Después de tantas cosas ahora se supone que debo lidiar con una demanda de mi propio hermano. Probablemente se lo hubiese dejado pasar para evitar cualquier conflicto entre nosotros o por nuestra madre, aunque a ella no le interesa si nos sacamos los ojos siempre y cuando no involucremos a nadie más en nuestros problemas. Pero en este caso especial, están involucrados cientos de niños que podrían quedar sin ese espacio solo porque al inservible se le ocurrió querer construir un edificio que luego venderá.
Recuerdo que ya era un proyecto cerrado, solo era cuestión de iniciar con la demolición y posterior a la construcción. Sin embargo, como mi nombre figuraba en las escrituras de ese lugar pude evitar que lo hiciera y gracias a nuestra madre pude quitar su nombre y todos sus "derechos". Mi madre le cedió sus acciones de las otras empresas para que no me molestara con el tema del orfanato, su paz duro dos años y nuevamente esta fastidiando. Esta vez no pienso dejar que haga lo que se le dé la gana.
Este domingo fue muy diferente.
No pude pasármela con los niños como es de costumbre puesto que no esperaba encontrarme con muchos problemas dentro del hospital en cuando llegué que ni siquiera pude acercarme a ellos. Los medicamentos de todos los tratamientos se habían agotado y no fueron capaces de decírmelo para que lo solucionara con tiempo, para colmo no tenían espacios para cubrir a todos los niños que necesitan las quimioterapias y algunos quedaban sin su tratamiento. Sin duda debía de encargarme de eso cuanto antes.
En algo Christian tiene razón; no es solo donar dinero.
Es más, no sé qué cojones hacían con todo ese dinero que he dejado para el hospital para casos como estos, también debía solucionar ese asunto.
Suspiro recorriendo los pasillos del hospital hasta la oficina del medico en jefe, apenas llego entro porque sabía que estaba esperándome.
—Bienvenido, Park. —Tomo asiento frente a su escritorio intentando relajarme del estrés que estoy teniendo—. Trajiste compañía, ¿a qué se debe tu visita? Bueno, tu visita en mi oficina.
—Más que una visita es por trabajo —me estiro haciendo sonar mis dedos—. Necesito que me des un informe de todos los gastos que hiciste y a dónde se ha esfumando todo el dinero de los tratamientos.
Su semblante cambia radicalmente ante la mención del dinero, lo que afirma mi sospecha de que en verdad ha estado despilfarrándolo todo en solo él sabrá que y esto no puede quedarse de este modo.
—¿Estas haciendo tus practicas de administración, contador o algo parecido? —suelta una risa. Arqueo una ceja observándolo fijamente esperando que se retracte de esa reacción—. ¿Qué sucede, Park?
—Sucede que el dinero que designe es exclusivamente para esos niños, pero me acabo de llevar tremenda sorpresa que no hay medicamentos y ellos ni siquiera están recibiendo las quimioterapias, ¿qué supone que hiciste con ese dinero? Necesito urgentemente ese informe desde la primera donación que hice para el hospital.
ESTÁS LEYENDO
Hasta que una firma nos separe | EN FÍSICO
Teen FictionUn modelo y un guitarrista aficionado, ebrios en Las Vegas, ¿qué puede salir mal? Jeffrey es invitado a tocar en una de las galas más importantes de la ciudad que asegura dejarle una buena ganancia para su universidad. Alan es invitado por...