CAPITULO 14 BAILE

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Una corriente eléctrica acompaño al pequeño Fluke mientras era dirigido por su Alfa a la pista improvisada del salón Azul. Quedaron frente a frente, Ohm paso su mano derecha por la cintura del pequeño y lo acerco más, lo cual hizo sonrojar a su Omega, tomo la mano derecha del Príncipe, el cual tuvo no quería levantar la mirada, ya que sabía que estaba como tomate. El mayor empezó a seguir el ritmo de la música dirigiendo a su pareja.
El resto de los presentes sonreían con la imagen tan encantadora, un Alfa fuerte y serio, dirigiendo los pasos de su Omega pequeño y tímido, el cual tenía sus pequeñas orejas coloradas. Era la primera vez que los veían tan cerca,
Fluke trataba de seguir los pasos, no es que no supiera bailar, solo estaba demasiado nervioso. Una mano abrazaba su espalda baja y la otra tomaba fuerte pero delicadamente  su mano, su otra pequeña mano izquierda hecha puño recargada en el pecho se Titiwat, le hacían sentir que esos contactos ardían. Era la primera vez que sentía eso, no era que el ardor le estuviera lastimando, solo que hacía que su Omega estuviera revoloteando como mariposa, y no lo dejaba concentrarse.
Sentía como la respiración de Ohm le acariciaba el cabello, por los cielos, eso se sentía muy íntimo, pensó mortificado. Sabía que los demás, aunque parecían despreocupados, cada uno con su tema, en realidad estaban atentos a sus movimientos, sumando a su hermano, era el único que no disimulaba su mirada calculadora hacia el mayor.
El pequeño príncipe quería gritar, literalmente, eso estaba siendo bastante incomodo, tuvo el valor de levantar su mirada para ver que expresión tenía su Alfa, y se arrepintió de inmediato bajando de nuevo su rostro. Ohm lo estaba mirando fijamente, parecía que ni si quiera había parpadeado, trago con dificultad, y rogaba que la pieza musical terminara pronto.
Cuando esta hubo acabado, el pequeño se quiso separar, para por fin ir a sentarse, pero el mayor lo apretó más hacia el.
-Sigamos- le ordeno Ohm quedamente y lo acerco todavía más haciendo que sus cuerpos se rozaran.
Esto hizo que el pequeño príncipe saltara un poco en su lugar, y levanto sus hermosos y grandes ojos hacia su pareja el cual seguía mirándolo intensamente. La música empezó de nuevo y Fluke no tuvo más que seguir los pasos del mayor.
A cada paso que se daba, sus muslos se rozaban.
-¿Cómo fue tu día?
El pequeño lo miro, esos ojos lo traladaban.
-Bi…bien, gracias por preguntar. 
Se quedaron en silencios unos segundos.
-¿No preguntaras como fue mi día?
Fluke volvió a levantar la mirada, su Alfa estaba sonriéndole. Era una hermosa sonrisa, pensó este, esos blancos dientes, los labios bien formados y carnosos, y por los cielos esos sexys hoyuelos que se le formaban.
-¿Entonces? – insistió el pelinegro.
-Perdón, ¿Que decía? – articulo la pegunta difícilmente el pequeño.
-No preguntaras como fue mi día – sonrió más, adivinando los pensamientos de su Omega.
-Sí, si claro- trago nervioso- ¿Cómo fue su día?
-Fue bastante fructífero e informativo- contesto sin dejar de sonreír.
-¿Y eso por qué? – pregunto curioso con esos enormes y almendrados ojos.
-Digamos que, hice un descubrimiento el cual no buscaba, así que fue un buen día.- respondió el mayor tratando de controlar a su animal interno. Esos ojos lo hacían olvidar todo.
Fluke quería preguntar que descubrimiento era, pero sabía que dado la situación no ameritaba ese tipo de cercanía, se quedó callado, y siguió el ritmo que marcaba Ohm.
-Así que tu amigo Mild, es alquimista – dijo el más alto subiendo suavemente la mano contra la espalda del pequeño.
-Así es- respondió en un susurro, sintiendo como su cuerpo temblaba ligeramente.
-¿Cómo es que lograron hacerse amigos? – cuestiono curioso, ya que sabía que la isla de los alquimistas estaba bastante retirada de ahí, incluso más que su propia isla.
-De alguna manera llego a nuestro reino – empezó el más pequeño- fue encontrado en una pequeña lancha, y gracias a los cielos, lo encontró uno de los jardineros del reino, creció como su hijo- sonrió.
-¿Por qué dices que gracias a los cielos? – frunció las cejas sintiendo esos celos ridículos.
-Porque – siguió sonriendo – si no lo hubiera encontrado el señor Toposclu, yo no hubiera podido conocerlo-  ensancho más su sonrisa.
Ese acto incremento la incomodidad del mayor, y apretó los dientes tratando de controlarse, y controlar a su Alfa que se encontraba peor que él.
-Parece que él es muy importante para ti – dijo este tratando de que su tono hostil no se notara.
-Si que lo es- contesto ignorante de los sentimientos del más grande.
El silencio se apodero de la situación, mientras seguían bailando.
-¿Sabes que él fue el que me obligo a manejar el agua control? – lo miro a los ojos dando por sentado que Ohm sabía todo de su gente.
-¿Cómo que te obligo? – pregunto sintiendo como su furia incrementaba.
-Se que suena muy exagerado decir que me obligo- continuo- pero yo era tan quejicas, llorón y mimado- soltó una risa – si no fuera por el no fuera lo que soy ahora.
Ohm se quedó serio, no sabía cómo interpretar esas palabras, sus celos no cedían, al contrario, incrementaban, y no sabía cómo reaccionar, nunca había estado celoso de nadie.
-Recuerdo un día que había terminado mi clase de agua control, y no me había ido muy bien- lo miro avergonzado- y típico de mí- se encogió de hombros- estaba haciendo mi berrinche, porque las cosas no salían como yo quería. ¿Sabes que me dijo?  – le pregunto al alto.
Ohm solo atino a mover su cabeza negativamente, ya que las palabras no salían.
-Que tenía que darme cuenta de mi posición como príncipe de Agua Mágica, Fluke Naotuch Manow, que si las cosas no salían como yo quería, tenía que esforzarme más, que yo no era un niño mimado, que mi futuro y el orgullo de la familia Natouch estaba en mis hombros. Que, si quería que mi pareja destinada estuviera orgulloso de mi, y de tener en su vida una persona capaz, empática, noble e inteligente, tenía que cambiar mi manera de pensar, sentir y ver las cosas. - termino diciendo sonrojado y con la respiración acelerada - Él es el mejor amigo que el destino podría haberme dado.
-¿Que paso después? - pregunto sintiéndose tonto por primera vez en su vida. Sus celos eran injustificados,
-Me esforcé por tomar en cuenta las palabras de Mild. Él fue la primer y única persona que se acercó a mí, aun viendo el desastre de niño que era. El resto me soportaba solo por ser quien era, el pequeño príncipe – dijo con tristeza. – No me malinterpretes, mi familia también me entiende, pero es diferente con un amigo.
El corazón de Ohm se estrujo viendo esa sonrisa triste, y sin pensarlo lo abrazo con fuerza.
-No tienes por qué sentirte triste- le acaricio la cabeza.
Fluke se quedó quieto al sentir el cuerpo del otro muy pegado a él, demasiado pegado, podia sentirlo de los pies a la cabeza.
-Me hace feliz que Mild te ayudara tanto y que este en tu vida- respondió acariciando el cabello de su Omega.- Fue muy difícil para ti, pero lo lograste, te convertiste en una maravillosa persona.
Fluke con manos temblorosas se atrevió a abrazar por la cintura al más alto.
-A veces creo que soy demasiado débil- tomo en sus pequeños puños la camisa de su acompañante.
-No eres débil Fluke- le dijo disfrurando de su agarre – simplemente tratas a las personas como te gustaría que te trataran- lo tranquilizo ya que lo sentía tenso entre sus brazos. – Y te vuelvo a repetir que estoy muy feliz y agradecido por la persona que eres ahora.
El pequeño se empezó a relajar en esos fuertes brazos, y soltó un suspiro.
-¿Te imaginas haciendo una rabieta cuando me conociste? – se rio Ohm, lo cual hizo que Fluke se separa un poco y lo mirara directo a los ojos- no se quien andaría más por las paredes, si tu o yo.
El pequeño príncipe se imaginó a un Ohm furioso sacando fuego por la boca, y trepando las paredes del castillo. Eso le causó mucha gracia y no pudo evitar soltar la risa.
El mayor se sintió más feliz que nunca feliz, y no pudo evitarlo, así que bajo su cabeza hacia esa hermosa sonrisa y junto sus labios.
Eso al pequeño Príncipe lo sorprendió, pero esos labios cálidos lo incitaron, así que subió sus pequeños y delgados brazos hasta rodear el cuello de Ohm.
Mientras sus labios se acariciaban, el más grande empezó a acariciar su espalda, esto hizo que el beso se intensificara. Fluke abrió su boca dándole la bienvenida a la lengua de Ohm, ese contacto lo enardeció, y se apretó más al pelinegro.
Sus lenguas se acariciaron y recorrieron cada recoveco del ajeno, la succión de sus labios causaba un sonido muy erótico, sumado a los suspiros y jadeos.
Ohm había logrado meter sus manos dentro de la camisa del más pequeño, acariciando esa tibia piel. Mientras Fluke sentía esas manos fuertes y a la vez tan delicadas recorriendo su espina dorsal, sus paletas, su cintura, las manos de su Alfa pasaron al frente de su cuerpo, acariciando su plano vientre, subiendo poco a poco hasta llegar a esos rosados y pequeños pezones, fue cuando Fluke se dio cuenta de lo que estaba pasando.
Se separó del mayor con la respiración bastante acelerada, labios húmedos y rostro enrojecido, volteo a ver Ohm el cual, también respiraba aceleradamente y tenía la vista perdida. Trato de calmarse, así que con pasos vacilantes se dirigió a uno de los sillones y se dejó caer. Fue cuando se percató de que estaban solos.
¿Dónde se encontraban todos?, Fluke siguió mirando a su alrededor, creyendo que estaba soñando. Pero nadie estaba en el salón, excepto el y su Alfa que se encontraba aun de pie como perdido.
Por los cielos, ¿Que había hecho?, se preguntó el pequeño volteando a ver de nuevo a Ohm, el cual se pasaba las manos por su cabello, sus miradas se encontraron.
-Parece que nos han dejado- dijo nervioso el castaño, al ver que el mayor se dirigía hacia él.
-¿Apenas te diste cuenta? - pregunto con una sonrisa en sus labios y sentándose al lado de el.
Fluke volteo a verlo con mirada interrogante, se había perdido en las sensaciones que esos labios u manos le habían causado a su cuerpo.
-Se fueron poco después de que tú y yo empezáramos a bailar- dijo estirando sus largas piernas.
El pequeño príncipe empezó a analizar las palabras del mayor, y abrió sus ojos como platos al comprender la situación. Había permitido un acercamiento corporal más allá de la etiqueta. Volteo a ver a su Alfa, el cual se encontraba relajado con los ojos cerrados.
Se había dejado llevar por su Omega, reconoció con pánico, había dejado que tocara esos lugares que nadie había tocado nunca. Lo había besado como si no hubiera un mañana, dejando que recorriera su lengua sin tregua, y cada parte de su boca, sin que el pusiera resistencia.
Quería que la tierra se lo tragara. ¿Cómo es que no se había dado cuenta de que los demás habían abandonado la habitación?, no podía imaginar que pasaría si sus padres hubieran presenciado lo ocurrido hace unos momentos. 
-Vamos a descansar- sugirió el mayor que seguía sentado, sin abrir los ojos ya que su Alfa sentía la incomodidad e incertidumbre de su Omega. – Mañana será un día algo pesado. 
-Si- Respondió bajo el pequeño, aun sintiéndose fuera de este mundo. Siguió al más alto por los pasillos y escaleras del castillo, cuando menos pensó estaban frente a sus aposentos.
-Descansa- le dijo Omh.
-Espera- pidió Fluke tomándolo del brazo.
-¿Qué pasa? - pregunto su Alfa deteniéndose sorprendido.
-So…solo quería agradecer tus palabras. - dijo tímidamente.
Ohm sonrió, hasta que unas pequeñas manos lo jalaron hacia adelante sorprendiéndolo. Sintió unos suaves y carnosos labios estrellarse con los suyos.

FIRE AND WATER (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora