ESPECIAL CUMPLEAÑOS; Alan Holt.

38.3K 4.3K 4.7K
                                    

OJO: Este capítulo no tiene nada que ver con el transcurso de la historia, es solo un espacial celebrando los 28 años de nuestro amargado.

OJO: Este capítulo no tiene nada que ver con el transcurso de la historia, es solo un espacial celebrando los 28 años de nuestro amargado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

29, DICIEMBRE, 2021

Entro al edificio subiendo las escaleras hasta el departamento, porque justo hoy debían ponerlas en mantenimiento y estarían accesibles mañana por la mañana. Hoy ha sido un día jodidamente agotador de sesión de fotos, reuniones y nuevas propuestas para que participe en campañas publicitarias de ciertas empresas, y la verdad ya no me apetece hacer nada de eso, estoy agotado. Demasiado agotado para ser realistas.

Suspiro subiendo escalón por escalón en lo que aprovecho para marcarle a Rey en el camino; al principio no me responde la primera llamada y a la segunda responde luego de unos cuantos pitidos.

—¿Rey?

—¡Alan! —frunzo el ceño deteniéndome en el barandal del quinto piso—. ¿A qué se debe tu llamada?

Arqueo una ceja.

—¿No puedo llamar a mi esposo?

—Cierto... Si puedes, ¿necesitas algo? —escucho varias voces de fondo que él intenta callar discretamente, pero claro que he llegado a darme cuenta de eso—. ¿Me buscas para algo en específico?

—¿Estas en el departamento?

—No.

—¿Dónde estás?

—¿Por qué el interrogatorio?

Suspiro pasándome la mano por la nuca.

—¿Por qué estas nervioso?

—¿Yo? ¡No!

A lo largo de este tiempo he aprendido a conocerlo muy bien y se perfectamente cuando está nervioso. De ser un parlanchín pasa a ser un tipo de monosílabos, es bastante evidentemente. Como ahora es bastante evidente que está ocultándome algo, no sé qué.

—¿Estas en el bar? Puedo pasar por ti, no tengo problema —me doy vuelta dispuesto a bajar las escaleras de nuevo.

—¡No! O sea, si estoy en el bar, pero no tienes que venir por mi porque un amigo me llevará a casa.

Frunzo el ceño.

—¿Un amigo? En serio puedo ir por ti, Rey. ¿De qué amigo hablas?

—Uno que no conoces, claramente.

—No se diga más, voy en camino.

—Que no, ve al departamento. ¡Ya llegó por mí! Nos vemos allá, adiós esposito.

Me cuelga. Ni siquiera me deja responderle cuando ya estaba cortando la llamada. ¿De qué amigo habla? Conozco a sus amigos, si era con alguno de ellos no habría problema si me lo hubiese dicho, pero dijo "un amigo" y como él dijo claramente no lo conozco. Rechazó que yo fuera por él solo para venirse con ese amigo, semejante osadía.

Hasta que una firma nos separe | EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora