CAPITULO 31 NUEVA VIDA

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Al bajar varias escaleras por fin llegaron a unas enormes puertas que daban al comedor.
-Buenos días Fluke –le saludo sonriendo su suegra.
-Buenos días Reina- regreso la sonrisa viendo que solo estaban ella y Earth. Tomo asiento donde le indicaron.
-No tardan en llegar Ohm y Kao. –le dijo esta al ver la interrogante en el rostro del pequeño.
-¿Dormiste bien? – le pregunto el rubio.
-Si, gracias – contesto sonrojándose al recordar todo lo que había hecho con su esposo.
-Me alegro – le sonrió – ya que el entrenamiento nos espera.
-¿Entrenamiento? – pregunto extrañado - ¿Qué entrenamiento?- miro a ambos.
-Buenos días familia – saludo entrando Ohm, besando a su madre en la mejilla, y haciendo lo mismo con su Omega.
-¿Todo en orden? – preguntó la Reina a sus hijos.
-Hasta ahora si – contesto Kao sentándose a un lado de su esposo también besandolo.
-Falta de revisar algunos asuntos – siguió Ohm – pero nada de qué preocuparse. –le tomo la mano a Fluke y se la beso con una sonrisa conciliadora. - Perdón por no haberte despertado, pero me levante al alba y estabas tan cómodo, que se me hizo innecesario.
-A desayunar – interrumpió la Reina viendo que traían los platillos.
Empezaron a comer en una amena plática, de la cual el pequeño entendió la mitad. Fluke quería preguntar a qué entrenamiento se había referido Earth, pero no surgió el tema y el no tuvo el valor de interrumpir. Cuando terminaron, la Reina se despidió deseándoles suerte en su día y salió del lugar.
-Bien, nosotros nos adelantamos – dijo Kao levantándose junto con el rubio. – Nos vemos en el pabellón del ala sur.
-¿Todo bien pollito? – le sonrió Ohm a Fluke
-Si – le sonrió aun sintiéndose fuera de lugar.
-Excelente – le tendió la mano para que se levantara- necesitamos cambiarnos.
-¿Cambiarnos? – le pregunto mientras iba con el tomados de la mano.
-Así es, hoy empieza tu nueva vida y debemos ponernos al día.
Al llegar a sus aposentos, el mayor se dirigió a un baúl que el pequeño no había visto. Se quedó mirando que sacaba de ahí su esposo.
El Alfa saco unas vestimentas color rojo con negro.
-Ponte esto – le dijo dejando un conjunto sobre la cama.
-Pero me gusta lo que llevo puesto – contesto cejudo el pequeño acercándose para ver las prendas.
-No es cuestión de gustos, es porque esto es más practico- le contesto sentándose en la cama para quitarse los zapatos.
-Practico, ¿para qué? – tomo las prendas viendo que eran de una tela desconocida para él.
-Para las actividades que harás en las mañanas a partir de hoy – le dijo quitándose la camisa.
-¿Qué actividades?  - pregunto terco con el ceño fruncido, cansado de tantas vueltas al asunto.
-Ya lo veras cuando lleguemos – se subió el pantalón.
-¿Y por qué no me lo dices ya? – se fue y se plantó frente a él con una de las piezas de ropa en sus manos.
El mayor lo vio y se quedó serio.
-Solo haz lo que te digo. – se dirigió al espejo para mirarse.
Fluke se estaba cansando de esa actitud de macho por parte de su Alfa. Así que lo siguió con paso decidido.
-Pero quiero saber – le exigió.
Ohm vio el reflejo de su pequeño esposo.
-No tenemos tiempo para esto Fluke- suspiro viéndolo a los ojos a través del espejo-  así que por favor, cámbiate – le dijo.
El Omega frunció sus labios inconforme y molesto, apretó la tela en sus pequeños puños. Kao y Earth los estaban esperando, así que no podía hacer más, pero eso no se iba a quedar así, tenía muchas preguntas que hacerle a Ohm. Se giró y con movimientos bruscos empezó a quitarse la ropa, ya no le importaba su desnudez, estaba cabreado, algo raro en él.
El mayor vio todo por el espejo, y sabía que estaba siendo injusto con su esposo, pero él tenía sus razones, y por el momento las cosas seguirían de esa manera.
-Vamos – le dijo el Alfa tendiéndole la mano cuando vio que ya estaba listo.
Fluke lo miro serio y paso de largo, omitiendo esa mano que le tendía.
Ohm volvió a suspirar y siguió a su pequeño esposo. Este lo esperaba al final de las escaleras para que lo guiara al pabellón del ala sur. Salieron del castillo, y el pequeño no pudo evitar observar con asombro todo el lugar.
En la noche no había podido admirar nada, pero ahora a la luz del día, era bastante impresionante la vegetación, muy diferente a Agua Mágica.
Conforme se acercaban al lugar, se escuchaban ruidos metálicos y hombres hablando.
-Por acá – grito Earth al verlos agitando su brazo.
Fluke fue a donde estaba el rubio.
-¿Nervioso? – le pregunto este.
El pequeño empezó a mirar, varios hombres y mujeres estabas ejercitándose en aparatos que él nunca había visto, otros tantos corrían o trotaban alrededor, en una especie de camino de tierra aplanado. Regreso una mirada furibunda a su amigo, y esto solo le sonrió nervioso.
-Bien – empezó Ohm – empezamos con trote, diez vueltas a la pista.
Como sabía que su esposo estaba molesto, y no quería molestarlo más, se dirigió a la pista, con la esperanza de que Fluke los imitara.
-¿Qué pista? – le dijo Fluke a Earth a ver a los mayores alejarse.
-Sígueme – le sonrió, tomándolo de la mano lo guio.
El más pequeño le siguió el paso, ¿qué más hacia?
-Al principio todo te parecerá extraño y difícil, pero tu cuerpo poco a poco se ira acostumbrando. – le dijo el rubio sin dejar de trotar.
El Omega no entendía nada de nada, ósea ¿qué hacían trotando el rededor de ese camino?. La pista no se había visto tan extensa cuando Fluke la había mirado, pero ahora que estaba sobre ella, se le hacía eterna. Esta abarcaba todo el pabellón, cubría toda su orilla, y en medio de esta es donde estaban todos esos extraños aparatos.
Su respiración se estaba haciendo más trabajosa, nunca había corrido tanto, ni de niño. Y los demás, estaban tan tranquilos, resoplo molesto. ¿Cómo es que no estaban cansados como él?, sentía la garganta seca, el calor ahí era más fuete que en su isla. Quería pedirle agua a Earth que seguía a su lado, pero no tenía la energía para hablar, a duras penas podía respirar.
Una vuelta más y pararía, sus pulmones ardían, el oxígeno no lograba llegar bien. Se esforzó en no dejar que sus piernas se doblaran y callera de rodillas, le dolían los muslos, y los chamorros.
Logrando esa vuelta, se paró y puso sus manos en sus rodillas, haciendo que el oxígeno entrara a su organismo.
-Vamos, todavía nos quedan cinco vueltas – le dijo Earth regresándose al ver que Fluke se había detenido.
El pequeño siguió luchando con su respiración.
-No puedes parar – le dijo una voz seria, que reconoció como la de su Alfa.
El pequeño ladeo su rostro hacia dónde provenía el sonido, vio a Ohm trotando en su lugar. Se irguió, y lo miro a los ojos.
-Tengo sed – le dijo con voz seca.
-Tendrás que esperar a terminar las diez vueltas – le contesto serio su esposo sin dejar de moverse en su lugar.
-¿Perdón? – pregunto incrédulo Fluke, sin terminarse de creer lo que acaba de escuchar.
-Termina las vueltas, y podrás tomar agua. – le dijo con mirada dura y se alejó siguiendo por la pista.
-¿Pero qué? – dijo Fluke mirando incrédulo al rubio.
-Se que es difícil para ti Fluke- le dijo Earth- pero él sabe lo que hace.
-¿Es broma? – lo miro muy molesto.
-Tenemos que terminar lo que resta, si no el castigo será duro – le dijo en forma de disculpa.
-¿Castigo?, ¿Qué demonios está pasando?- casi grito Fluke bastante enojado.
-Por favor – el mayor fue y le tomo las manos- debemos terminar- lo miro implorando- por favor- volvió a pedir.
El menor de los Omegas miro esos ojos cafés implorando. Suspiro resignado y le apretó las manos a su nuevo amigo, dándole a entender que todo estaba bien. Así que empezaron a trotar.
Cuando al fin terminaron las diez vueltas, ambos Omegas se dejaron caer.
-Bien hecho – les dijo Ohm dejando a su lado tarros desbordando agua helada. A lo cual ellos bebieron sedientos.
-Descansamos diez minutos y seguimos con el entrenamiento – les dijo Kao al terminar de tomarse todo su tarro de agua de un solo golpe.
Los menores lo escucharon sin dejar de beber.
-¿Cómo te sientes?- pregunto Ohm a Fluke sentándose a su lado.
El pequeño le envió una mirada asesina.
-Descansa que apenas empezamos. – dijo omitiendo la mirada del castaño. Si las miradas mataran. Se levantó dirigiéndose a su hermano.
-¿De qué va todo esto? – pregunto Fluke al terminando su tarro a el rubio a su lado.
-¿Ohm no te ha dicho nada? – le pregunto curioso.
-Él no me ha dicho nada, y tu lo sabes – respondió amargadamente.
-Bueno – empezó incomodo- estamos en un entrenamiento.
-¿Entrenamiento de que o para qué? – se giró a verlo curioso olvidando su enojo.
-¿Ohm no te ha dicho nada?- volvió a preguntar tragando saliva.
Fluke lo fulmino con la mirada.
-Mira, sé que todo esto es confuso para ti- empezó el rubio- pero si él no te ha dicho nada, yo no soy quien deba hacerlo.
-Por favor – exclamo mortificado Fluke.
-Lo único que puedo decirte es que tienes que confiar en Ohm – lo miro con disculpa en sus ojos.
-Es lo mismo que él me ha dicho- dijo molesto- incluso lo dijo antes, en la isla Agua Mágica- resoplo inconforme.
-Entonces, solo confía- se encogió incomodo de hombros el rubio.
-Lo intento- exclamo – pero si no me dice nada, es algo difícil.
-Las mejores cosas de la vida no son fáciles-  le contesto filosóficamente.
-No me ayudas en nada – le dijo molesto levantándose.
-Lo siento – susurro Earth bajando su rostro.
Fluke empezó a alejarse, no quería estar quieto, era cierto que estaba cansado, pero no podía estarse estático.
Empezó a ver como manejaban esos aparatos, unos retenían la respiración, otros bufaban, y otros tantos respiraban exhaustos.
Lo único que tenían en común todas esas personas, era que hacían un esfuerzo físico. Al igual que el en ese camino llamado pista. ¿Qué más tendría que hacer?, ¿Tendría que usar esos artefactos?. Lo que tenían en común todos los que miraba, es que su cuerpo estaba bien trabajado, ninguno, ni uno solo, tenía su estructura débil, ni si quiera Earth, siendo Omega como él.
Era el único débil, físicamente hablando. Suspiro sintiendo derrotado. Sabía que los aldeanos de Isla Dragón Rojo eran tipos rudos y musculosos, por eso había estado ejercitándose, pero no se parecía en nada a ellos.
Siguió mirándolos con un sentimiento de derrota. ¿Qué estaba haciendo ahí?, el no era rudo, ni fuerte. ¿Cómo encajar en ese lugar?. Se recargo en los ladrillos que formaban ese lugar, donde mujeres y hombres eran más fuertes que él, más valientes y más capaces.
-Vamos – interrumpió sus pensamientos Earth.
Fluke lo miro, lo siguió soltando un suspiro de derrota.
Después de eso, hizo lo que le pidió su esposo, todo su cuerpo ardía, de verdad necesitaba zambullirse en el océano, pero hubo una parte de él que no lo dejo rendirse.
Al terminar se dirigieron a la aldea, donde Earth y Ohm le explicaban todo y le mostraban las cosas, pero Fluke estaba exhausto, tanto física como mentalmente. Regresaron al castillo al medio día, donde tomaron el almuerzo, y los mayores se dispusieron a sus deberes diarios mientras que los Omegas iban a descansar.
Fluke se dejó caer en la cama después de salir de la ducha. No le importo solo tener una toalla cubriendo su cintura. Quedo en una posición algo incomoda.
Soñó con sus padres, sus hermosas sonrisas, también con Boun y Prem jugando con él en el jardín y en el mar.
-Alteza… alteza
Esa voz, lo quería sacar de su confort.
-Tiene que levarse alteza – insistió esa voz.
-Mmmm- se quejó el Omega.
-Lamento no haberme presentado antes, soy su asistente personal.- no dejo de hablar el peqlinegro.
El pequeño volteo a ver quién le interrumpía su sueño.
-Mi nombre es Gun- hizo una reverencia a ver la mirada de su alteza.
-¿Gun? – pregunto somnoliento Fluke.

FIRE AND WATER (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora