CAPITULO 28 ISLA DRAGÓN ROJO

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Los días fueron pasando, Fluke poco a poco se sentía más tranquilo, lo trataban muy bien y cuando lo veían desanimado le daban consuelo y ánimos. Estaba entablando buena relación con Earth, no se había equivocado al ver que se llevarían bien, lo único que tenía que decir en su contra era que no respetaba mucho el espacio personal de las personas, hasta con la Reina era algo irreverente, pero era parte de su encanto.
En cambio, su cuñado era demasiado serio, aunque eso se le quitaba estando con su esposo Earth. Rara vez entablaba conversación con Kao, solo se saludaban y platicaba con el cuándo estaba con el rubio.
Con su suegra, había hablado poco, ya que la mayor parte del tiempo lo pasaba en su camarote, solo salía cuando se reunían para comer y muy temprano en las mañanas para ver salir el sol. Le había dicho que disculpara su ausencia pero que no era muy buena para soportar el movimiento del barco y que por eso prefería dormir la mayoría del tiempo.
Las noches con su esposo iban mejorando en el ámbito íntimo, y también después de una buena sesión de sexo se quedaban acurrucados y platicaban durante horas. Lo que estaba conociendo de él, le gustaba y le intrigaba, a veces sentía que le ocultaba algo y muchas veces le decía que pase lo que pase nunca dejara de confiar en el, y eso en verdad lo tenía inquieto, así que él le preguntaba por qué insistía tanto en eso, Ohm solo lo besaba y le volvía a hacer el amor.
-Te traje un bollo de zanahoria -  lo saco de sus pensamientos Earth, dejando sobre la pequeña mesa el mencionado bollo y un vaso de leche fría.
-Gracias – le sonrió, pero no hizo ademan de comerlo.
-¿Que ronda esa cabecita tuya? – se sentó a su lado.
-¿Por qué Ohm sigue insistiendo en que pase lo que pase no deje de confiar en el?- se atrevió a preguntarle de nuevo.
-¿Sigues con eso? – negó su cabeza rubia.
-Es que el hecho de que no me lo diga, me pone más nervioso y me hace pensar tonterías.
-Si, ya sé que tu imaginación no para – le dijo sonriendo – pero todo tiene su porque, y si él no te lo ha dicho, es por algo. No es como si te fuera dar de ofrenda a uno de los dragones de la isla – le dijo en broma.
-¿Q…que? – salto de su asiento el pequeño príncipe.
-Es broma Fluke – le aclaro rápidamente al ver su reacción y lo insto a sentarse de nuevo. – Tu solo tienes que confiar en él, así como te lo pide cada vez.
-Pero, ¿no crees que al no decirme hace que desconfié de el?
-Bueno, puede que tengas algo de razón – le dijo pensativo – pero Ohm es un hombre de palabra, además, con el siempre estarás seguro.
-¿Y por qué tendría que estar en peligro? – pregunto perspicaz el castaño.
-Es solo un decir – se corrigió el rubio al ver su traspiés – no te lo tomes tan a pecho. Anda, toma tu leche que se está calentando, además en un par de horas llegaremos por fin.
-¿Tan pronto?- preguntó sorprendido.
-Nada de pronto- rio Earth – casi hemos estado una semana en el mar y ya estoy harto.
-Lo siento – se disculpó – yo amo estar cerca de mar.
-No te preocupes Fluke, lo sé, no lo dije con afán de ofender, solo fui sincero. – se encogió de hombros.
El pequeño sonrió y se dispuso a comer el bollo y tomar la leche.
-En tu otra vida debiste de haber sido un becerro – dijo serio mirándolo beber casi todo el vaso de leche de un solo golpe.
Eso hizo reír a Fluke casi atragantándose,.
El tiempo paso volando para el pequeño, ya que cuando menos pensó ya se vislumbraba una enorme isla que sobresalía por sus numerosos volcanes. Se dirigió presuroso hacia la proa, no se quería perder de nada.
-¿Nervioso? – pregunto su esposo abrazándolo de la cintura por detrás.
-Poco, bueno, mucho – admitió recargándose en el grande y fuerte cuerpo de Ohm.
-No tienes por qué, como ya te dije, todos te amaran y te vas a adecuar pronto a nuestra isla – le beso el cabello.
-Eso espero – soltó un suspiro.
En esos días, se había acercado más a su esposo ya que aunque el barco era inmenso, no dejaba de ser pequeño a comparación de un reino, y la situación los había hecho pasar más tiempo juntos. Así que como era obvio, el pequeño ya no solo sentía atracción física por su esposo, sino que también otro tipo de sentimientos se estaban instalando en su corazón.
Fueron recibidos por todo el pueblo, dando una gran bienvenida a su nuevo Príncipe y futuro Rey Fluke Thitiwat Natouch. El pequeño estaba encantado, con tantas tonalidades de rojo por do quier, además las sonrisas y muestras de respeto hacia su persona le caldearon el corazón. Les tenían un gran banquete, en el cual comieron con gusto.
-¿Te gusta?- Pregunto el Alfa a su Omega.
-Me encanta – contesto muy sonriente el pequeño príncipe. Y tomo de su copa, la cual tenía un líquido color dorado y muy dulce.
-Te diría que no tomaras tanto –empezó Ohm – pero creo que necesitaras un poco de valor para lo que sigue – le sonrió en disculpa.
-¿A qué te refieres? – pregunto distraído viendo un baile que ejecutaban unos jóvenes un poco más jóvenes que él.
-Después de la comida de enlace – empezó su esposo- tenemos que iniciar el ritual matrimonial.
-Pero si ya pasamos por eso, ¿qué de diferencia tiene la ceremonia aquí? – lo miro con sus grandes y hermosos ojos color avellana.
-Tendremos que bailar.
Fluke solo se le quedo mirando.
-En frente del dragón mayor – le dijo como si hablaran del clima.
Si el pequeño hubiera estado bebiendo de su copa, se hubiera ahogado. Lo único que pudo atinar a hacer fue abrir mucho sus ojos y abrir su hermosa boca, sin poder creer lo que acaba de escuchar.
-¿Q…que? –logro decir al fin con la voz estrangulada.
-¿Salud?- le dijo levantando su copa.
-¿Estas bromeando verdad?- lo miro sin poder creer lo que le decía.
Ohm solo se le quedo viendo.
-¿Esta bromeando verdad? – se dirigió hacia el rubio que estaba a su lado.
-No – dijo sin mirarlo a los ojos, con clara incomodidad.
-Earth, creí que éramos amigos.
-Y lo somos. –le confirmó.
-¿Por qué no me dijiste nada? – le reclamo el pequeño a su  nuevo “amigo”.
-A mí no me digas nada – se defendió el rubio – tu esposo es Ohm, no yo.
Con esto dicho, Erath se dispuso a seguir comiendo, así que Fluke volteo a ver a su Alfa con una mirada retadora.
-Mira, lo siento – bajo sus cubiertos Ohm – sé que a tus ojos está mal el que no te haya preparado para esto – lo miro a los ojos – pero tengo mis razones.
-¿El que no me saliera el baile para que el dragón me comiera? – exclamo dramáticamente el pequeño.
El alfa no pudo evitar sonreír.
-Y ahora te burlas – le recrimino. Hacía mucho que no se sentía tan molesto.
-No me burlo amor -  le dijo tomándole su mano- solo que así hago las cosas yo.
Fluke no podía creer lo que escuchaba.
-¿Qué otras cosas me esperan y no me has dicho? – exigió con la voz un poco alta, la cual pasó desapercibida para la mayoría por el ruido de la música.
-No querrás saber – le dijo calmo sin soltar su mano, y sujetándola un poco más ya que su Omega se quería zafar.
-Claro que quiero saberlas – le dijo aun tratando se zafarse.
-Pues no te las diré – le dijo con una mirada que Fluke nunca había visto.
Esa mirada le había dejado petrificado, le hizo temblar. El Alfa, sintió el miedo de su Omega y se sintió mal, pero todo lo hacía por su bien.
-Sé que todo es desconocido, -suavizo su tono y mirada- pero tengo mis razones para hacer las cosas como las hago.
-¿Así?, sin mas – dijo con voz extrangulada.
-Te dije que confiaras en mí.
Y lo haría si le dijera las cosas, pensó Fluke con tristeza dejando salir un suspiro ya sin forzar que le soltara la mano.
Una niña se acercó a ellos y pidio permiso al príncipe Thitiwat para que dejara bailar a su Omega con ella, el cual accedió de mala gana bien disimulada ya que podía ver la decepción en los ojos de Fluke. Dejo que la pequeña arrastrara a su esposo a la pista donde muchos de los aldeanos bailaban.
Lo miro tratando de imitar el paso de los demás, se veía que trataba de parecer feliz, pero él sabía que no lo estaba en ese momento, al igual que sabía que no sería la primera ni la última vez que su pequeño Omega se sintiera de esa manera con él. Acababan de llegar, y Fluke no tenía idea de lo que le esperaba, solo rogaba a los cielos que su pequeño esposo no terminara odiándole.
Miro como el carisma de la niña iba ganando la hermosa sonrisa de su pequeño, eso lo tranquilizo, al menos por el momento la tensión había desaparecido se su rostro.
Fluke batallo un poco en seguir el ritmo de esa extraña y pagana música. Pero la niña no dejaba de sonreírle y mirarlo con algo parecido a adoración, así que poco a poco se fue relajando, lo cual le ayudo a dejarse llevar por el ritmo y los pasos que hacia su pequeña pareja.
A ese extraño baile se les unieron Earth y Kao, lo cual le reconforto, ya que a pesar de la bienvenida tan acogedora que le habían dado los aldeanos, la pequeña discusión que hace un poco había tenido con su esposo, le había dejado un mal sabor de boca y una tristeza que se quería hacer una alcoba en su corazón.
Una parte de él le decía que Ohm no le haría daño alguno, pero otra parte le empezó a temer. Debia de estar dramatizando, se dijo a sí mismo, mientras les sonreía a sus tres compañeros de baile, pero le había sorprendido sobre manera la mirada helada y el tono autoritario que había usado hacia el, su voz de Alfa, al decirle que no le diría todo lo que le esperaba en ese lugar.
Sentía la intensa mirada del pelinegro, trato de ignorar el cosquilleo que le causaba en su pequeño cuerpo. En el tiempo que Ohm había estado en Agua Mágica, se había comportado como todo un caballero, y ahora empezaba a verlo con otros ojos, eso le daba miedo. Miedo de creer que lo había conocido, miedo incluso a que no fuera el cariñoso y apasionado Alfa del cual se había enamorado. Si, en ese pequeño tiempo se había enamorado de su esposo, no tenía por que mentirse a sí mismo, tontamente creía que Ohm también lo amaba, pero ahora ya no estaba tan seguro.
¿Qué le deparaba más adelante?, se preguntaba mientras tomaba las manos de la hermosa niña que lo había salvado de una situación incómoda, su primera pelea con su recién esposo.
La música culmino, la niña lo guio hacia su lugar, dando las gracias con una reverencia al príncipe Thitiwat, y regalándole una gran sonrisa a Fluke, se alejó de ahí.
El pequeño Omega le devolvió la sonrisa a la niña y se sentó a un lado de su esposo, tratando de guardar su incomodidad solo para él.
Ohm le sirvió de nuevo una copa de la bebida dorada poniéndola frente a él. Fluke lo agradeció, ya que no quería hablar, ni mirarlo, así que la tomo y empezó a tomar poco a poco.
El resto de la celebración, ese fue su ritual, él se acaba la bebida y Ohm le ponía de nuevo la copa llena frente a él.
Había notado que su pequeño esposo, al bailar se había relajado en momentos, pero notaba que la situación de incomodidad y tristeza no había desaparecido de Fluke. Así que opto por ponerlo un poco ebrio para que pudiera relajarse un poco, para cuando fueran a la cueva del Dragón mayor, no estuviera tan tenso.
No siempre iba a poder recurrir al alcohol, eso lo sabía, ya que la mayoría de las veces, iba a necesitar que su Omega estuviera en sus cinco sentidos. Lo miro de reojo, ya que sabía que él podía notar su mirada, diablos, si estaban demasiado conectados, la diferencia era que él, Ohm Thitiwat había recibido extenuantes lecciones para poder mantener a su Alfa a su merced, y Fluke, su Fluke era un bebe en ese aspecto, era demasiado transparente, lo había comprobado en cuanto lo conoció.
Era como un libro abierto, esos hermosos ojos dejaban ver mas que su alma, eso lo había cautivado, no estaba acostumbrado a ese tipo de inocencia, a excepción de los niños y de su cuñado, pero él era demasiado extrovertido, todo lo contrario que su pequeño esposo.
Sonrió con ternura, sin dejar de mirar a su pollito el cual empezaba a terminarse las bebidas demasiado rápido, señal de que estaba haciendo efecto el alcohol en él. Seguía sintiendo tristeza en él, y sabía que eso no dejaría de pasar en algún tiempo, eso también lo entristecía a el, pero era como debían ser las cosas, al menos si quería que todo valiera la pena y el y su Omega fueran felices hasta el final de sus días.
Termino su bebida de un trago y le lleno de nuevo la copa, faltaba poco para ir a la cueva.

FIRE AND WATER (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora