Capítulo XXIV: Jeffrey Park.

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Desde el momento que mencionó sobre la cena supe que todo saldría mal, empezando por nuestra discusión horas antes en el despacho del rector

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Desde el momento que mencionó sobre la cena supe que todo saldría mal, empezando por nuestra discusión horas antes en el despacho del rector. No tenía intenciones de mencionarle que ya habíamos tenido nuestro primer encuentro, pero cuando me enteré que él había tenido una "conversación" con Carolina no pude evitar molestarme tanto que fue sorprendente que no haya explotado en el momento que lo supe. Otra gota que estaba por rebalsarme el vaso de todo el estrés del día fue que Alan me pidiera que me vistiera distinto solo para complacer a la enferma mental que tiene como madre. De todas formas, no lo hice por esa arpía, lo hice por él.

De lejos podía notar lo nervioso que estaba Alan con solo pisar ese dichoso restaurante, me lo daba a entender con los apretones de mano que me proporcionaba con cada paso que dábamos dentro del lugar. Sin duda hay una tensión monumental entre Liliana Holt y yo, hasta un ciego se daría cuenta en segundos de eso.

Apenas tomamos asiento podía sentir el des conformismo de verme ahí sentado junto a su hijo, al parecer no estaba en sus planes que yo asistiera y eso solo me hace confirmar que tenía algo entre manos contra Alan. Sin embargo, estaba ocultando muy bien su descontento mostrando sonrisas más falsas que las pestañas que tiene puestas.

La conversación, si se puede llamar así, solo se basaba en preguntas absurdas de su parte y simples afirmaciones de Alan.

Suspiro tomando la copa de vino que tenía frente a mí, no pude llevármelo a los labios porque Alan detuvo mi mano quitándome la copa entregándome la suya, eso sin duda llamó mucho la atención de su madre que solo le dio una mirada potente con una ceja arqueada y aun así se guarda sus comentarios mirándome con desprecio que disimula cuando Alan voltea a verla. Eso de quedar bien con su hijo no le está saliendo nada bien, porque ni él se cree medio teatro de lo que está haciendo.

Liliana Holt suspira entrelazando sus manos frente a nosotros dándonos una mirada perspicaz para enfocarse en Alan.

—Me enteré que no estas teniendo mucho trabajo en el último mes, me encargue de hacer unas llamadas y encontré una empresa que necesitaría tus servicios. Sería un contrato de un año completo en Canadá.

Reprimo una risa llevándome la copa a los labios dándole un ligero trago, siento que Alan se tensa apartando la mirada.

—¿Un año en Canadá?

—Sí, podrías empezar desde la próxima semana.

—Esto es ridículo —murmuro entre dientes mirando hacia otro lado porque siento que si le veo la cara me voy a desquiciar aquí mismo.

Alan carraspea dándome una mirada de reojo.

—Lo pensaré.

¿Lo pensará? Vaya, al parecer le tentó la idea de irse a Canadá todo un año y así de rápido. Estoy seguro que estando solo en esta cena hubiese aceptado solo para complacerla.

Hasta que una firma nos separe | EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora