PRÓLOGO

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Diversión

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Diversión. Lujuria. Alcohol.

Tres palabras que podrían describir perfectamente una ciudad como lo es Las Vegas, un lugar donde cualquier cosa puede suceder y saldrías exento. Incluso es el lugar perfecto para que dos personas aparentemente distintas en todos los universos paralelos encajen a la perfección, como dos puzles totalmente diferentes. Uno de ellos es totalmente libre, el otro tiene enormes cadenas que lo retienen en un punto agobiante de su vida. Uno de ellos es responsable, el otro ni siquiera sabe lo que es la puntualidad. Uno de ellos hace arte y el otro, se podría decir que es arte o al menos la mayoría lo cree.

Jeffrey observa por la ventana del taxi las calles iluminadas y repletas, cuestionándose la suerte que tuvo al ganarse esta oportunidad.

—Te tengo una propuesta que no podrás rechazar, chaval.

Arquea una ceja.

—Venga, dime...

—¿Te apetece tocar en una gala benéfica? —frunce el ceño cruzando los brazos más que intrigado por lo que acaba de soltar su amigo—. La paga es tan jugosa que no tendrías que tocar aquí en varios meses.

—Suena interesante, ¿de qué trata?

—Una familia rica quiere hacerse publicidad donando millones a un hospital para niños con cáncer y de paso quieren incentivar las donaciones de las demás familias acomodadas. Está de más decirte que habrá famoso, millonarios y toda la gente adinerada que puedas imaginar, con saber eso te haces una idea del pago que te darán...

Jeffrey solo pudo imaginarse recibiendo una buena cantidad de dinero por tocar algunas canciones para personas que ni siquiera tendrán intenciones de escucharlo y ni siquiera le importa si lo escuchan; el dinero es su mayor tentación, sobre todo cuando tiene bastante claro las deudas que tiene encima. No necesita escuchar algo más al respecto porque ya tiene claro que aceptara el trabajo sin rechistar.

—¿Dónde firmo?

—Pero, tienes que saber que la gala no será aquí en la ciudad.

—¿Dónde?

—Las Vegas.

—No me jodas, eso es mucho mejor.

—Lo bueno es que los organizadores se harán cargo del pasaje de ida y vuelta, no tendrás que preocuparte por nada, solo tocar y listo.

"Esto parece un regalo de navidad adelantado", pensó.

—¿Qué dices?

—Joder, claro que sí.

—¡Genial! Mañana a las ocho de la mañana tienes que estar en el aeropuerto y la gala será en la noche, tienes toda la tarde para disfrutar de Las Vegas y a la mañana siguiente muy temprano sale el avión. En caso de que se te haga tarde tendrías que costearte el pasaje por tu cuenta.

Hasta que una firma nos separe | EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora