1. ◽️El fútbol◽️

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Hades

2-5

Perdimos de nuevo.

Partido número cinco y contando. Otra desgracia para el instituto, somos lamentables. Pareciera como si estuviera exagerando la situación en la que el equipo se encuentra, pero no es el caso, al menos no para nosotros. Desde que nos abandonó un miembro fundamental del equipo, todo se fue al traste. Ni uno ha podido reemplazarlo; encontrar a alguien es difícil, y yo no puedo hacer las dos cosas a la vez. Necesito a alguien más para poder jugar con esa pelota arriba de la portería del otro contrincante.

No estoy diciendo que mis compañeros no sean buenos, al contrario, son muy buenos, pero claro, estando en sus posiciones. Tenemos a los mejores defensas, mediocampistas y, por supuesto, el portero. Es solo que ninguno de ellos es tan bueno como nuestro ex delantero. No tenemos jugadores de sobra; es más, nos hacen falta jugadores para hacer los respectivos cambios, pero ninguno es tan bueno como para poder entrar a nuestro equipo de fútbol, al menos eso dice el entrenador, y todos le creemos.

Hemos estado dejando atrás el puesto número uno. En la mayoría de partidos amistosos, siempre nos hemos llevado un número dos, e incluso el último. Realmente, ahora que lo pienso unas cuantas veces, suena más que lamentable, porque después de tener uno de los mejores títulos a nivel de todas las academias de deportes, un segundo lugar es un puesto que muy pocas veces pensamos que podríamos tener.

Nos hemos esforzado todos los días, tanto en la práctica en el campo como en el entrenamiento en el gimnasio. Nuestras estadísticas han sido una de las mejores con mucha diferencia, y vernos perder era algo imposible de poder creerse, hasta que empezamos a perder jugadores esenciales que hacían que el equipo se volviera eso, "un equipo". Mi equipo.

Es frustrante, llegar a este punto de cansancio mental donde todo se vuelve tan negativo después de perder, nuevamente, un partido. A veces solo quiero esforzarme el doble, y otras veces solo quiero sentarme para quedarme pensando por horas. Quedarme pensando me ayuda a buscar soluciones, aunque ahora no he encontrado ni una sola. Pero lo bueno de todo esto es que... trato de ser positivo con mis compañeros, ocultar mis ganas de romper algo y sonreír como si no supiera que el siguiente partido también lo vamos a perder.

Sueno negativo, lo sé, prometo que no lo soy. O al menos trato de no serlo. ¿Funciona? Si. Solo en pequeños momentos.

-¡Y aquí vamos de nuevo!.— entramos todos al camerino exhaustos, sudorosos y probablemente muy lastimados.— Beth, ¿Qué te dije? ¡No tenías que perder tu puesto! ¡Dejaste al portero solo!.—papá como siempre estaba muy enojado, y no lo culpo, yo también lo estoy.

Mi padre pasó su mano por su cabello castaño, tenía en su rostro esa típica expresión que siempre le logramos ver cuando algo no sale tal y como lo practicamos en los entrenos. Su frente se arruga, su nariz se agranda, y sus ojos están más abiertos que cerrados. A veces pienso que cuando se enoja no parpadea, suelo pensar demasiado cuando él está enfadado.

—Entrenador, tenía que salir a buscar la pelota, se estaba acercando e iba a ser mucho peor si no hacía nada, además... si tan solo Jorge se hubiera quedado en su puesto de ¡De-fen-sa!— miró a Jorge con esos ojos asesinos.

—¿Ahora me echas la culpa a mí? ¡Literalmente no había nadie cubriendo al capitán! Alex nunca está cuando lo llaman.— Jorge empezaba a quitarse la playera. 

—Alex. Alex. Alex. Mi lindo nombre siempre siendo mencionado, no lo uses en tu sucia boca.— Alex tiene ese don de hacerme rodar los ojos  con ese toque de querer quitarle su rostro para después arrojarlo a algún pozo.

La fama, el fútbol y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora