Fluke se dirigió hacia la cocina. Cuando iba llegando escucho voces muy animadas, al parecer su esposo y su madre se llevaban bastante bien. Pero, ¿Qué hacían en la cocina?, su madre rara vez entraba ahí, y menos Ohm, no tenía idea de que tramaban esos dos. Decidió dejarlos hacer lo que sea que estuvieran haciendo. Tomo camino hacia los aposentos, se daría un baño.
Estaba feliz de estar con su familia, habían llegado el día anterior, y no le estaba rindiendo nada el tiempo, así que se apresuraría para poder estar más con sus padres, hermano y Prem. Para la hora del almuerzo se supo lo que hacían la Reina y su yerno en la cocina. Este le había pedido que le ayudara a hacerle los pasteles favoritos de su esposo. El pequeño príncipe no había podido evitar que sus ojos se aguaran, Ohm había hecho algo muy tierno por él, junto con su madre.
Más tarde se dirigieron a la playa privada para hacer una lunada. Incluso Prem se llevó su raro instrumento musical, era como un arpa, pero en miniatura. Cenaron, bailaron y cantaron alrededor de la fogata. La fiesta se alargó hasta la madrugada, y nadie quería ir a descansar, pero era necesario, querían ir de paseo al pueblo al día siguiente.
El día siguiente paso en un parpadeo, Fluke no quería que terminara, pero sabía que tenían que regresar a Dragón Rojo. Cuando terminaron de cenar en el comedor, conversaron un amenamente como si todos estuvieran en común acuerdo para atrasar la despedida.
Después se desearon buenas noches y se dirigieron a sus aposentos ya que mañana a primera hora se irían los recién casados.
-No puedo creer que ya mañana regresemos a casa – le dijo acongojado el pequeño a su esposo.
Ohm sintió que su corazón se inflaba de felicidad al escuchar a su pollito llamar casa a Dragón Rojo.
-No nos vamos para siempre amor – lo consoló acercándose a él y abrazándolo por la pequeña cintura.
-Lo se, pero las despedidas siempre son tristes. – recargo su espalda en el pecho enorme.
-Lo son – le sonrió con ternura viendo la trompita parada de su Omega en el espejo frente a ellos– pero no son eternas. Podemos venir tantas veces como desees. – le aseguro.
-¿De verdad? – le pregunto girándose con una sonrisa radiante, cuando su Alfa asintió también con una sonrisa, el pequeño salto feliz y rodeo con sus delgadas piernas la cadera de su esposo, y sin aviso, lo empezó a besar por todo el rostro, lo que causo que el mayor se riera feliz.
Esa noche se hicieron el amor con una pasión descontrolada, mientras Fluke cabalgaba a Ohm gimiendo de placer con cada estocada. No se cansaban de demostrarse cuanto se amaban, con caricias, besos, jadeos y palabras entrecortadas por la falta de oxígeno. Los ojos del pequeño se abrieron desmesuradamente por la sorpresa al sentir que su Alfa se anudaba a él, se le llenaron los ojos de lágrimas, se movió con mas ímpetu dejándose llevar por el placer a sentir como la semilla de su amor lo inundaba.
Cuando por fin la respiración del menor se tranquilizó, mientras su mejilla descansaba en los pectorales de Ohm, sintiéndose el hombre más afortunado, por fin hablo.
-Muchas gracias Ohm, te amo, gracias por entrar en mi vida- le dijo levantándose sin permitir que el miembro de su esposo abandonara su cavidad – gracias por haberme ido a buscar cuando trate de escapar – se le quebró la voz, no sabría qué sería de él, si hubiera logrado su propósito en aquella ocasión. –gracias por haberme encontrado en esa isla – siguió sin impedir que sus lágrimas rodaran por su bello rostro- gracias por cuidarme siempre, a pesar de que yo no entendía tu manera de hacer las cosas, gracias por querer proteger a mi familia y a nuestro pueblo de la guerra, pero, sobre todo- le dijo tragando saliva – gracias por amarme – acaricio el rostro atractivo de su esposo, que lo miraba con devoción.
Ohm no tenía palabras para expresar, o si las tenía, pero no sabía como decirlas, así que hizo lo que podía en ese momento, que fue volverle a hacer el amor al hombre que amaba con todo su ser.
Antes de que saliera el sol, la joven pareja ya estaba vestida y listos para bajar a despedirse de los residentes del castillo. No habían tenido necesidad de llevar equipaje, ya que la Reyna les había asegurado que en los aposentos de Fluke y ahora también de Ohm, estaba abastecida con suficientes cambios de ropa para ambos.
Hacía mucho que el desayuno no se daba tan temprano en el castillo, pero nadie objeto nada. Después de abrazos de despedida y palabras de aliento, Ohm y Fluke desaparecieron para aparecer en los aposentos del catillo en Dragón Rojo.
-En casa – dijo bajito el menor viendo la recamara que compartía con su esposo.
El Alfa noto la tristeza en su voz, le tomo la barbilla para que lo mirara a los ojos.
-¿Todo bien? – le pregunto con ternura.
-Si amor – le contesto con sonrisa triste- solo que, como dices, las despedidas son tristes- se encogió de hombros- pero no son para siempre, ¿verdad? – expandió mas la sonrisa tratando de tranquilizar a su Alfa que lo veía con preocupación.
-Tengo una sorpresa para ti – le dijo devolviendo la sonrisa y tomando sus pequeñas manos en las suyas.
-¿Una sorpresa? – pregunto curioso.
-Vamos – le dijo jalándolo de una mano fuera de la habitación.
Fluke se dejó llevar por su esposo, bajaron las escaleras y llegaron hasta la oficina de ambos.
-Mi sorpresa- lo miro curioso- ¿está en la oficina? – pregunto subiendo una de sus hermosas cejas mirando a su enorme esposo.
-Así es – contesto sin dejar de sonreír grandemente, abriendo la puerta.
El pequeño entro detrás de él, y de inmediato rastreo con su mirada toda la oficina, pero no vio nada fuera de lugar. Se giró para ver a su pareja, pero este ya no estaba cerca de la puerta principal, si no que se encontraba parado en la puerta de la pequeña oficina que ocupaba el, con la mano en el picaporte. Así que se dirigió hacia él, cuando estuvo frente al mayor, este le dio el pase y le indico que entrada, se introdujo en su pequeña oficina.
Todo se veía como siempre, su escritorio limpio, ya que no le gustaba dejar las cosas encima, los libreros tampoco tenían nada fuera de lo común, pero cuando dirigió su mirada hacia la esquina derecha la cual tenía un gran ventanal, se quedó pasmado.
El mayor estaba atento a las reacciones de su pollito. Vio como esos bellos y enormes ojos color avellana se hacían más grandes, y esa voluptuosa y sexy boca se abría conteniendo su respiración.
El pequeño abría y cerraba su boquita, volteando a verlo sin creer lo que sus ojos veían.
-Sorpresa – le dijo suavemente su esposo, feliz de ver que su regalo había dejado anonadado a su pequeño Omega.
El menor se acercó lentamente hacia el lugar que tanto llamaba su atención. En una mesa que antes no estaba en su oficina, se encontraba unos barrotes sosteniendo una percha, y sobre esta estaba posado un pequeño y tierno Fenix, que tenía su plumaje dorado y carmesí. Tenía su cabecita hacia abajo, estaba durmiendo.
Las piernas del pequeño llegaron hasta topar con la orilla de la mesa, no podía creer lo que sus ojos veían. Era tan pequeño y hermoso, estiro su brazo, pero lo encogió ya que no quería despertarlo. Sus labios empezaron a temblar, un sollozo bajo broto de ellos.
Mientras sus pequeños hombros temblaban, se sintió abrazado por detrás.
-Perdón por no haberlo traído antes – le dijo susurrando su Alfa en su oído- pero necesitaba que se regenerara de sus cenizas. – le beso tras la oreja. – así podría estar a tu lado desde su nacimiento.
Fluke se giró entre los brazos de su Alfa y enterró su rostro en el fuerte pecho.
-Te había prometido darte un Fénix – le dijo bajito acariciando su cintura- pero también es una pobre consolación de que todavía no podamos tener descendientes – lo apretó contra el, controlando las lágrimas que querían escapar de sus cuencas. Los sollozos de su pareja no cesaban, y esto le partía el alma.
-Gracias – dijo el pequeño con voz ahogada y amortiguada por la camisa de su esposo. – es precioso – se sorbió la nariz – más de lo que me imagine.
-Me alegro que te haya gustado tanto pollito. –acaricio su cabeza sin dejar de sonreir, satisfecho por haber hecho tan feliz a su pequeño esposo.
-Dejémosle dormir- dijo Fluke separándose un poco de Ohm, levanto su pequeño rostro con los ojos rojos, pero llenos de felicidad.
Ohm asintió con la cabeza sonriéndole. Cuando ya estaban saliendo el pequeño se detuvo.
-Espera – le dijo deteniéndolo y dándose la vuelta para entrar de nuevo en su oficina. Tomo unos ejemplares de uno de los libreros y regreso a lado de su esposo.
-Quiero volver a estudiar sus cuidados y costumbres- explico tímidamente mostrándoles unos libros sobre criaturas.
Ohm le quito los libros de sus manos, y poniéndolos bajo su brazo, le tomo la mano a su pequeño pollito para regresar a sus aposentos.
Ya estando en la recamara, Fluke sin perder tiempo se dirigió a la cama y se dispuso a leer la información sobre las aves Fénix. Alguien toco la puerta, este levanto la vista de sus libros, vio a su pareja dirigirse a abrir la puerta.
Kao se encontraba de otro lado y tenía una mirada preocupada.
-Bienvenidos – le dijo mirándolos e introduciéndose en los aposentos. El pequeño le sonrió agradecido, mientras el mayor miro con el ceño fruncido a su hermano.
-Lamento interrumpir así- empezó el mellizo- pero justo después de que se fueron nos llegó una misiva del Rey de los terreros. – soltó mirándolos.
El castaño dejo de lado sus libros y se levantó de la cama rápidamente, para acercarse a los mayores.
Kao saco de detrás de él un pergamino doblado y se lo entrego a Ohm. El futuro Rey lo tomo y lo desdoblo, empezando a leer de inmediato, y a un lado de él estaba el menor también viendo el pedazo de papel.
Terminaron la lectura, Ohm levanto su vista a su hermano con la mirada seria.
-¿Por qué no me avisaron de inmediato? – le dijo a Kao.
-Nos acaba de llegar.
El futuro Rey apretó los labios disconforme, y su Omega al ver esto le tomo el brazo. Era la primera vez que veía que Ohm miraba así a su hermano. Olía a discusión, y el pequeño no quería ver eso.
-Kao tiene razón – dijo el Omega, sin saber realmente que estaba haciendo – no es como si fuera una amenaza de ataque. - termino diciendo inseguro al ver la mirada que le dirigía su esposo.
-Decide la fecha, hora y lugar – le aconsejo Kao a su hermano, sabiendo que estaba muy molesto y a punto de estallar, inclino su cabeza en despedida y salió del lugar.
Ohm se quedó quieto, viendo por donde se había ido Kao. Formo puños con sus manos, y con ello arrugando totalmente el pergamino.
-O…Ohm – le llamo nervioso y temeroso el pequeño.
Este volteo a verlo al escuchar su nombre. Fluke se asustó, nunca había le había dirigido esa mirada, así que le soltó el brazo y retrocedió temeroso.
-A…amor – le dijo Fluke en un susurro abrazándose a si mismo, sin dejar de retorceder.
El mayor noto el miedo en su Omega, y aflojo lentamente sus puños, arrepentido de haber causado miedo a su pollito.
-Pollito – le dijo con contrición a su esposo.
El menor tomo lentamente una exhalación y la soltó de igual manera. Sabía que el enojo no era contra él, y que Ohm no le haría daño jamás, así que con paso lento se acercó al más grande.
-Creo saber que necesitas – le dijo algo inseguro, notando el arrepentimiento de su esposo, pero también notando que todavía seguia molesto.
Subió poco a poco sus pequeñas manos hacia los botones de su camisa, y empezó a desabotonarla. Al ver que su Alfa no lo detenía, siguió, hasta que su camisa cayo al suelo. Con manos temblorosas las dirigió hacia el broche del pantalón, y tubo el mismo destino que su camisa. Avalentonado tomo con presteza la orilla de su ropa interior.
-Espera – lo interrumpió su esposo tomando en su fuerte mano la más pequeña y pálida. - ¿Qué haces? – le pregunto con mirada interrogativa.
-Sabes que te gustara –le dijo el pequeño, sin saber cómo había tenido ese valor, regalándole una sonrisa, que esperaba fuera sexy, ya que sentía todo el cuerpo temblar de nervios siguió con su trabajo.
Inesperadamente, una sonrisa de medio lado broto los labios del mayor. Fuke sonrió aliviado por el resultado, y de un movimiento se sacó la única prenda que cubría su cuerpo. Tomo de la mano a su esposo y lo guio hacia la enorme cama. Hizo que el mayor se sentara en el colchón.
Se paró frente a él abriendo sus lechosas y delgadas piernas, y como si sus manos no le pertenecieran empezó a acariciar su cuerpo, bailando a un ritmo que solo su mente escuchaba, paso las palmas de sus manos desde su cabello hasta su vientre sin dejar de moverse.
La mirada de Ohm paso de una curiosa a una que se estaba llenando de pasión, con ver ese pequeño y blanco cuerpo desnudo frente de él, acariciándose con gusto. Su cuerpo se relajó y poso sus codos sobre la cama, queria disfrutar del sensual baile, sin dejar de sonreír satisfecho, su pequeño era bastante osado, y eso lo excitaba sobremanera.
El castaño se empezó a exitar, y no por las caricias que el mismo se estaba dando, sino por la mirada y sonrisa que le estaba regalando el pelinegro. Bajo sus manos por los costados de sus pequeñas caderas hasta sus muslos, tentando su propia polla, sintiendo como esta estaba cobrando vida.
Ohm, se levantó lentamente dejando de recargarse en la cama, para empezar a desabotonar su camisa, sin dejar de ver las caricias tentativas que se daba su amado esposo.
Fluke con atrevimiento se giró y se empezó a masajear su trasero, movía las caderas de un lado a otro sin dejar su trasero. Se agacho con actitud desvergonzada abriendo sus nalgas, dejando al descubierto su apretada y rosada entrada. Escucho detrás de él un fuerte jadeo y sonrió satisfecho. Se giró para ver a su Alfa, y se sorprendió al encontrarlo desnudo en la orilla de la cama, con la respiración agitada y con una enorme erección de la cual goteaba su delicioso líquido.
-Joder Fluke – maldijo gruñéndole el más grande, descolocando al pequeño, ya que su esposo nunca se había expresado de esa manera frente a él. Eso lo prendió mas, empezó a caminar hacia ese enorme hombre que sabía se había contenido no sabía cómo, pero había logrado quedarse quieto sin saltar sobre él.
Con una sonrisa de autosuficiencia en el rostro, el menor llego hasta el y se puso de rodillas frente a la enorme y erecta polla de su esposo. Sin previo aviso se la metió en su boca todo lo que pudo, y empezó a lamerla como si fuera un helado, recorriendo con su pequeña y húmeda lengua toda su extensión.
Ohm no se contuvo y tomo la cabeza de su pequeño y lo insto a meter toda su longitud en su interior, Fluke casi se atraganta, pero no le importo, siguió mamando el pene de su esposo sintiendo algunas arcadas cuando este tocaba su garganta. Su boca era pequeña a comparación del miembro de Ohm, pero lo único que le importaba es que su Alfa disfrutaba.
Unos movimientos más y el mayor tubo su orgasmo, llenando la boca del pequeño con su fluido. Este trato de tragar todo, más le fue imposible ya que era demasiado, el esperma corrió por las comisuras y de su boca.
El mayor a ver la imagen de su pequeño pollito, abandonando su miembro y tragando su nectar escurriendo por su cuello, era una de las imágenes más eróticas que su esposo le había mostrado.
-Te dije que te gustaría – le dijo Fluke limpiándose la boca con el dorso del brazo.
-Esto no ha terminado. - dijo el pelinegro tomándolo suavemente de los brazos para levantarlo. Recostó el pequeño en la cama y empezó a venerarlo con los labios y boca.
Fluke soltaba pequeños suspiros que empezaban a excitar al mayor. Tomo los pequeños muslos y los puso sobre sus hombros, se dirigió hacia la apretada entrada y con su lengua empezó a saborearla.
El menor tomo las sabanas en sus pequeños puños, eso se sentía tan bien, su miembro se balanceaba de atrás para adelante con los movientes que su cadera hacia al ritmo de las lengüetadas de Ohm.
Introdujo un dedo mientras se metía los testículos de su pequeño en la boca, esto hizo gritar a Fluke.
-Siii – jalaba el cabello de su Alfa.
Dos, tres dedos, y el menor estaba listo.
Puso su pene en la entrada de su amado, y sin miramientos los embistió de una sola estacada, lo que causo que Fluke contuviera la respiración. Ohm empezó a moverse lentamente.
-Todo esta bien amor – le dijo acariciando su cabello, uniendo sus frentes.
Poco a poco ambos aceleraron el ritmo de sus caderas de una manera perfectamente sincronizada, sin dejar de mirarse a los ojos llenos de lujuria. Jadeaban al unísono, y cuando Ohm sintió que iban a culminar, dejo salir su nudo junto con sus orgasmos.
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FIRE AND WATER (COMPLETA)
FanficLa vida a veces juega con nuestras vidas, ¿Qué pasara cuando el Príncipe Fluke que maneja el aguay el futuro Rey Ohm del fuego se crucen? Es un matrimonio arreglado, algo que todos conocen como destino, Alfa y Omega, un amor que rompe fronteras, per...