpo fue cambiando, hasta que perdieron su cola al pasar los años. Hoy en día es raro que nazca una Sirena o Tritón de nuestra gente. –termino de contar.
Los cuatro guardaron silencio un rato, imaginando toda la masacre.
-Entonces la piedra turquesa es una de las cosas que da este color al océano – rompo el silencio el rubio.
-Así es, como tiene mucho poder, pocas personas saben de su existencia, ya que si cae en manos erróneas podría ser una catástrofe. – dijo el pequeño príncipe

FIRE AND WATER (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora