CAPITULO 2 ¿COMO DECIRLE?

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Estaban todos reunidos alrededor de la mesa. El rey en una orilla junto a su esposa, del lado izquierdo los dos príncipes y a la derecha el consejero de la Corte y buen amigo de la familia. Los mayores hablaban sobre política, el único que se dormía de aburrimiento era el pequeño príncipe.
-Disculpe que interrumpa su interesante platica - dijo Fluke mirando a las 4 personas frente a él. - pero me gustaría que habláramos de lo que realmente importa - les dio una sonrisa enorme.
-Más que el extravagante atuendo que llevaba lord Parkison- dijo su hermano haciéndose el sorprendido.
Todos voltearon a verse y rieron por lo bajo al recordar en el último baile a Lord Parkinson, llevaba una túnica con unos colores tan llamativos que parecía un Pavorreal.
-No- exclamó riendo un poco más fuerte que los demás, Fluke no era tan reservado como el resto de su familia. Sabía comportarse cuando era debido, pero estando solo con ellos, podía ser realmente él. - Es sobren mi alfa - le brillaron los ojos-todos han estado muy misteriosos desde mi primer -se sonrojo intenso -desde que se supo de mi pareja destinada. - Terminó colorado hasta las orejas por lo que estuvo a punto de decir.
Nadie dijo nada, solo se veían entre ellos.
-Vamos- incito a los 4 pares de ojos- porque están tan recelosos de decirme?
-Fluke – la Reina fue la que se animó a hablar- no es recelo ni nada por el estilo, pero, ¿Acaso no te gustaría más que fuera una sorpresa el conocerlo? - pregunto esperanzada.
-Pero madre, ¿Acaso no me conoces? – rio regresando pregunta por pregunta, imitando el tono solemne que había usado ella- soy demasiado curioso e inquieto – la miro intensamente- sabes que si hoy he estado tan calmado es porque quiero hablar de mi alfa – recalco esta última palabra y los miro inquieto.
El Rey suspiro, sabía que no podían ocultar la información para siempre, ya habían pasado tres semanas desde el celo, y siendo sincero, la verdad su hijo ya se había tardado en hablar sobre el tema. Habían logrado desviar el asunto por esas semanas, pero sabía que su hijo había llegado al límite de su curiosidad, lo notaba en su mirada.
Todos vieron la derrota dibujada en el rostro del Rey y bajaron la mirada, esto puso más inquieto a el pequeño príncipe.
-Me estoy empezando a preocupar- trato de bromear Fluke, pero no le funciono.
El Rey suspiro, y volteo a ver directo a su hijo.
-Fluke, vamos a terminar de cenar y después vamos a hablar sobre el tema, ¿Esta bien?
El príncipe solo asintió con la cabeza y se dispuso a comer, lo cual no le fue fácil ya que ahora si estaba preocupado. ¿Y si no tenía alfa?, se preguntó angustiado, sabia de casos donde algunas parejas destinadas nunca habían podido conocerse, ya fuera por la muerte de alguno de ellos, o por nunca haberse encontrado, o simplemente no haber nacido en la misma época. El miedo atenazo su estómago, no supo cómo pudo seguir ingiriendo los alimentos, se sentía fuera de ahí, su corazón estaba a punto de explotar, quería llorar, pero era el príncipe Fluke Natouch Manow de la isla Mohounomizu, hijo del Rey Goss Natouch y de la Reina Samantha Manow, y hermano del príncipe y futuro Rey Boun Natouch Manow. Suspiro entrecortadamente, tratando de tranquilizarse.
La cena prosiguió en un silencio sepulcral, nadie se atrevía a levantar la vista de su plato.
-Gracias por la cena – rompió el silencio el concejal, se levantó, hizo su reverencia y salió del lugar.
La ausencia de ruido siguió unos pocos minutos más hasta que la Reina se decidió a hablar.
-Fluke, cariño- inicio esta- quiero que por favor te tomes las cosas con calma y no te adelantes a los hechos, ¿Si? – le sonrió nerviosa.
Esto se ponía más incómodo, pensó el Príncipe viendo a su madre a los ojos.
Está bien- dijo inseguro. Quería llorar, su familia tenía una mirada de pena, que ya los escuchaba decir sus palabras de consuelo por no tener un alfa, trago saliva y se irguió en su asiento, no lloraría.
-Para empezar- esta vez hablo su padre – tu alfa no es de un reino cercano.
El príncipe solo asintió.
-Su reino queda a una semana en barco.
Esto si sorprendió a el omega, no creyó que estuviera tan alejado, ¿Que reino seria ese?, pero no importaba, lo único que quería saber era si su alfa estaba vivo.
Bound no quería inmiscuirse, veía a su hermano bastante nervioso y se podría decir que estaba asustado, al parecer su cabecita estaba teniendo quien sabe que ideas tontas.
-Es un lugar muy diferente al de nosotros, tendrás que adaptarte a los cambios. -siguió su madre.
Fluke volvió a asentir, se estaba poniendo muy tenso. Los tres se le quedaron viendo, como esperando alguna pregunta o palabra por parte del príncipe.
-¿Y cómo se llama ese reino tan lejano de aquí? – al fin pregunto este, ya que nadie más hacia nada por decirle más.
-Akai Doragon – dijo el Rey.
Eso sí que lo sorprendió, había hablado de ese extraño y lejano país con uno de sus mentores y lo que habían estudiado no era muy alentador, eran unos barbaros. Empezó a temblar de pies a cabeza, ahora si quería ser viudo antes de tiempo.
-¿Pe…pero como sucedió eso? – les pregunto a los tres con los ojos bien abiertos por el susto. Ahora entendía el comportamiento de su familia.
-Es tu destino hermano – contesto sin expresión su hermano mayor, por fin interviniendo en la conversación.
-Si me dicen que mi pareja destinada está muerta, me alegraría mucho. –dijo para sorpresa de estos.
-Fluke – expreso su padre impactado.
-Debe ser broma, ¿verdad Fluke?- trato de excusarlo su madre.
-Broma es,- empezó con voz temblorosa- toda mi vida esperar mi romántico alfa, y ahora salen con que es alguien que vive quien sabe dónde y aparte es un bárbaro.
-Tranquilo – Bound le puso la mano en el hombro – sé que es algo que nadie esperábamos- trago saliva-  pero si así está escrito, no podemos hacer nada.
Fluke vio con horror a su hermano.
-Claro que se pude hacer, no concertar matrimonio y listo – trato de sonreír, pero sin lograrlo.
Lo vieron con lastima, y eso lo mato por dentro, todo eso no estaba pasando. Su alfa tenía que ser alguien tierno, romántico que lo mimara y lo viera como la cosa más preciosa.
-Si todavía no lo conozco, todavía tenemos tiempo de cancelar toda esta locura ¿Verdad?  – los vio con suplica, y ojos llorosos, ya que estaba a punto de llorar, y ahora no le importaba la etiqueta de ser príncipe.

FIRE AND WATER (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora