Cinco años pasaron desde el primer embarazo de Fluke, y ahí estaba de nuevo con su vientre abultado. Miro con una sonrisa a sus pequeños hijos corriendo por la playa.
-Martjha con cuidado cariño – le dijo a la niña que era seguida por su gemelo.
-No me quiere prestar la caracola papi – se quejó su hijo con un puchero, volteando a verlo.
-Martjha – llamo su padre, lo que hizo que la pequeña frenara en seco.
-Mande papá – contesto la menor llevando tras de su espalda la caracola. Sus dos coletas de color carmín se balancearon sobre sus hombros.
-Ven – la llamo Ohm conteniendo una sonrisa. Esa hija suya era un torbellino.
Los padres de los pequeños estaban sentados bajo una enorme sombra que daba la palapa. Habían decidido pasar la tarde en la playa, más que nada para que los gemelos pudieran corretear y jugar, y que terminaran cansados. En la noche salían para Agua Mágica, ya que los niños cumplirían cinco años y los festejarían aya.
Por el avanzado estado de embarazo del pequeño Rey, no podían usar el traslador, así que irían en barco, y lo último que querían era que sus hijos no dejaran descansar a su pollito.
-Dile que me preste la caracola – pidió el menor a su papi Fluke, tomando uno de sus brazos con ojos suplicantes color turquesa, al igual que su cabello.
-Pero yo la encontré – se defendió la menor mirando a sus padres con esos enormes ojos del mismo color que su gemelo.
-¿Qué te hemos dicho tu papi y yo? – le pregunto el Alfa a su hija con una ceja levantada.
-Que todo es de todos, y que debemos compartir – respondió la niña bajando su mirada.
-Así es cariño – le dijo su papi- vamos a hacer algo – les dijo sonriendo Fluke a los tres – busquemos caracolas para todos.
Y los pequeños gritos y saltitos no se dejaron esperar.
-Siiiiii – dijeron los menores felices.
Ohm ayudo a levantarse a su esposo, el cual lucia precioso con su enorme vientre, y sus mejillas arreboladas.
-Ponte esto amor – le dijo a su Omega tendiéndole un sombrero.
-Gracias cariño – le contesto el menor con una sonrisa tomándolo y poniéndoselo sobre su castaño cabello, bajando una de sus manos para acariciarse el vientre.
-¿Estás seguro ?- pregunto su esposo a verlo hacer esa acción con su futuro hijo o hija.
-Claro que si – se puso el sombrero – vamos – le tendió la mano a su Alfa para alcanzar a sus pequeños que ya se habían alejado en busca de más caracolas.
Y así se les fue la tarde, buscando no solo caracolas, si no también piedras de colores. Llegaron al castillo casi a la hora de la cena.
-Bienvenidos sus Majestades- reverencio una joven, al verlos caminar por el pasillo que llevaba a las escaleras.
-Imra, por favor lleva a los niños que tomen un baño.- indico Fluke a la niñera de sus hijos. – y por favor lleva la conchas y piedras a su lugar.
-Si Rey Fluke – le contesto – vamos niños, les tendió las manos a los pequeños, y se los llevo a sus aposentos, mientras estos se despedían de sus padres, con la manita libre, ya que en la otra llevaban unas pequeñas redes con su tesoro.
-¿No quieres que nos sirvan la cena en la recamara? – le pregunto el pelinegro a su esposo, que se estaba sobando la cintura.
-No amor, gracias – le sonrió agradecido el menor – cenemos con toda la familia.
Ohm asintió con la cabeza, y abrazándolo por la espalda se dirigieron a sus aposentos. Cuando Fluke se llegaba a sentir muy fatigado o indispuesto por el embarazo, decidían comer los cuatro en la recamara de los mayores. Eso les encantaba a los niños, ya que les permitían comer en la cama, y se sentían como si estuvieran en un picnic.
Cuando bajaron al comedor, ya estaba ahí su abuela, su tío Earth con su pequeño primo Intouch, de tan solo dos años. Ellos eran los mayores, así que les gustaba cuidar del pequeño rubio.
-Buenas noches- saludaron los recién llegados.
-Abuela – exclamaron los pequeños corriendo a darle un beso en la mejilla.
-¿Cómo se portaron? , mis diablillos – le dijo la mujer mayor a sus nietos, acariciando su cabecitas.
-Muy bien abuela– contesto Martjha muy sonriente.
Esta asintió creyéndole a medias. Su nieta era un torbellino, tan parecido a Ohm a esa edad, mientras Darien era más tranquilo, igual a su yerno.
-Tío Earth – exclamo Darien corriendo hacia él y su pequeño primo que estaba en una alta silla sentado, solo para bebés. - Intouch – le dijo al bebé tomando su pequeña mano.
Darien tenía un instinto maternal nato, y por ello le encantaba ayudar a sus tíos a cuidar a su primo.
-Buenas noches - saludo entrando al comedor el hermano de Ohm.
-Tiiiiio Kaaaaaooooo – grito la menor, yendo a su encuentro – ¿Capturaste muchos hombres malos? – le pregunto con ojos brillantes.
Los presentes rieron ante eso, siempre que Martjha veía a su tío Kao, le preguntaba lo mismo.
-Algunos – le contesto levantándola en sus brazos.
-Eres el mejor – le dijo abrazándolo – bueno el segundo, el primero es papá. – le dijo con la franqueza que caracteriza a los niños.
Esto sí que hizo reír con ganas a los demás. Todos se dispusieron a tomar asiento. Tomaron la cena en un agradable ambiente, y muy divertido con las ocurrencias de los pequeños.
Al terminar de comer, los tres pequeños ya estaban bostezando.
-Creo que es hora de tomar camino – indico la Reina viendo a sus nietos con ternura.
Ohm se dispuso a tomar en cada brazo a sus pequeños, y todos se dirigieron a la playa para abordar el barco. En el camino, los pequeños se quedaron dormidos, con el moviente de el carruaje que los llevaba al muelle.
Cuando por fin zarparon, el pequeño Rey suspiro sentándose en la cama del camarote que compartía con su esposo.
-¿Todo bien mi pollito? – pregunto el Alfa acercándose.
-Si amor- le respondió con una sonrisa – parece que me excedí un poco en la playa. –le confeso.
-Déjame ayudarte – le dijo Ohm hincándose frente a él y le desato los zapatos – hazte más para atrás – le indico, y este así lo hizo con una enorme sonrisa.
Su Alfa se dispuso a masajearle los pies hinchados, Fluke dejó caer su cabeza hacia atrás, disfrutando de las manos mágicas de su marido.
-Mmmmmmm, si – exclamo el Omega con placer – más fuerte amor- le pido sin abrir sus hermosos ojos.
-No me tientes – le dijo su Alfa con voz ronca.
El menor abrió un poco sus ojos, y sonrió pícaramente.
-Termina con esto tan delicioso – le contesto Fluke – y luego vemos si mereces algo más delicioso – lo provoco.
Ohm sonrió maliciosamente, masajeando con un poco de más presión los pies de su amado.
Después de caricias y murmullos de amor, se hicieron el amor con parsimonia, disfrutando de su intimidad. Los niños estaban durmiendo en otro camarote en compañía de su niñera, así que no tenían por qué preocuparse.
El viaje en barco paso en un parpadeo, gracias a las ocurrencias de los tres niños, que daban vida a los mayores.
Fueron recibidos con gran algarabía, abrazos y besos no se hicieron esperar. Los pequeños estaban felices de ver a sus abuelos, tíos y primos. Hacia dos meses que no los visitaban, a causa de que su hermanito o hermanita ya estaba muy grande en la pancita de su papi.
Se dedicaron a incursionar la isla, ir al centro, y cantar y bailar hasta bien entrada la noche. Los únicos que no les seguían el ritmo eran Ohm y Fluke, ya que este último no estaba en condiciones de agitarse mucho. Pero los padres de pequeño Omega, se habían ofrecido gustosos a seguirle el ritmo a los más pequeños.
La fiesta era un evento muy importante, y no tan solo porque los gemelos cumplirían cuatro años, si no porque se demostraría su naturaleza, Dragón o Tritón. Todos tenían grandes expectativas, sobre los herederos de Dragón Rojo, pero más que nada jubilo.
Desde que habían devuelto el pergamino a los terreros, todo se había tranquilizado, y había sido paz. Así que las únicas preocupaciones habían sido, cultivo, pesca, preservación de criaturas, acuerdos de paz y apoyo con las otras culturas. Al festejo asistirían los más altos dignatarios de cada Reino.
Se había escuchado por todas partes, el rumor de que desde hace varios siglos no habían nacido seres tan poderosos, así que todos estaban curiosos de ver que pasaría cuando los pequeños Thitiwat Natouch cumplieran cuatro años de vida.
Era cierto que algunos solo habían aceptado la invitación solo por su morbo, pero la mayoría, de verdad estaba curioso y feliz de lo que esa unión entre Isla Dragón Rojo e Isla Agua Mágica, habían creado.
Los menores eran ajenos a todo lo que se hablaba de ellos, simplemente se dedicaban a ser niños. Estos chapoteaban felices en el océano en compañía de sus tíos y abuelos, mientras sus padres los observaban felices, al resguardo de la sombra que brindaba la enorme palapa.
Darien estaba fascinado con sus primo Team, y Win, que se habían vuelto tan grandes en el tiempo que no los había visto. Mientras Martjha miraba fascinada como su abuelo hacia agua control.
-Abuelo – decía la pequeña con ojos agrandados- ¿yo puedo hacer eso? – pregunto con mirada esperanzada al mayor.
-Aun no lo sé – le contesto el Rey sin dejar de jugar con el agua.
-Pero yo quiero hacerlo – exigió la menor, haciendo reír al Rey.
-Tranquila mi corazón – le dijo este acariciando su mejilla – aun si no es tu destino hacer agua control, podrás hacer grandes cosas.
-¿Cómo qué? – pregunto curiosa la pequeña de coletas carmesí.
-Volar, o escupir fuego – le dijo – entre otras cosas.
-¿Podre volar como papá? – pregunto feliz, jalando la ropa de su abuelo haciendo que este perdiera la concentración y dejara caer el agua sobre ambos.
-Rayos- exclamo el Rey, sintiendo como el agua los empapaba.
-No debes de decir esa palabra abuelo – le dijo Martjha – mi papi y mi papá dicen que esas palabras no se pueden decir – lo instruyo con suficiencia, quitándose el agua de su rostro.
-Lo siento pequeña- se disculpó el mayor, sintiéndose orgulloso de su nieta.
-Entonces, ¿podre volar como papá? – pregunto de nuevo – o, ¿tener cola como papi y tú? – lo miro con ojos inquisitivos – o las dos – grito, chapoteando emocionada solo de imaginarlo.
-No se puede todo cariño – tomándola en brazos- pero estoy seguro que todo lo que puedas hacer, lo harás perfecto, porque tú eres fantástica.
-Yeiiiii – grito la pequeña empezando a correr hacia la playa con sus padres – el abuelo dice que soy perfecta y fantástica – les fue a informar a sus progenitores.
-Claro que si corazón – la recibió con los brazos abiertos Ohm.
Martjha se abrazó a su papa con fuerza.
-Papi – se dirigió a Fluke- ¿tú también puedes ver que soy perfecta y fantástica? - estiro su pequeño brazo hacia él.
-Claro que si – le contesto este con una sonrisa- tus hermanos y tu son lo más perfecto y fantástico del mundo. – tomo su cálida manita, la sonrisa que recibió no podría haberlo hecho mas feliz.
-¿Por qué a mí no me abrazan? – pregunto el pequeño Darien con ojos acuosos, que al ver a sus padres y hermana muy juntos, había sentido celos, y abandono a su primos.
-Ven acá- extendió el pequeño Rey su brazo libre para recibir a su pequeño.
-Darien- grito la pequeña a su gemelo - ¿Sabías que somos fantásticos y perfectos?- le pregunto abrazándolo sin soltar a su papá.
-Claro que si- le contesto este muy orgulloso rodeando en vientre de su papi- ya que nuestros padres son perfectos y fantásticos.
Ohm y Fluke voltearon a verse con una enorme sonrisa.
-Te dije que eran bastante listos – dijo el Alfa en la mente de su Omega.
-Nunca lo dude – le contesto también por telepatía a su esposo. – al fin de cuentas, son nuestros hijos.
El día tan esperado había llegado, y el castillo estaba de manteles largos. Había gente yendo y viniendo por todos lados, desde antes de que saliera el sol. Temprano los anfitriones salieron del castillo hacia el muelle. Los festejados por alguna razón se sentían nerviosos, pero no entendían ese sentimiento, solo era su fiesta, pero sus padres, abuelos, tíos y primos estaban con ellos, así que todo estaría bien.
Siguieron caminando tomaditos de las manos, y a cada lado de ellos estaban sus papás. Llegaron a su destino, no sabían porque estaban ahí, si la fiesta era en el castillo, pero ninguno se atrevió a preguntar nada. Los adultos estaban muy serios, tampoco entendían eso, ¿qué parte de fiesta no entendían?, se habían preguntad mirándose entre ellos.
Sus padres se pusieron frente a ellos a su altura.
-Mis corazones – empezó papi – necesitamos que ustedes solitos entren en el océano.
Los pequeños lo miraron en silencio.
-Solo deben ir hasta que el agua toque su cintura – le dijo papá.
-¿Nosotros solitos? – preguntaron al unísono los niños apretando más el agarre de sus manitas.
-Así es- contesto Fluke con el corazón en un puño, sintiendo los nervios de sus preciosos hijos.
-¿Por qué no pueden acompañarnos? – les pregunto con ojos bien abiertos su hija.
-No podemos corazón – contesto Ohm acariciando el cabello de los dos.
-¿Por qué? – pregunto esta vez el menor, con los ojos llorosos.
-Es algo que tienen que hacer solos mis bebés – le dijo el castaño con voz estrangulada. Le dolía verlos tan asustados.
-Papi y yo estaremos en la orilla cuidándolos – les trato de consolar Ohm con una sonrisa forzada.
-Es… está bien – contesto su hija, con un valor que no sentía – ¿verdad Darien? – volteo a ver a su hermano.
Este haciendo acopio de valor asintió son su pequeña cabecita apretando sus labios.
Los presentes retenían la respiración, incluso algunos sollozaban en silencio por la imagen que daban esa joven familia. Otros retenían sus lágrimas, mientras algunos miraban con envidia.
Los menores se giraron hacia el mar, y se sorprendieron al ver una anciana frente a ellos. Era una mujer muy blanca, de cabellos largos y grises, su vestido se movía al ritmo de las olas. Pero lo que más llamo su atención era esa mirada gris, esa mirada llena de paz, como si los viera, pero a la vez no. Se tomaron de nuevo de las manos, y fueron hasta la mujer.
Cuando llegaron hasta ella, les sonrió tan cálidamente, que sus corazones se calmaron. La mayor extendió sus arrugadas manos hacia ellos, invitándolos a unirse a ella, y así lo hicieron como si estuvieran hipnotizados.
-Bienvenidos Martjha y Darien- les dijo con voz tranquila- los soltare por un momento, pero todo estará bien, ¿Lo saben verdad?- los dos pequeños asistieron, esta les puso sus manos en sus cabecitas, y empezó a recitar palabras que los menores no entendieron. Al terminar de hablar en ese lenguaje extraño, les dio la espalda y los tomó de las manos.
Los pequeños voltearon a ver sus padres, y a verlos asentir, siguieron a la anciana, hasta que el océano alcanzaba su vientre. Esta dijo otras cosas extrañas que tampoco entendían, pero no podían dejar de mirarla. Y sin avisar soltó sus pequeñas manos, sin darles la espalda se fue alejando de los niños, aun con la sonrisa en sus arrugados labios.
Los padres y abuelos contuvieron la respiración al ver a sus pequeños solos y asustados en el océano.
De repente todo paso, los pequeños cuerpos fueron cubiertos por una luz que venía de su interior, una carmesí y otra turquesa, estos se elevaron lentamente en el aire, causando impresión a los presentes.
Ohm y Fluke se abrazaban con fuerza, sus bebés estaban creciendo muy rápido. El pequeño Rey empezó a llorar en silencio.
-Todo estar bien amor – le dijo su Alfa.
-Lo sé – le respondió sonriendo a pesar de que las lágrimas corrían por sus mejillas.
Un estallido de colores cubrió el cielo, haciendo que todos brincaran en su lugar. Las luces fueron extinguiéndose conforme pasaban los segundos. Al abrir sus ojos y mirar de nuevo al océano, se quedaron boca abiertos. Bajando del cielo, estaba una pequeña con alas en su espalda, y el pequeño descendía con una cola.
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FIRE AND WATER (COMPLETA)
FanfictionLa vida a veces juega con nuestras vidas, ¿Qué pasara cuando el Príncipe Fluke que maneja el aguay el futuro Rey Ohm del fuego se crucen? Es un matrimonio arreglado, algo que todos conocen como destino, Alfa y Omega, un amor que rompe fronteras, per...